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Inmobiliario

Metrovacesa inicia el proceso que dividirá en dos la compañía

Metrovacesa anunció ayer a la CNMV su intención de reducir el capital de la empresa y la consiguiente formulación de una opa sobre sus propias acciones. Se trata del primer paso para alcanzar la anunciada segregación de la compañía, que pondrá fin a largos meses de duros enfrentamientos entre el presidente, Joaquín Rivero y la familia Sanahuja, que finalmente tomará las riendas de la mayor inmobiliaria española.

La inmobiliaria Metrovacesa presentó ayer una opa sobre sus propias acciones con la que se inicia el proceso de escisión en dos empresas distintas, según el acuerdo alcanzado el pasado mes de febrero entre los accionistas de referencia de la sociedad, la familia Sanahuja, por un lado y Joaquín Rivero y su socio Bautista Soler, por el otro. Ambos bandos han mantenido meses de duros enfrentamientos, que tienen su origen en la lucha por el control de la inmobiliaria.

La familia Sanahuja controla el 36,91% de Metrovacesa, mientras que Rivero y Soler tienen, entre los dos, el 36,14%. El acuerdo adoptado en febrero para escindir la empresa fue ratificado en la junta de accionistas del pasado mes de junio.

En virtud del pacto, el actual presidente, Joaquín Rivero y su socio, el empresario valenciano Bautista Soler, se quedarán con Gecina, la filial francesa de Metrovacesa, mientras que los Sanahuja se quedarán con las riendas de la mayor inmobiliaria española. La familia Lara, que con un 4,9% del capital de la inmobiliaria es otro de los socios de referencia ya anunciado su intención de mantenerse en la Metrovacesa de los Sanahuja.

La segregación acabará con la lucha entre los Sanahuja y Rivero por la empresa

Los detalles del acuerdo de separación contemplan que Metrovacesa reduzca su capital hasta un importe máximo de 96,8 millones mediante la adquisición de 64,54 millones de acciones propias para su amortización.

La opa ofrece 0,58 acciones de la filial francesa Gecina por cada título de Metrovacesa, que se ha fijado en un precio de 76,67 euros, mientras que los de Gecina se valoran en 129,36 euros. La ecuación de canje ha tenido en cuenta el fondo de comercio de la inmobiliaria española y los dividendos repartidos por ambas sociedades (2,5 euros por acción de Metrovacesa y 4,2 de Gecina).

La opa que Metrovacesa pidió ayer a la CNMV que admita a trámite es sólo el primero de los procesos que conducirán a la escisión de la empresa. Gracias a ello Rivero recuperará la antigua Bami para integrar en ella los activos de Gecina y los proyectos de Metrovacesa en España que obtenga en la separación. Mientras, los Sanahuja se quedarán con el resto de los activos, tanto en España como algunos en Francia, que se integrarán en la sociedad gala cotizada Medea.

Una vez concluida la opa anunciada ayer los Sanahuja lanzarán otra oferta sobre el 100% de Metrovacesa a 83,21 euros en metálico y ampliarán capital por importe de 1.750 millones para repatrimonializar la empresa.

Metrovacesa acaba de cerrar la compra de ocho edificios de oficinas en Alemania por un importe de 340 millones de euros. Siete de ellos se encuentran en Dusseldorf y el restante en Fráncfort. La compañía ha asegurado que la compra de estos inmuebles tendrá una rentabilidad media inicial por rentas superior al 5%. Entre los inquilinos que se encuentran en los edificios adquiridos por la empresa española se encuentran compañías como Lufhansa, Nestlé, Mercer y Marsh.

Operación con precedentes

El precedente más parecido al reparto de Metrovacesa vivido en España fue el de El Encinar de los Reyes, una inmobiliaria que la familia Olazábal y el BBV acordaron repartirse a mediados de los años noventa. En 1992 la familia Olazábal lanzó una opa sobre El Encinar para contrarrestar la entrada de BBV, precisamente asociado con Metrovacesa. Los principales activos de El Encinar eran unos terrenos en una de las zonas residenciales más lujosas de Madrid. En aquella ocasión las partes acordaron presentar una opa conjunta, excluirla de Bolsa y repartirse los activos.

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