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Pequeños gigantes

El diseño de Andreu World se asienta en 60 países

Comodidad. En la historia de los muebles, la silla es la pieza que más veces se ha diseñado. Andreu World es la responsable de muchos de los asientos en los que descansamos a diario

Cenar en el restaurante Aria, en Sidney, con vistas al famoso edificio de la ópera de la ciudad australiana. Tomar una copa en el bar del restaurante Myth, en San Francisco. Ver una carrera de caballos en el hipódromo de París o en el de Hong Kong. Leer un libro en la biblioteca de la Universidad de Cambridge o, en un caso mucho menos lúdico, esperar en los pasillos de los juzgados del Bronx, en Nueva York. En todas estas situaciones hay un elemento en común. Las sillas, taburetes o bancos en los que nos sentaríamos están hechos por Andreu World, una empresa valenciana que ha conseguido colocar sus diseños en todo el mundo.

Son algunos ejemplos de hasta dónde ha llegado el pequeño taller de ebanistería que inició su actividad en 1955 con el nombre de Curvados Andreu. Aquella empresa es en la actualidad el mayor exportador español de mueble auxiliar de diseño, en concreto de sillas, producto en el que se especializó prácticamente desde el principio. De las 140.000 sillas que se fabrica al año, más de la mitad se envían fuera de España. También la mitad de la producción se dedica a instalaciones públicas, como restaurantes, hoteles, aeropuertos, auditorios o bibliotecas. La clave del éxito de la compañía para pasar de ser una fábrica que hacía sillas para otras empresas a tener una imagen propia fue la apuesta del fundador, Francisco Andreu.

En las dos primeras décadas de vida, la compañía consolida su producción con diseños muy populares. Son las sillas que se pueden ver en cualquier comedor de la España de los sesenta y setenta. El director general de la compañía, Jesús Llinares, explica divertido que en cualquier capítulo de la serie de televisión Cuéntame cómo pasó se reconocen diseños de los primeros años de andadura de la empresa valenciana de sillería.

Sin embargo, el cambio llega en los años ochenta, cuando la compañía empieza a exportar. La competencia en ese nuevo escenario de mercado más amplio es lo que lleva al fundador a buscar la fórmula para diferenciarse del resto de fabricantes. La vía que elige Andreu es la del diseño con nombre propio, para lo que empieza a contratar a diseñadores.

'Esta iniciativa puede parecer muy normal en este momento; sin embargo, en aquella época y en un entorno como el del sector del mueble valenciano, fue una novedad', explica Llinares. Y es que en los alrededores de la ciudad de Valencia, en concreto en las localidades de la comarca de L'Horta Sud, se concentra buena parte del sector del mueble español. Sin embargo, las líneas que se fabrican son muy clásicas. El diseño existe, pero no con el significado de modernidad con el que se utiliza este término. Andreu World decidió dar ese salto. La primera silla que se fabricó a partir de un diseño ajeno a la empresa fue la Yoko, de Vicente Soto. Pero el gran éxito fue la Andrea, de Josep Lluscà (en la imagen superior, la silla del centro) un diseño que, pese a que se fabricó por primera vez en 1988, sigue en el catálogo de la compañía con una fuerte demanda. 'Es una muestra de la vigencia del diseño y una prueba de que la apuesta por los diseñadores fue un acierto', explica Llinares.

A partir de ese momento, la nómina de diseñadores que han creado para Andreu World se ha ido incrementando. Jorge Pensi, Ximo Roca, Gabriel Teixidó, Nancy Robbins, Javier Mariscal o el trío formado por Alberto Lievore, Jeanette Alther y Manel Molina son algunos de ellos. La inventiva de estos diseñadores también propició la sofisticación del producto, que, además de la madera, empezó a utilizar otras materias primas en su fabricación. El resultado, un catálogo de sillas con el que la compañía compite en todo el mundo con las principales empresas del mueble de diseño.

Para mantener su posición, la firma presenta como mínimo dos nuevas colecciones cada año, lo que supone unas 20 referencias distintas. Es casi como una empresa de moda. Exporta a más de 60 países, con Europa y Estados Unidos como principales mercados. Cuenta con una extensa red comercial en todo el mundo, que tiene como objetivo cuidar las dos patas del negocio, el vinculado a las grandes instalaciones públicas y el de los particulares. Pese a todo, Andreu World sigue siendo una pyme. Su facturación ronda los 20 millones de euros. Sin embargo, esta cifra esconde un prestigio que incluye, por poner un ejemplo, el hecho de que diseñadores como Mario Bellini eligiera la compañía para rememorar una mesa que creó en 1962 y que se convirtió en el primer mueble en ganar el premio de diseño Compasso d'Oro.

Francisco Andreu, fundador de la compañía, define así la filosofía de su empresa: 'Las sillas son la razón de nuestra existencia. Y nuestro trabajo consiste en encontrar las esencias de cada una de ellas'. El objetivo, que el mundo se siente en sus sillas.

Un libro para contar la historia de la silla

Andreu World ha conmemorado sus 50 años como empresa con la edición y publicación del libro Chairs, 50 años de diseño y una historia que contar. En el libro no se repasa únicamente la historia de la compañía y de los diseñadores que han trabajado para ella, si no que también se rinde homenaje a la cultura industrial y a la cultura creativa, algo que la empresa considera una unión indisoluble.De los cuatro capítulos con que cuenta el libro, uno está dedicado a la historia de la silla. La historiadora y periodista, Anatxu Zabalbescoa, hace un recorrido por el objeto que considera 'el más diseñado de la historia moderna'.Además del texto, el libro recoge cien ilustraciones de las sillas más importantes de la historia, desde la época egipcia hasta la actualidad. En este listado se incluyen tres modelos propios de Andreu World, reconocidos por su valor referencial dentro del mundo del diseño europeo.

Datos básicos

Industria. Andreu World no deja de ser industria. La presentación del acabado final en lugares emblemáticos no debe esconder que la compañía tiene tres fábricas, dos en la Comunidad Valenciana y una en Navarra, donde produce las sillas que exporta a más de 60 países de todo el mundo. De las 140.000 unidades, más de la mitad salen al extranjero, lo que supone alrededor del 60% de la facturación, que asciende a 20 millones de euros.Clásicos. Algunos de los diseños de Andreu World se han convertido en auténticos clásicos de las sillas. Un modelo concreto, el Andrea, diseñado por Josep Lluscà, sigue siendo una de las referencias de su catálogo. Hay otros, como la Zarina, de William Sawaya, que han sido imitados ilegalmente, lo que ha obligado a la compañía a perseguir los plagios.Público... Las sillas de Andreu World se pueden ver en muchos espacios públicos en todo el mundo. El segmento de grandes instalaciones es uno de los puntos básicos de la compañía. De Australia a Argentina o de Alemania a Estados Unidos, son muchos los restaurantes, hoteles, salas de conferencias o bibliotecas que están equipados con productos de la empresa valenciana. Más de la mitad de la producción tiene como destino el negocio conocido como contract....y privado. El resto de la producción se destina al hábitat, es decir, a los espacios privados, a a moblar una casa particular. En este segmento es esencial que la compañía tenga predicamento en lo que se conoce como prescriptores, ya sean arquitectos o interioristas, por ejemplo. Contar con nombres de prestigio como diseñadores del producto ayuda a estar en la lista de empresas de referencia a la hora de completar la decoración de cualquier estancia.

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