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Economía

El barril de crudo vuelve a niveles de récord al superar los 78 dólares

El precio del crudo Brent llegó a superar ayer su máximo histórico, en una jornada marcada por la gran volatilidad. Tras alcanzar los 78,4 dólares por barril, remitió hasta los 77,33 dólares. Los problemas técnicos en yacimientos del mar del Norte y los fondos especulativos explican las últimas subidas.

El oro negro regresa a precios de récord. Después de casi un año, el barril de crudo tipo Brent llegó a pagarse ayer en el mercado de Londres a 78,4 dólares, por encima de su máximo de cierre del 8 de agosto de 2006 (78,30) y a sólo 25 centavos del tope intradía que se marcó en aquella jornada veraniega.

A las habituales tensiones de la demanda se han unido en la última semana problemas de abastecimiento en el Mar del Norte. La avería en un oleoducto ha echado leña al fuego de la inestabilidad de la oferta, capitaneada por las crisis de Irak, Irán y el conjunto de Oriente Próximo.

Todo ello, en un entorno de extrema volatilidad: después de rozar el récord, el precio del barril llegó a caer dos dólares (hasta 76,50), a medida que numerosos inversores recogían ganancias. Finalmente, cerró en Londres a 77,33. Si se superponen los gráficos de cotización del barril de Brent del año pasado y éste, se puede observar una coincidencia notable en la evolución del primer semestre. Por el lado de la demanda, en ambos periodos se ha mantenido un nivel de actividad fuerte en la economía mundial, capitaneado por potencias emergentes como China e India, y con la sustitución de Estados Unidos por Europa en la cabeza de las industrializadas.

En un entorno de gran volatilidad, el barril llegó ayer a perder dos dólares tras tocar máximos

En cuanto a la oferta, ambos periodos recogen la débil producción en Irak, y acusan la sempiterna inestabilidad en Oriente próximo. El récord de cotización de agosto pasado (78,65 dólares por barril) se registró en el momento álgido de la invasión del Líbano por parte del ejército israelí.

Dominique de Riberolles, presidente de la Asociación Española de Operadores Petrolíferos (AOP) espera que la segunda parte del año pueda ver un abaratamiento similar al del año pasado. 'Todo depende de la temporada de huracanes en el Golfo de México y de la evolución del consumo de gasolinas en Estados Unidos', explica.

Exploraciones caras

Uno de los problemas fundamentales es que, en términos económicos, los nuevos pozos cada vez son menos rentables, dada la profundidad y difícil acceso (muchas veces, en alta mar). Así, un entorno de precios caros como el actual llevaría a acelerar las exploraciones, pero éstas sólo dan resultados pasados varios años, con la incertidumbre respecto a los precios de entonces. A todo ello hay que añadir en los últimos tiempos una creciente politización del acceso a las reservas de países como Venezuela o incluso Rusia.

En lo que parece haber un consenso amplio es en el crecimiento futuro de la demanda. La Agencia Internacional de la Energía, organismo asesor de la OCDE, espera un incremento del 2,5% para el año que viene, hasta los 88,2 millones de barriles diarios.

En sus previsiones publicadas ayer, la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) limita dicho ascenso al 1,6%, al esperar una mayor incidencia en el uso de combustibles alternativos. En cualquier caso, la firma Goldman Sachs calcula que, salvo que el cártel petrolero eleve su producción actual, el precio del barril West Texas podría dispararse hasta los 95 dólares hacia finales de año. Y eso, que el crudo más consumido en EE UU cotiza en la actualidad a 74 dólares, por debajo del Brent.

Por fortuna para los pagadores de la factura energética europea, la explosión alcista de los precios del petróleo experimentada a partir de 2003 ha venido acompañada por una notable apreciación del euro frente al dólar. La moneda de la Unión Económica y Monetaria ha ganado un 16,3% frente al billete verde desde 2005, mitigando así una parte del encarecimiento del crudo, que se paga en dólares en los mercados internacionales.

Este fenómeno, unido a la diversificación energética y a la mayor eficiencia en la producción, están actuando como colchón, limitando la incidencia del crudo en la economía general. Un dato destacable es el de la inflación de la zona euro, que en junio sumó su décimo mes consecutivo dentro del límite del 2% considerado por el Banco Central Europeo como 'estabilidad de precios'. En anteriores escaladas petroleras, la incidencia sobre los precios generales fue más intensa que en la actual. A ello se refirió ayer el comisario europeo de Asuntos Económicos y Monetarios. Joaquín Almunia mostró su preocupación por el nuevo encarecimiento del crudo, aunque matizó que, 'hasta ahora, el impacto sobre las economías europeas ha sido mucho menor que el que han tenido anteriores periodos de alza'. Según Almunia, esto de debe 'en parte a que nuestras economías son menos dependientes del petróleo', y en parte a que un euro fuerte se atempera el impacto de la subida del crudo. 'Es evidente que el barril de petróleo en euros nos cuesta menos que si lo tuviéramos que pagar en dólares', explicó.

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