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CincoSentidos

Servicios de lujo a 30.000 pies de altura

Las aerolíneas tradicionales mejoran sus servicios más exclusivos para retener al viajero que no mira el precio del billete

Servicios de lujo a 30.000 pies de altura
Servicios de lujo a 30.000 pies de altura

La tercera fase de respuesta al vendaval low cost está en marcha y las aerolíneas tradicionales se juegan en ella blindar la mitad de sus ingresos, derivados de los viajeros de Business y Primera Clase. Primero rebajaron el nivel de servicios en Clase Turista para obtener margen de maniobra en los precios (expuestos a las fluctuaciones del crudo); la segunda fase obligó a aparcar destinos no estratégicos, y la última ofensiva pasa por reforzar la carta de atenciones que reciben los clientes más distinguidos.

Excelentes vinos, Dom Perignon sin límite, caviar iraní, langosta, cuberterías de plata, camas de dos metros, pijamas de diseño, teléfono, internet, música, cine y videojuegos... todo en pequeñas suites de las que no hay más de ocho o diez en el mismo avión. Así vuelan quienes están dispuestos a pagar entre 4.000 y 10.000 euros cada vez que cruzan el mundo. A unos metros, los pasajeros que han invertido entre tres y cinco veces menos por su billete piensan en el jet lag o en el tentempié que, en muchas ocasiones, ya no se incluye en la tarifa.

Una de las aerolíneas decanas, American Airlines, es la última en plantar cara al fenómeno de los vuelos baratos a base de potenciar su cara más glamurosa. La mayor aerolínea del mundo y forjadora del concepto de Sala vip (allá por 1939) está subiendo a sus 58 Boeing 767-300 un nuevo concepto de clase Business. La exclusividad empieza en los asientos ergonómicos diseñados por la firma alemana Recaro y termina en la selección de 60 vinos al mes -elaborada por la especialista Diane Teitelbaum-, compartimentos más grandes para el equipaje, o los auriculares Bose que reciben sus clientes para escuchar una selección de 50 CD o 14 películas.

El precio de un billete en Primera triplica la tarifa de 'Business'

American ha invertido 372 millones de euros y dos años de trabajo en este proyecto: 'Se trata de una apuesta a largo plazo para que viajar sea una experiencia más placentera para nuestros clientes, los de siempre y los que ganemos a partir de ahora', argumenta María Sebastián, vicepresidenta de Marketing y Ventas de American Airlines en Europa.

Reacción

La respuesta al otro lado del planeta no se ha hecho esperar. Emirates Airlines, con sede central en Dubai, presume de lo que será 'la exclusividad en el aire'. La aerolínea incluirá suites individuales en la Primera Clase de los 24 Boeing 777-300 que va a incorporar a su flota en los próximos 18 meses. En esas estancias, no faltarán los asientos con dispositivo de masaje, puerta para aislarse del resto de la cabina, servicios de restaurante a la carta, minibar individual o una amplia mesa con pantalla de gran formato (23 pulgadas, frente a las 10 pulgadas de la clase económica).

'Los clientes premium nos han transmitido que necesitan más espacio en los viajes de larga distancia y esa es una de las principales claves en el desarrollo de nuestra oferta', dice Tim Clark, presidente de Emirates Airlines. Los nuevos Boeing lucirán ocho de estas suites.

Cada firma trata de diferenciarse del rival aunque sea dando masajes en el cuello y cuero cabelludo, como hace Virgin Atlantic con sus ocupantes de Primera cuando se dirigen o parten del aeropuerto londinense de Heathrow. Pero todas coinciden en algo: al cliente más pudiente se le conquista por el paladar. Quien se permite el lujo de reservar asiento en la parte delantera del avión suele degustar las recetas de grandes chefs como Guy Martin, tres estrellas Micchelin por el restaurante parisino Le grand Véfour (Air France); la norteamericana Delta Airlines cuenta con Michelle Bernstein como diseñadora de los menús de Businesselite; e Iberia pone en la mesa de sus viajeros más distinguidos propuestas de Sergi Arola, figura del restaurante madrileño La Broche.

Para el que cree que, aún así, volar es un suplicio, queda la opción que ha elegido hace unos días un multimillonario anónimo: comprar el A380 de Airbus por 475 millones de dólares. El inédito capricho incluye sala de reuniones, una habitación con jacuzzi, un amplio comedor y, según la revista Wired, 40 pantallas planas. Sólo la cabina del que ya se conoce como Palacio del Aire, diseñada por el estudio neoyorquino Ed Se Doret, costará la estratosférica suma de 150 millones de dólares.

Las mejores. Cathay Pacific, Singapore, Thai, Malaysia Airlines y Qatar Airways son las que pueden presumir de un mejor servicio de Primera, según Forbes. Algunas de sus atenciones son el traslado en coche de lujo desde pie de pista, minibar junto al asiento, pequeñas salas de reuniones o servicios de entretenimiento como los videojuegos.

Rentabilidad. El Banco Mundial calculó en un informe de 2005 que las aerolíneas tradicionales deben el 50% de su negocio a los viajeros de Primera y Business Class.

A China en 'first'. El incremento de la demanda de vuelos entre Europa y China ha hecho que Air China incorpore, desde el pasado 27 de junio, los Airbus 340 con cabina de Primera Clase.

Lufthansa. Acaba de fichar al reconocido Andreas Krolik, chef del Brenner's Park Hotel de Baden-Baden, para elaborar los menús de Business y Primera Clase. Además de su notable cocina, la aerolínea germana destaca por la distancia entre asientos (hasta 2,34 metros) y porque estos pueden convertirse en camas de dos metros de longitud.

Air France. La cabina First Class de Air France acepta entre cuatro y ocho asientos, con un notable espacio adicional respecto a la clase Business. Estos están dispuestos en batería para acceder al pasillo sin molestar al vecino y se convierten en camas de dos metros con colchón y edredón de plumas. Cada cliente tiene a su alcance un teléfono individual o ropa de descanso.

American Airlines. Sus nuevos Boeing incorporan asientos reclinables (de 189 centímetros y una anchura máxima de 58,4) de Recaro con cinco zonas ajustables de forma automática. En cuanto a la clase Business (en la imagen), sus 30 sillones incluyen un dispositivo portátil de entretenimiento, con vídeo y música a la carta, y doble bandeja para comer o trabajar más cómodo.

Singapore Airlines. Una bolsa de aseo con productos de Ferragamo y Givenchy (desde perfumes hasta lociones contra la fatiga o el propio pijama) es una de las muchas atenciones que presta Singapore Airlines a sus clientes de Primera Clase. El cuero de los 12 asientos que vuelan en Primera es de Connolly, como los de los automóviles más lujosos del planeta.

Etihad. Los aviones de la lujosa aerolínea de Emiratos Árabes Unidos se dividen en zonas Diamante, Perla y Coral. La primera, la más exclusiva, cuenta con una pequeña sala de esparcimiento, asientos abatibles hasta los 180 grados -capaces de ofrecer un masaje-y minibar para cada uno de los clientes. La pantalla es de 23 pulgadas y en ella se pueden descargar contenidos propios.

Air Canada. Al facturar en un mostrador de Air Canada una de las garantías es que el asiento en primera siempre goza de la máxima privacidad, los baños ofrecen jabones y colonias de spa, las almohadas y mantas son de distintas tallas y, además, se ofrecen videojuegos, DVD portátil o puntos para cargar las baterías de los ordenadores portátiles.

Emirates. Bandejas, cuberterías y vajilla de plata dan una idea del nivel de servicio de Emirates Airlines. Sus nuevos A-340-500 están equipados con 12 suites aisladas acústicamente. En estas pequeñas habitaciones se ofrece un moderno sistema de iluminación que simula las condiciones de luz del lugar de destino para tratar de paliar en lo posible los efectos del jet lag.

British Airways. Zapatillas de terciopelo, ropa de cama de algodón egipcio, pijama de diseño o bolsa de aseo de Anya Hindmarch (Diseñadora del Año 2007, según la publicación Glamour), son algunas de las atenciones que British tiene con los ocupantes de First Class. Quienes viajan a Heathrow (Londres) pueden usar el spa para darse una ducha o relajarse tras el viaje.

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