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CincoSentidos

Fragancias eternas

Los perfumes clásicos vuelven a estar de moda, pero ya no tienen ese poso denso del pasado. Los perfumistas los reinventan con acordes frescos y notas mediterráneas. Para cualquier ocasión

Con su encanto y extravagancia, rindió el mundo a sus pies. Madame Chanel inventó la moda y nos regaló una fragancia que sigue cautivando a las mejores narices del planeta. 'Bonjuor, madame, bonjour, monsieur'. El perfumista Ernest Beaux llegó aquella mañana de 1921 a la Rue Cambon con varios frasquitos de esencias. Coco no dudó: escogió la referencia número cinco y la escanció en un perfumero art decó. Lo demás es historia, incluida la celebérrima frase de la señora: '¿En qué parte del cuerpo debe perfumarse una mujer?, le preguntó en cierta ocasión una joven. En aquellas donde usted quiera que la besen', respondió Coco.

Sofisticado, elegante y un poco dulzón, Chanel número 5 -ylang-ylang, azahar, rosa de mayo, palo de rosa y jazmín de Grasse- es un clásico al que no le han salido pretendientes. Los perfumistas lo reverencian: reinventan una y otra vez las fragancias clásicas, hoy más que nunca, pero ninguno se atreve a tocar el corazón de la leyenda.

Todo lo contrario le ocurre a Chypre, una de esos perfumes antiquísimos que parecen no pasar nunca de moda. Hizo furor en la antigua Roma y Françoise Coty lo redescubrió en 1917. Sus notas, pachuli, sándalo y bergamota, han inspirado a Guerlain (Mitsouko), Dior (Diorama) y Hermés (Calèche) , y tuvieron su momento de gloria en los años 40. Pero en el siglo XXI estos acordes se diluyen en una estructura gustativa floral más fácil de llevar, como la que se descubre al desconchar Lovely, la fragancia apadrinada por Sarah Jessica Parker, Adorabily, de Mango, o el último Cacharel, Liberté.

El siglo nos descubrió desempolvado los viejos olores, memoria de la infancia, el eau de cologne, otorgándoles unas pinceladas de frescor mediterráneo. También los sabores del recuerdo se han escanciado. A veces es el chocolate, otras la manzana, que ha inspirado Nina, de Cacharel. Franceses y anglosajones, que antaño sentían debilidad por los perfumes orientales, densos y polvorosos, hoy se dejan acariciar, como el resto de los europeos y los americanos, por las notas alegres, ligeras y frescas de la naranja, el limón y la mandarina, el corazón de fragancias míticas como Eau de Cologne 4711 o Eau Imperiale de Guerlain, de última moda bajo el sello Klein. CK One es desde su creación un superventas para mujer y Armani, un apasionado de los olores mediterráneos, parece empeñado en seguir esta estela: Red pour Lui ya está en las perfumerías.

En 1995 surgieron las primeras notas frutales. Las eternas fragancias florales aprovecharon la ocasión. El maridaje ha dado obras de excelente factura como Aqua de Gió, el clásico de Armani, o 212 de Carolina Herrera, con versiones que se reinventan todos los años y a las que el público masculino ha ofrecido su fidelidad.

Hasta el éxito de Feminité du Bois de Shiseido, predominaban en sus tocadores los acordes del sándalo, el cedro y el vetiver, pero la posmodernidad ha despertado en el hombre el placer de descubrir notas florales, como las que se encuentran en Dior Homme y L'Homme Eau dæpermil;té de YSL.

Un español internacional

Alberto Morillas. Firmenich. Dicen de él que es el mejor perfumista del mundo. Sin duda es nuestra nariz más internacional. Creador de algunos de los grandes éxitos del hit parade de las esencias -CK One de Calvin Klein y 212 de Carolina Herrera-, este sevillano ha logrado lo que parecía imposible, que la amapola desprenda una dulce fragancia. æpermil;sta es la flor del último perfume de Kenzo, una colonia pensada para la noche que las mujeres usan en cualquier ocasión. Sus apuestas para no errar: Bright Cristal, de día, y Ángel para la noche.

El hijo del perfumista

Jacques Cavallier. Firmenich. Hijo y nieto de perfumistas, Jacques Cavallier aprendió junto a su padre el arte de crear fragancias. Hoy, 30 años después, es un perfumista de renombre, galardonado en 2004 con el Prix Coty como la mejor nariz del año. Hubiese deseado haber dado vida al Eau Sauvage de Dior, pero ha tenido que conformar con crear los acordes de fragancias tan enigmáticas como l'Eau d'Issey de Issey Miyake en 1991, Jean Paul Gaultier en 1993, Poême de Lancôme en 1995 y Cinéma de Yves Saint -Laurent en 2004.

La fragancia que enamoró a Miuccia

Daniela Andrier. Givaudan. 'Al otro lado del teléfono, Miuccia me dijo: Necesito el ámbar que pueda responder a una pregunta ¿quién es el hombre de Prada? Nueve meses después lo encontré'. Así nació la última fragancia masculina de Daniela Andrier, una de las más exquisitas perfumistas del mundo. Andrier, de soltera Roche, dueña de la firma de esencias Givaudan, posee el prestigioso premio Fifi Award, que le concedieron en 2003, y ha trabajado para Zegna, Armani, Gucci, Guerlain y Lancôme. Attracction es una de sus mejores creaciones.

La inspiración de la memoria

Carlos Benaim. IFF. Un ingeniero metido a perfumista. Carlos Benaim, la nariz de International Flavors & Fragrances, nació en Marruecos y estudió ingeniería en Toulouse. Hoy vive en Nueva York, donde ha dado vida a alguna de las fragancias más sensuales del mercado. Amante de la cultura sefardí y consumado pintor, Benaim ha sabido recrear el mundo de Calvin Klein en fragancias como Euforia, Eternidad y Contradicción. Algunos de los perfumes más queridos de Carolina Herrera -Carolina y Herrera for men- también son suyos.

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