El mundo de las subastas de mano de los expertos
Más coleccionistas, con liquidez y mejor preparados. Los responsables de las casas de subastas dan respuesta a un perfil de cliente que ha perdido el miedo a invertir en arte
Hay coleccionistas a los que les gusta el ambiente de las subastas de arte, sentir la tensión de la puja y la sensación de triunfo si, al final, se hacen con la anhelada obra. Otros, por el contrario, prefieren pujar por teléfono en lugar de hacerlo directamente en la sala por temor a calentarse demasiado en la pugna con otros postores y también porque así mantienen a salvo su identidad. También hay coleccionistas que dejan su oferta económica por escrito o la envían por fax y en un futuro no muy lejano se impondrán las pujas en vivo a través de internet.
La compra de una obra de arte tiene un alto componente pasional. Una sesión de subasta lo dice todo. La mujer que abandona la sala en el lote 40 -se incluyen alrededor de 1.500 lotes, un remate de escaso interés suele durar unos 15 segundos-, quizás porque la obra que le interesaba la ha conseguido otro; la pareja que levanta insistentemente la mano para hacerse con la codiciada pieza y decide plantarse en 44.000 euros después de haber ido sumando ofertas de 2.000 en 2.000 euros; el hombre que no aún ha acabado de rellenar el documento con sus datos tras adquirir una pieza cuando ya se encuentra pujando por otra. Por no hablar de la desilusión del adjudicatario de una obra al ver que se la lleva finalmente el Estado al ejercer su derecho de tanteo.
El mercado de las subastas en nuestro país representa el 0,8% del volumen de negocios global, según un estudio de Artprice de 2006. Es una de las aportaciones más bajas -por debajo de Suecia, Holanda, Italia, Alemania, Francia, China y Reino Unido- a un negocio que copa Estados Unidos (45,9%).
Hay una explicación lógica para la diferencia de peso: el mercado del arte en España estaba dormido cuando en el resto del mundo se movía rápidamente. En 1974, Ansorena -joyeros desde 1845- se incorporó al mundo de las subastas por el que ya transitaba Durán. Como pionera, la casa de subastas creada por Alfonso Mata y Paloma Garía-Ansorena ha sido testigo de la evolución del mercado. 'En los inicios se hacía una subasta al mes con 250 lotes; hoy se realizan tres sesiones con 1.500 obras', explica Jaime Mato, consejero director general de Ansorena.
Hay más operadores, con equipos profesionales. 'Como en cualquier mercado, tiene que haber transparencia, profundidad y un amplio volumen de negocio', remarca José Pedro Bailén, director de Sala Retiro, la casa de subastas de Caja Madrid.
Pero la gran transformación ha venido del lado de la demanda. 'El coleccionista está más formado, viaja más, está al tanto de las tendencias. Además, la oferta cultural española ha mejorado en cantidad y calidad, es muy variada y eso influye', aprecia Juan Várez, consejero delegado de Christie's Ibérica. Un fenómeno interesante son las ferias de arte. Hélène Montgomery, directora de Sotheby's, comenta que ha oído hablar mucho español en la pasada edición de Basilea. 'El cliente español, muy enfocado en obras locales, empieza a interesarse por el arte internacional', destaca.
La exquisita demanda merece de las salas de subastas una respuesta a tono. Todo comienza con un equipo de expertos, que valoran y tasan las obras. En el análisis de determinadas obras, las casas recurren a la colaboración de organismos oficiales, señalan en Sala Retiro.
Los profesionales, por lo general licenciados en historia del arte con cursos de especialización, realizan un estudio a fondo de las mismas y proceden a su catalogación. Los clientes reciben los catálogos casi con un mes de antelación a la celebración de la subasta, aunque también los pueden consultar por internet, porque, recuerda Jaime Mato, 'los clientes son cada vez más internacionales'. En la sala de subastas que dirige, las obras permanecen expuestas durante 15 días para que el coleccionista tenga la oportunidad de asesorarse sobre una pintura, un mueble o una joya concreta. No es infrecuente que presente una oferta por escrito sobre los lotes de su interés. ¿Cuánto puede llegar a incrementarse el precio sobre la cifra de salida? La respuesta depende de varios factores, aunque en Ansorena tienen calculado que entre el precio de salida y el remate hay una diferencia del 30%.
Al precio de adjudicación, el comprador deberá incrementar las comisiones, que en el caso de Ansorena es del 18% y en el de Sala Retiro del 10%, si se trata de una subasta mensual, y del 15%, si es extraordinaria (IVA incluido). Las salas cobran también sus servicios al propietario de la obra. Dependiendo de la importancia de la misma, las comisiones oscilan entre el 10% y el 15% (aparte IVA sobre la comisión) en Ansorena, mientras que en Sala Retiro la mediación puede suponer el 12% del precio de venta (20% en el caso de objetos especiales, por ejemplo, porcelana), a lo que hay que sumar gastos de custodia y catalogación.
Adjudicado el dibujo de Picasso o el mueble art-decó, el cliente sólo tiene que decidir dónde colocarlos, del transporte y del seguro ya se ocupan las subastas.
'El arte se ha convertido en otro valor refugio'
Juan Várez. Consejero delegado de Christie's Ibérica
El próximo octubre Christie's celebrará en Madrid su cuarta subasta de arte español. La idea es ofrecer 155 lotes como máximo con una estimación baja de ventas de 8 millones de euros. En la selección, destacan autores como Gutiérrez Solana o Bayeu, cuyas obras saldrán al mercado con un precio estimado entre 300.000 y 500.000 euros. Además, un descubrimiento: un cuadro de Murillo, boceto de una pintura que permanece en una colección privada, que ha sido autentificada por varios expertos.'La venta de Madrid sigue los mismos criterios que si se realizase en Nueva York, París o Londres. No tenemos la presión de hacer cuatro subastas, lo que nos permite cuidar la calidad, conservación y procedencia'. Esa cuidada selección es muy apreciada en el mercado: en 2006 se vendieron el 82% de los 176 lotes ofrecidos por un importe superior a 15 millones de euros. Es una oferta diferente en el mundo de las subastas en España, defiende. 'Creo que hay demasiadas ventas, si se hicieran menos y más selectas el mercado se beneficiaría de unos catálogos más trabajados'.El mercado español se beneficia del auge internacional, constata Juan Várez. Las plusvalías de la Bolsa y del mercado inmobiliario se han canalizado hacia el arte, lo que se suma a un mayor consumo y bienestar. 'Se está perdiendo el miedo al arte, los compradores están viendo que si gastan una cantidad importante de dinero en una obra no es una pérdida. Si están bien asesorados en una operación, pueden sacar un elevado rendimiento. No sólo es disfrute, el arte se ha convertido en otro valor refugio', apunta.'Los coleccionistas se están animando a vender piezas, aunque no necesiten el dinero y que en otro contexto no venderían', explica.
'El mercado del arte en España va a ir a más'
José Pedro Bailén. Director de Sala Retiro
La casa de subastas de Caja Madrid realizó su primera venta de arte en 1994 y desde entonces ha cosechado unos cuantos récords en el mercado español, entre ellos Alegoría de la Caridad de Zurbarán (630.000 euros) o Bodegón de frutas de Van der Hamen (627.000 euros). José Pedro Bailén recuerda que antes coleccionista era sinónimo de magnate, ahora su nivel económico no es tan poderoso. El perfil de coleccionista que se ha formado en los últimos años se corresponde con el de 'profesionales, ejecutivos, de nivel de renta medio alto, para los que tener alguna firma en su casa es ya una cuestión de prestigio. Probablemente, empiezan coleccionando gráfica, pero quieren tener la obra original. Se centran en arte contemporáneo español, más asequible que el internacional, del grupo El Paso, Equipo Crónica, la Escuela de Madrid'.Sala Retiro es una de las firmas más inquietas del mercado. En 2003, llegó a un acuerdo con eBay para desarrollar actividades en Internet y en marzo de 2005 buscó integrar sus actividades con Alcalá Subastas en un acuerdo que no fructificó. Para José Pedro Bailén, el mercado del arte en España 'va a ir a más'. Señala el crecimiento de la liquidez en las últimas décadas, superior al de otros países de nuestro entorno. Tras la Bolsa y el sector inmobiliario, le llega el turno al arte. 'Hoy es una alternativa de inversión' y añade que igual que las familias poseen dos viviendas y dos coches, también adquieren cuadros de firmas. Un dato: el tamaño del mercado es 'ridículo' en el entorno occidental, no llega al 1% del negocio mundial. 'Deberíamos duplicar el volumen de negocio en las condiciones objetivas actuales'. Pero con menos operadores. 'El mercado español no da para tanto. Sigo opinando lo mismo que hace unos años', concluye.
'Las empresas están bien consolidadas'
Jaime Mato y Garcia-Ansorena. Consejero director general de Ansorena
Es una de las pioneras de las subastas en España. Inició la actividad en 1974 y diez años después inauguró una galería de arte contemporáneo. Sus expertos han sido los encargados de valorar las obras de arte de Afinsa.Jaime Mato reconoce que los catálogos, la prensa especializada o las exposiciones han contribuido a que se conozca más el negocio de las subastas. Un gran avance ha sido internet, que ha atraído a clientes internacionales (la firma realiza, además, campañas de publicidad en París y Londres).Aunque el cine ha creado una imagen romántica de las subastas, Jaime Mato admite que la realidad tiene poco que ver con la ficción, si bien es cierto que a veces se producen animadas disputas en torno a un cuadro.Su visión del mercado es optimista, contagiado por la euforia internacional. Incluso en escenarios menos favorables no prevé grandes alteraciones, 'en esos casos lo que ocurre es que el coleccionista selecciona más', declara. Además, recuerda que las empresas están bien consolidadas, con excelentes equipos técnicos.Empresas más profesionales para actuar en un mercado boyante, con la perspectiva de mantener su crecimiento. 'Hay dinero en el mercado y cada vez más coleccionistas, la oferta es menor de lo que podría absorber', señala Jaime Mato.El director de Ansorena no ve movimientos en el mercado español, cree que su tamaño es el adecuado, sin descartar la posibilidad de acercamientos con empresas extranjeras. No teme a la competencia, 'si es buena', matiza.Jaime Mato echa de menos, en cambio, una mayor especialización. Porque en el mundo de las subastas más que los criterios empresariales, importan los conocimientos y saber apreciar el arte.
'Tiene que haber más diálogo internacional'
Hélène Montgomery. Directora de Sotheby's en España
El mercado de arte español no es ajeno a la globalización. Por eso, su objetivo es abrir las colecciones españolas al arte internacional e interesar a los compradores extranjeros en la obra de artistas de nuestro país.Para la directora de Sotheby's en España, el coleccionista español es más sofisticado, se interesa por las obras que salen a la venta, tiene más información y la visita a ferias como Basilea, Miami o la Bienal de Venecia está contribuyendo a que valore más los autores extranjeros. 'El coleccionista sigue centrado en obras españolas. Tiene que haber más diálogo internacional', opina esta experta.La casa de subastas pone su granito de arena con la venta de obras de autores españoles en el mercado internacional. 'Si puedo colgar a Millares al lado de Fontana le doy mejor salida que en España', confirma -el pasado 22 de junio Sotheby's adjudicó Cuadro 77 de Millares en la cifra récord de 563.800 euros-.Las obras de gran calidad son las que están dirigiendo el mercado, asegura Montgomery. En los últimos años, se han registrado crecimientos medios del 15%, pero aconseja prudencia. 'Es un movimiento que necesita más preparación, consultar a los expertos, mirar mucho antes de comprar'. Advierte de que no todos los artistas se van a revalorizar igual.Sotheby's no se plantea hacer subastas en España. 'Para mí sería muy fácil hacer una subasta en Madrid, pero siendo líder mundial, tengo que poner a los autores españoles en el mercado internacional'.Al coleccionista le ofrece una recomendación: 'Que nunca se de por vencido'. Montgmomery compara el coleccionismo con un 'bichito'. 'Si no puede conseguir una obra, siempre habrá otras diferentes. Lo importante es tener un enfoque, un artista lleva a otro artista, y no comprar arte por arte'.