La plantilla de Delphi acepta el cierre y abre paso a otras empresas
El 90% de la plantilla de Delphi en Puerto Real ratificó ayer el acuerdo de la semana pasada, que pondrá fin el 31 de julio a más de 25 años de actividad con un coste para la multinacional de 500 millones de euros. El acuerdo acelerará además la negociación que la Junta de Andalucía mantiene con empresas como Ficosa en busca de alternativas laborales.
Un total de 1.416 trabajadores, de los 1.517 que conforman la plantilla de Delphi en Puerto Real, se pronunciaron ayer en votación sobre el pacto laboral con un resultado de 1.265 síes, 131 noes, 19 votos en blanco y uno nulo. La planta gaditana, por tanto, se cerrará el 31 de julio después de que Dephi pague 500 millones en indemnizaciones, cesión de activos y deudas. El presidente del comité de empresa, Antonio Pina, se mostró satisfecho por el resultado y destacó que 'esto es un punto y seguido, ya que en la reunión con la Junta de Andalucía del próximo día 12 tenemos que marcar la hoja de ruta, donde nos queda el grueso del trabajo'.
El presidente del comité adelantó que en dicha reunión se tiene que 'dar forma' al preacuerdo alcanzado con la Junta, ya que 'todavía hay muchos flecos sueltos', entre ellos los de 'saber de qué edades de prejubilación se va a hablar y con qué porcentajes de la formación se van a empezar a pagar'.
Pero la prioridad ahora, según Pina, es 'empezar a hablar de los nombres de las empresas que se van a instaurar aquí y en qué condiciones', una tarea 'fundamental' y en la que 'los sindicatos nos tendremos que ver abocados a trabajar codo con codo para que la actividad industrial continúe en Delphi', apostilló.
En relación al posible desembarco empresarial de Ficosa, que reconvertiría la planta de Delphi al sector aeronáutico una vez que culmine la toma de control de Sacesa, aseguró que 'si viene una empresa que es catalana, nosotros no somos ni racistas ni clasistas, bienvenida sea para que nos dé cobertura en nuestros puestos de trabajo'.
El comité también entró ayer en la polémica generada a raíz de que la patronal andaluza CEA denunciara que se discrimina a los empresarios andaluces en favor de las catalanes a la hora de buscar inversores. Pina señaló a este respecto que 'podían haber dicho antes que tenían un proyecto para esta empresa, no ahora que sabe que nos hemos quedado libres de polvo y paja'.
Casi cinco meses después de que se anunciara el cierre de la factoría puertorrealeña, el presidente del comité dio por cerrado el capítulo de Delphi y declaró que 'empieza una nueva faceta, que son los compromisos políticos, a los que tenemos que ir dándole forma para que al final todos estemos colocados'. Pina señaló que la multinacional 'creía que iba a lograr un cierre patronal con lo que evidentemente se hubieran ido de rositas'. Por parte sindical, el líder de UGT, Cándido Méndez, afirmó que se ha llegado 'al mejor de los acuerdos posibles, que no el más deseable'. Ahora, añadió, las administraciones deben cumplir sus compromisos de recolocación y dar formación, 'puesto que para las nuevas actividades que se planteen, hará falta una renovación de la cualificación de los trabajadores'. Por su parte, el catedrático de Economía Ramón Tamames advirtió de los efectos negativos que puede tener en la inversión extranjera y nacional en Andalucía la forma de solucionar el cierre de Delphi.
Revés inversor para la firma en EE UU
El fabricante estadounidense de componentes para automóviles Delphi anunció ayer la ruptura de un acuerdo con un grupo de inversores que tenían previsto inyectar 3.400 millones de dólares (unos 2.500 millones de euros) en la empresa, que se encuentra en suspensión de pagos. La principal causa de la ruptura de este acuerdo es la salida de este grupo del fondo de capital riesgo Cerberus Capital Management, que en mayo pasado anunció la adquisición de una participación del 80,1% en Chrysler por un importe de 5.500 millones de euros. Delphi ya avanzó el pasado mes de abril que esperaba que Cerberus saliera del consorcio inversor. En todo caso, la multinacional con sede en Troy (Michigan) avanzó que espera alcanzar a finales de este mes un acuerdo para recibir una inyección financiera de un grupo de inversores, en el que no estará incluido Cerberus. La compañía indicó que la ruptura del acuerdo con el grupo inversor no afectará a sus planes para levantar la suspensión de pagos a finales de este año.