El euro y los políticos (1ª parte)
El cruce entre el dólar y el euro está rozando niveles de máximos. La marcha del dólar desde mediados de 2000 sólo tiene un rumbo y el terreno ganado por el euro desde entonces supone una ganancia del 65%. Uno de los primeros efectos es que las inversiones en renta variable en dólares para el inversor de la zona euro han sido menos de la mitad de las que se han podido obtener en la divisa propia. En este tiempo el dólar no ha sido un buen negocio sino una fuente de riesgo para las carteras. Se puede hablar como causa de la corrección del dólar de la incidencia negativa de los déficit gemelos estadounidenses: el abultado déficit por cuenta corriente y el déficit público, que aunque lleva un año mejorando, en términos estructurales, preocupa. Una economía que plantea unas necesidades de financiación tan notables, hace que el papel del ahorro externo sea muy relevante. De momento los superávit de la balanza corriente del sudeste asiático financian a EE UU, pero ¿y si el atractivo por los activos en dólares cayera repentinamente?
Por su parte, los bancos centrales de muchos países como China y Rusia empiezan a demandar una diversificación de las reservas. Menos dólares, más euros. El dólar cada año pierde un punto porcentual en la tarta de las reservas internacionales de los bancos centrales.
Además, la zona euro está ganando tracción de forma acelerada frente a un ciclo económico en EE UU que pierde brillo. Este hecho unido a la situación de la inflación en ambas áreas hace que las políticas monetarias vayan aproximándose. Parece que la Fed no va a subir más los tipos, es más, podría bajarlos, y por su parte, el BCE necesita seguir subiendo los tipos. En general, parece que los hados no están del lado del dólar en el medio plazo. Pero, ¿es esto un problema para la economía europea? ¿Y para sus exportaciones? En nuestra opinión es un problema menor de lo que supone el run run que se maneja en determinados foros.
Juan Luis García Alejo. Director de análisis y gestión de Inversis Banco.