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CincoRed

La privacidad se convierte en un arma arrojadiza en la red

Las compañías descubren con pavor que el respeto a la vida privada es la fina arista que separa su popularidad de un imprevisible descalabro comercial

La protección de datos ha pasado de ser una cruzada de las organizaciones de usuarios a convertirse en una peligrosísima arma arrojadiza contra las grandes multinacionales. Las compañías han descubierto que la sombra de una duda sobre el respeto a la vida privada de los clientes puede provocar un descalabro comercial. Una pavorosa amenaza sobre el modelo de negocio de cada una, pero también una oportunidad de destruir al incómodo rival.

Google ha sido el último gigante de internet en comprobar en sus propias carnes virtuales el peligro de un alarmante titular sobre su política de privacidad. En mayo, bastó un cruce de cartas bien aireado entre la firma y el órgano que vela por la protección de datos en la UE (conocido como Artículo 29) para teñir de negro los colores del parchís del buscador de internet por antonomasia.

El escándalo aumentó cuando un mes después una organización no gubernamental (Privacy International) publicó un ranking (ver cuadro) que colocaba a Google como la empresa menos respetuosa con la vida privada de las 23 analizadas. 'Hasta mi padre me llamó, después de leer el periódico local de su pequeña ciudad en Florida para preguntarme por qué hacía tan mal mi trabajo', confiesa en su blog personal, Peter Fleischer, consejero sobre privacidad de la compañía.

Acostumbrada a una popularidad que se retroalimentaba por sí misma, Google lleva semanas buscando un bálsamo que cierre la peligrosa herida. Y aunque el grupo Artículo 29 ha decidido extender sus pesquisas a todos los buscadores, el daño quizá sea ya irreparable.

Pero ese caso está lejos de ser la excepción. Otros iconos de la red, como Ebay o Amazon, también han sufrido campañas en contra de su política de protección de datos. Y los especialistas en la materia prevén que se redoble la presión. 'Estamos convencidos de que las empresas que no sean escrupulosas con este tema correrán el riesgo de perder la credibilidad y sufrirán una represión derivada de ello; quedarán deslegitimadas ante la ciudadanía, y esto se irá intensificando en el futuro, a medida que los ciudadanos tomen más conciencia del problema', advierte Artemi Rallo, director de la Agencia española de Protección de Datos. Muchas compañías de telecomunicaciones y de internet veían hasta ahora los millones de datos que acumulaban sólo como un recurso que podían explotar', dice un abogado especializado en protección de datos y propiedad intelectual. 'Las telecos, sobre todo, presionaban para poder revenderlos o aprovecharlos en sus campañas de marketing'.

En los últimos meses, sin embargo, los roces con los supervisores nacionales o internacionales de protección se han multiplicado y han sustituido, en gran medida, a los antiguos conflictos con las autoridades de Competencia. El relevo es potencialmente explosivo para las compañías. Antes se enfrentaban a multas millonarias como la que Microsoft encajó por abuso de posición dominante en Europa (497 millones de euros en 2004). Ahora la amenaza es menos tangible en términos económicos, pero más difícil de prevenir y con efectos mucho más devastadores. Una condena moral, aparentemente inofensiva, puede arruinar el prestigio de una compañía y provocar un descalabro comercial sin precedentes. Y si hasta ahora las empresas se denunciaban unas a otras de prácticas anticompetitivas, la trinchera se ha movido al frente de la protección de datos. La volatilidad de los cargos es un riesgo añadido, porque el juicio no suele hacerse delante de un tribunal sino en las arenas movedizas de la opinión pública. Y el veredicto popular llega de manera repentina, sumaria y con pocas posibilidades de apelación.

Un ranking que ninguna empresa quiere encabezar

La calificación de Google como la compañía menos respetuosa con la protección de datos ha desatado una agria polémica entre la comunidad internauta. El ranking provisional lo ha elaborado Privacy International (PI), una ONG sobre la que han llovido críticas por su metodología e, incluso, por contar con un empleado de Microsoft entre los miembros de su consejo asesor. La organización se defiende recordando que también ha atacado las prácticas de la empresa de Bill Gates, que aparece con 'serias carencias' en el ranking. PI propone zanjar el debate con un acuerdo internacional sobre protección de datos y ha propuesto a las compañías del sector negociarlo a partir del próximo día 23 en San Francisco.

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