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CincoSentidos

Estudiar en la universidad con un crédito bajo el brazo

La banca encuentra un filón en el alto coste de estudiar en centros de élite

No sólo de hipotecas viven bancos y cajas. La concesión de préstamos para cursar estudios es un producto que ya no falta en el menú de ofertas financieras. Y eso, que del total de estudiantes matriculados en la universidades españolas (1.423.396 en el pasado curso), menos del 10% (casi 140.000) estudian en centros privados. Una cifra que va en aumento y que exige un mayor esfuerzo económico a las familias por el mayor coste de los estudios en centros privados frente a los públicos.

Si, por ejemplo, primero de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid cuesta sobre 530 euros, Derecho en Deusto cuesta unos 3.700 euros. Superados los requisitos académicos de admisión en un centro privado -en ocasiones muy duros- ya sólo queda buscar cómo financiar los años de estudios. Al coste de la matrícula hay que añadir, según los casos, los de alojamiento y manutención. Por ejemplo, en la Universidad de Navarra, dan unos gastos medios por este concepto de entre 200 y 300 euros al mes en un piso compartido entre estudiantes. Si se opta por un colegio mayor, el gasto sube hasta los 700 euros de media. Los libros hacen el resto.

Así, a poco que unos padres se descuiden, los años de universidad de un hijo en un centro privado bien pueden rondar los 50.000 euros. Y eso, sin contar el posterior máster que quiera realizar y las necesarias salidas al exterior para perfeccionar idiomas.

El producto básico para financiar este desembolso es el crédito. Antes de elegir uno u otro, conviene analizar, como mínimo, dos ofertas. Una es la que provenga de las entidades financieras que tienen acuerdos con la universidad elegida. Otra, la que realice el banco o caja con el que se trabaje habitualmente, porque la mayoría de las condiciones estándar se negocian con los clientes.

Además del coste del préstamo, que suele girar en torno al Euribor más 1%, hay que fijarse en el importe máximo concedido porque, en ocasiones, puede no cubrir el importe total de la matrícula. En cuanto a las comisiones de apertura y de cancelación y de amortización anticipada es donde más margen hay para negociar su supresión. Las más altas están en torno al 1%. En ocasiones, estos préstamos requieren que el joven preste un aval personal.

Normalmente, las entidades ofrecen condiciones diferentes según se trate de financiar tres tipos de situaciones. Por un lado, los estudios universitarios; por otro los estudios de posgrado tipo máster y, por último, los cursos en el extranjero. Asimismo, es frecuente encontrarse con productos que anticipan una beca obtenida, lo que permite echar mano de ese balón de oxígeno mucho antes de que la burocracia docente la ingrese en la cuenta del estudiante.

Además de estos clásicos, que están en línea con el coste de los préstamos al consumo, las entidades ofrecen productos de ahorro a largo plazo para que, desde la infancia, los padres vayan llenando la hucha de su hijo.

Ahorro a largo

Caja NavarraEl Can Ahorro Estudios es un plan con seguro de ahorro. Está pensado para menores de 18 años (beneficiarios) y permite ahorrar para los estudios. La aportación mínima al mes (de los padres, por ejemplo) es de 60 euros y se rescata cuando se quiera. Si el plan se prevé para 15 años y quien aporta fallece antes, el joven recibirá el mismo importe que si no hubiera fallecido.BancajaLibreta Uno y Pequeplan son dos tipos de planes de ahorro para los más pequeños (menores de 14 años) y que, por tanto, deben abrir con autorización de sus padres. Con Pequeplan, si los padres fallecen, los hijos recibirán el importe pactado al inicio.Caja MadridMi Cuenta y Yo es una libreta para menores de 6 años al 1%. Cuentas Tú es para niños entre 6 y 17 años al 0,10% TAE. Ambas sin comisiones. Sólo admiten un titular y debe figurar la autorización de los padres.

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