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Gehry une los negocios de Marqués de Riscal y del Guggenheim Bilbao

Acuerdo para aprovechar el potencial turístico que ofrece la obra en España del artista de EE UU

Gehry une los negocios de Marqués de Riscal y del Guggenheim Bilbao
Gehry une los negocios de Marqués de Riscal y del Guggenheim BilbaoCinco Días

La obra en el País Vasco de Frank Gehry se mostrará por partida doble. Es, al menos, lo que pretenden el museo de arte moderno Guggenheim Bilbao y la firma Herederos de Marqués de Riscal cuyas instalaciones llevan el sello del reputado arquitecto norteamericano.

Los responsables de la pinacoteca bilbaína y de la bodega de Elciego (Rioja alavesa) firmaron ayer un convenio de colaboración que tiene como principal objetivo reforzar el potencial turístico de ambas sociedades. El nexo, y principal polo de atracción, la obra de Gehry. El acuerdo pretende desembocar en un oferta común de actividades y servicios con una estrategia que les permita ganar en número de visitantes.

Al pacto ha contribuido la buena sintonía entre Juan Ignacio Vidarte, director general del museo de arte contemporáneo, y Alejandro Aznar, presidente de Riscal. También, la misma dinámica de sus negocios. Algunos turistas visitan el Guggenheim y preguntan después por la bodega. O, al revés.

Todavía no hay un estudio elaborado sobre qué grado de influencia ejerce la obra de Gehry en Bilbao o la situada en Elciego, pero sus gestores ya se han puesto a trabajar en algo parecido a una joint venture cultural. El convenio suscrito incide en el desarrollo de iniciativas comunes de comunicación, marketing, intercambio de productos de tienda y alquiler de espacios, entre otras áreas, y reforzar su presencia y relevancia a nivel internacional. A la tarea se aportan buenos mimbres. Starwood, la multinacional que gestiona el hotel ubicado en la bodega alavesa, es un inmejorable escaparate. Los caldos de la firma vitivinícola alavesa, con más de 150 años de historia, también. Y, el colectivo de Amigos del Guggenheim Bilbao y los miembros corporativos y asociados de esta institución, pueden contribuir como elemento tractor y beneficiarse de una mayor oferta y prestaciones que las que tienen actualmente.

Tanto la pinacoteca como la bodega se mueven en lugares comunes. El 78% del millón de visitantes del museo bilbaíno procede de Estados Unidos, Alemania, el Reino Unido y Francia. En el caso de la bodega el porcentaje se reduce al 50%, con una mayor clientela de turistas procedentes de EE UU. A todos les une la inconfundible huella del artista norteamericano. El llamado efecto Gehry y sus sinuosas formas arquitectónicas ha ayudado, a colocar en el mapa al País Vasco a través de sus dos obras, según aseguran fuentes del sector turístico. Gobierno vasco y Diputación Foral de Vizcaya, junto con la Fundación Guggenheim, sellaron, en 1991, el acuerdo para poner en marcha un museo de arte moderno en Bilbao que inició sus actividades en 1997.

El pacto, curiosamente, se firmó en otra bodega, Campillo, que acoge dos nichos para los caldos que se venden con la marca Guggenheim Bilbao. La apuesta supuso destinar unos recursos, entonces, de unos 90 millones de euros sin contar otros 30 millones para la compra de colección propia El retorno, los cerca de 8 millones de visitantes y el negocio inducido. Marqués de Riscal, por su parte, inauguró en 2006 su nueva bodega y el hotel tras invertir 90 millones.

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