Burbujas de oro con chic francés
Caro y, en ocasiones, difícil de encontrar, el champán ocupa el trono de la exclusividad
El champán es la bebida más apreciada y conocida en el mundo. La chispa, el frescor, la magia del champán permiten que este espumoso se identifique con estatus, glamour, lujo y celebración. Así ha ocurrido siempre a lo largo de su historia, ligada indefectiblemente a reyes, políticos, artistas y millonarios. Pero su consumo se ha democratizado y hoy en día los más sencillos están al alcance de cualquiera.
¿A quién no le gusta el champán? Nunca como ahora ha estado más de moda. De hecho, el consumo en nuestro país se ha incrementado considerablemente en los últimos años, algo más del 26% en 2006, según datos del Centro de Interpretación del Champagne. Esto significa que el año pasado, los españoles bebieron más de 3,5 millones de botellas, una cifra que les sitúa en el noveno puesto en la escala mundial. Dentro de España, en Madrid, Barcelona, Palma de Mallorca y Marbella es donde más se consume.
De las 10.000 maison que existen en Champagne llegan al mercado español unas 60 marcas, pero desde luego están todas las importantes. Sólo el grupo Moët & Chandon (perteneciente a Louis Vouitton Moët Hennessy, un gigante del lujo mundial) acapara el 60% con sus distintas casas -Ruinart, Dom Perignon, Veuve Clicquot, Krug y Moët & Chandon-.
Hay un champán para cada momento y ocasión, porque se puede tomar como aperitivo, acompañando toda una comida o por simple y mero disfrute. La elegancia, refrescante acidez, las burbujas que acarician el paladar, le convierten en un vino único, aunque no es menos cierto que la estructura y complejidad de los grandes millésimes -los champanes de añada- no son aptos para todos los bolsillos.
Por otra parte, y no menos importante, cada casa de champán tiene una personalidad propia, un estilo definido que la identifica y diferencia de las demás. Dom Perignon, se caracteriza por el largo envejecimiento de sus espumosos, que nunca es inferior a siete años y que, en casos como el Oenothèque, alcanza los catorce.
En Ruinart, la casa más antigua de Champagne (1729), apuestan decididamente por la variedad chardonnay -una de las tradicionales en la elaboración del champán junto a la pinot noire y la pinot meunier-, que otorga elegancia y frescura.
Los Krug están considerados los Rolls Royce del champán, el preferido por expertos y conocedores de todo el mundo. Fermentan todos sus vinos base en barricas de roble -que luego darán lugar a los ensamblajes-, una práctica poco habitual entre las grandes casas, proporcionándoles longevidad.
Por su parte, Perrier Jouët se jacta de poseer sus viñedos en los mejores crus -una calificación de viñedos, según la cual los mejores son los grands crus, seguidos de los premiers crus-. En 1969, nació la cuvée Belle æpermil;poque, lo que marcó un hito en la casa y se convirtió en uno de las más prestigiosas del siglo XX. El singular diseño Art Nouveau de la botella, de 1902, se ha convertido en todo un emblema de la casa.
Otro de los míticos entre los espumosos franceses es el Cristal de Roederer. Propiedad de la misma familia desde su fundación en 1776, sus champanes, de producción limitada, son sinónimo de excelencia. La joya de la bodega, la cuvée Cristal, fue creada a finales del siglo XVII para el zar Alejandro II.
En general, todos son productos caros, pero su precio refleja el coste de la materia prima, escasa y limitada para garantizar la calidad -el kilo de uva en la región de Champagne se paga a 6 euros kilo y una hectárea de tierra ronda los 1,5 millones de euros-, la mano de obra, la elaboración y los años que permanece inmovilizado el producto hasta que sale al mercado. Además, el champán es mucho más que una bebida, es pasión y disfrute.
Para sibaritas
Partagás serie D nº 4. La anilla de la serie D y de ediciones limitadas, caracterizada por su color rojo, refleja los cigarros de mayor demanda de la marca Partagás en los últimos años. Especialmente conocidos son los habanos nº 4 de esta serie, elaborados totalmente a mano con tripa larga. El Robusto, 124 x 19,84 mm. Cepo 50, muestra un intenso sabor a tabaco y madera, con recuerdos vegetales y de cuero, seco, algo amargo y con un final picante, vagamente dulzón. De fortaleza media a medio-fuerte (progresa rápidamente), posee un tiro magnífico, con bocanadas muy amplias, plenas y llenas de sabor. Es uno de los grandes Robustos cubanos. Precio: 8,95 euros.De Mercat, una nueva forma de comer pescado. En el renovado mercado de la Barceloneta está el restaurante De Mercat (Plaça de la Font. Barcelona. Tel.: 932 215 458) los clientes pueden pedir al cocinero un pescado que no esté en la carta y que lo compre en cualquiera de los puestos del mercado. Por un suplemento de 10 euros se lo prepararán a su gusto. Entre sus propuestas habituales se encuentran todo tipo de pescados salvajes, mariscos, arroces y parrilladas.Castillo de Canena Reserva de Familia. Este aceite de oliva virgen extra llega de Canena (Jaén) elaborado con los frutos verdes -lo que le garantiza mayores cualidades aromáticas- de las variedades arbequina y picual, de ahí que le hayan denominado 'primer día de cosecha'. Ambas variedades se complementan en sabores, aromas y estabilidad para conseguir un aceite de bonito color verdoso y nariz muy atractiva e intensa, con notas a tomatera, almendras frescas y hierbas algo anisadas. En boca es muy correcto, aunque no tan explosivo como al olfato. Es equilibrado, suave y de final ligeramente dulce. Otro acierto es la botella, un diseño de Sara Navarro. Precio: 17 euros (500 ml).