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Alianza

La gran industria ultima una central de compras de energía para frenar la subida de precios

Las grandes empresas de la siderurgia, el cemento y la metalurgia ultiman la anunciada central de compras para adquirir electricidad. Con esta alianza de grandes consumidores pretenden frenar en seco los efectos de las últimas subidas de precios. Protestan porque el Gobierno traslada los aumentos a las empresas en vez de a los particulares. Las cementeras se quejan de que han sido las más afectadas al asumir alzas del 40% en menos de dos años.

Estamos optando por un sistema en energía que no es especialmente barato porque no incluye la nuclear y es la industria la que está pagando el alza de costes en vez de el consumidor'. La argumentación de Aniceto Zaragoza, director general de la patronal de las cementeras Oficemen, resume el malestar de las grandes de la industria por el continuado aumento de precios. La solución está próxima y marcará un precedente empresarial.

Las compañías van a agruparse en una central de compras con la que aspiran a tener un gran poder de negociación con las eléctricas. La constitución formal 'se hará como tarde en septiembre', apunta Zaragoza.

En diciembre pasado Aege (Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía) ya esbozó esta alternativa. En lo que va de año se han sucedido maratonianas reuniones de los sectores implicados: siderurgia, cemento, química, metal, principalmente. Los nombres propios tienen peso: Arcelor España, Alcoa, Acerinox, Tubacex, Tubos Reunidos, además de las cementeras Portland (con sus filiales Lemona y Uniland), Cemex, Holcim, y Asturiana de Zinc o Ferroatlántica (de Juan Miguel Villar Mir).

En total, son 35 empresas que protestan por afrontar subidas en el precio de la electricidad de un 30% en los dos últimos años. La gota que, según su perspectiva, ha colmado el vaso ha sido la subida del 1,9% en las tarifas industriales aprobada por el Gobierno el mes pasado. Ese mismo día decidía congelar las de los hogares y no aplicarles el incremento propuesto del 1,8%.

El modelo francés

'No se pueden trasladar a la línea de flotación de la competitividad costes que no se quieren trasladar a los ciudadanos', señaló entonces el vicepresidente de Aege, Javier Penacho.

En eso coincide el director general de Oficemen: 'si le hacemos pagar a la industria, le hacemos ser menos competitiva'. Y pone el ejemplo de Francia, donde la energía nuclear pesa significativamente en el suministro y las empresas logran pagar unos 30 euros por gigavatio. Frente a esta tarifa, compara los aproximadamente 46 euros de promedio que pagan los grupos industriales.

En esta gran industria, sin embargo, unas empresas han resultado más afectadas que otras. Las cementeras, que han tenido que atender una demanda récord en los últimos años por el boom inmobiliario, han sufrido aumentos del entorno de 40%. En menos de dos años, en 20 meses, apunta Zaragoza. Traducido en precios, una productora de cemento puede pagar por gigavatio más de 55 euros de media antes de aplicar descuentos posibles.

La central de compras, una alianza inédita, no quiere adelantar objetivos de descuentos a priori. 'Buscamos un precio razonable que sea conveniente para las eléctricas y para nosotros, que somos predecibles en el consumo y con la central de compras queremos serlo más', afirma el director general de Oficemen.

Todo hace augurar una larga ronda de negociaciones una vez que se constituya formalmente esta plataforma.

Apagar, solución española

Los descuentos a los que pueden acceder grupos industriales como las cementeras no han servido para paliar las fuertes alzas de los costes de electricidad. Desde hace tiempo, estas empresas pueden ofrecer a Red Eléctrica Española (REE) la posibilidad de parar su actividad y dejar de consumir energía, lo que en jerga se llama interrumpibilidad. En el caso de las cementeras, implica apagar los hornos que emplean para producir el material, aunque conlleva un coste volver a arrancar. Estos apagones controlados y avisados permiten garantizar el suministro en picos de demanda (tanto en invierno como en verano, por el aire acondicionado) y a las empresas, obtener un descuento. Se trata de una solución española, que no existe en otros países. La mala noticia para el sector es que el último decreto aprobado por el Ministerio de Industria revisó a la baja este tipo de descuentos, lo que de facto puede suponer una subida del 2,3%, según Aege.

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