Vibraciones sospechosas
La sensación de que hay algo que marcha mal ha invadido en las últimas sesiones a los bolsistas que se fían más de la nariz que de la hoja de cálculo. Porque una cosa es que el Ibex pierda el 2% en un par de días, algo que sin ser habitual entra más o menos dentro de lo previsible. El dólar ha marcado mínimos históricos frente al euro, aunque la caída no ha sido, en estas dos sesiones, especialmente virulenta. Y las noticias que llegan tanto del sector empresarial como del financiero en EE UU son negativas, pero es cierto que el caso de las hipotecas de alto riesgo lleva meses abierto.
Por eso es una cuestión de olfato. No es el qué, sino el cómo. En un contexto en el que se da por descontado el crecimiento resulta que Home Depot o Sears han fallado. Y Home Depot, que no es Wal Mart, sí es un buen barómetro de la situación en Estados Unidos... Cuando se habla del consumidor estadounidense la imagen que viene a la mente, desde los años 50 hasta el siglo XXI, es la de una familia adquiriendo pequeños electrodomésticos y material de bricolaje.
Más difícil de calibrar es el riesgo derivado de las hipotecas subprime. Los riesgos de los que han alertado ya las agencias de calificación tienen una doble vertiente. Por un lado, la menor disposición de los inversores institucionales a quedarse con papel de baja calidad encarecerá la financiación hipotecaria y puede agravar el enfriamiento del mercado. Y, por otro lado, los bancos que ya tengan en cartera estos préstamos que nadie quiere tendrán que equilibrar su balance mirando con lupa las nuevas emisiones.
En todo caso, el mercado alcista que arrancó en marzo de 2003 ha superado numerosas pruebas, algunas más duras que las citadas. Pero, al igual que la radioactividad, los desequilibrios tienen efecto acumulativo, de largo plazo. Y quizá no sea cada uno de los factores sino la suma de todos, en un contexto de tipos al alza, lo que escama.