El desfase comercial eleva el déficit corriente en España un 16,3%
El déficit de la balanza por cuenta corriente -que refleja los ingresos y pagos por operaciones comerciales, servicios, rentas y transferencias de España con el exterior-, ascendió a 34.338,5 millones de euros en los cuatro primeros meses del año, lo que supone un aumento del 16,36% respecto a los 29.508,6 millones registrados en el mismo periodo de 2006, según informó ayer el Banco de España.
Este aumento del déficit por cuenta corriente se debe no sólo al ya habitual saldo negativo de la balanza comercial, sino también a la alta necesidad de financiación de la economía (que asciende a 32.528 millones, un 14,4% más) y que hace aumentar el pago de los intereses por la deuda con el exterior.
Según la explicación dada ayer por el Banco de España, el aumento del déficit corriente se debió, principalmente, al crecimiento de los números rojos de la balanza de rentas y de la balanza comercial. De hecho, el peso del déficit comercial supone el 76,2% del total. En concreto se elevó en los cuatro primeros meses del año hasta 26.191,1 millones de euros desde 24.847,4 millones de euros en el mismo periodo de 2006, un 5,4% más.
Esta evolución tuvo lugar a pesar del dinamismo de la economía europea que ha impulsado un crecimiento más elevado de las exportaciones que de las importaciones, un 7,6% y 6,9% en tasa interanual, respectivamente.
Por el contrario, la balanza de servicios acumuló hasta abril un superávit de 4.040,2 millones de euros, un 3,2% menos. Esta caída se produjo por el incremento del déficit de los servicios no turísticos, que no pudo compensarse con la ampliación del superávit de la rúbrica de turismo y viajes, que sólo aumentó un 2,7% en tasa interanual, hasta 6.398,6 millones. El déficit de rentas aumentó de forma significativa, hasta el 47,4%, hasta los 8.235 millones.
Negociación con Corea
La Unión Europea ofreció ayer a Corea del Sur suprimir por completo los aranceles a la importación de productos coreanos, en un periodo de siete años, siempre y cuando Seúl ponga sobre la mesa 'una oferta igualmente ambiciosa'. A cambio de acabar con las tarifas, la UE reclama un mayor acceso al mercado coreano en áreas clave como coches, bienes manufacturados y empresas de servicios. Y solicitó una supresión de las restricciones a la inversión europea en Corea, donde la UE es el primer inversor.