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CincoSentidos

Padres tiernos para familias 'simétricas'

Los nuevos padres tienen que vencer las resistencias sociales y culturales a aceptar que quieren dedicar más tiempo a sus hijos y dedicarles afecto y ternura, y asumir las contrapartidas, sobre todo laborales. Este modelo parental y las familias simétricas, en las que tanto el trabajo remunerado como el trabajo en el hogar se comparten casi al 50% por los dos miembros de la pareja, han sido objeto de un estudio cualitativo patrocinado por la Fundación BBVA.

'Los funcionarios sí que lo pueden hacer. En la empresa privada pides 15 días y te dicen... '15 años te puedes coger, porque ya no vuelves'. Son palabras de uno de los participantes en las sesiones de grupo coordinadas por la catedrática de sociología de la Universidad Complutense de Madrid Inés Alberdi y Pilar Escario, psicóloga y presidenta del Instituto de Investigación Social Advira, respectivamente. 'Estos padres tienen aún más dificultades en sus empresas para justificar que quieren pasar más tiempo con sus hijos', señaló ayer Alberdi en la presentación. 'En el caso de las mujeres se ve más natural'.

La lactancia es uno de los argumentos mencionados por los hombres para no cogerse la baja de paternidad, así como la sensación de que le están robando tiempo a la madre, o al menos que ella lo siente así, como señala uno de los encuestados. 'Como mi mujer no tenía que dar el pecho, le pedí un mes y se negó. La mujer defiende mucho que ésos son sus meses, ella ha parido y como ellas paren, ellas deciden'. Escario reconocía haber 'detectado celos de las madres en algún momento', pero por encima de eso está la 'satisfacción' de que sus parejas compartan el cuidado de los hijos.

Enfrentarse a los recelos de las empresas es su mayor dificultad

Frente a las resistencias de los demás, los padres 'deben estar dispuestos a solicitar los permisos, a luchar, a cargar con la penalización' que suponen sus aspiraciones familiares para su carrera laboral, afirmó Escario. Alberdi apuntó como una buena señal que en el primer mes de la Ley de Igualdad casi 8.000 hombres se acogieran al permiso de paternidad.

Casi más difícil es superar la vergüenza a mostrar sus sentimientos. 'Las madres no tienen empacho en enseñar las fotos de sus hijos, los padres son más tímidos al mostrar su satisfacción', afirmó Escario. El hombre que vive directamente su paternidad pasa de ser exclusivamente un 'proveedor económico' a ser también 'proveedor de afecto', señaló la psicóloga, que expresó 'en una mezcla de expectativa y deseo' que quizás esta nueva actitud masculina 'contribuya a crear una sociedad menos violenta'.

El objetivo del estudio es detectar nuevas tendencias, y aunque subraya que todavía es minoritario, Alberdi ha observado que 'el cambio se presenta sobre todo en los hombres relativamente jóvenes, de unos 30 años, que viven en las grandes ciudades'. La familia en general atraviesa un periodo de transición después de muchos cambios legales y sociales. 'El divorcio, por ejemplo, ha evitado conflictos, pero también generado otros nuevos, como la custodia de los hijos', y tanto hombres como mujeres deben adaptarse a los nuevos retos.

Intensos, responsables o sólo adaptativos

Por convicción o por adaptación. El caso es que colaboren, pensarán algunas madres. Los padres que apuestan por implicarse directamente en cuidar a su progenie se dividen en tres tipos, según la socióloga Inés Alberdi y la psicóloga Pilar Escario. Los 'padres intensos o maternales', cuya vida cambia totalmente con el nacimiento de su hijo; en esta paternidad el elemento que domina es el emocional, y en cierto modo rivaliza con la maternidad.Alberdi señala que en su investigación han detectado una carencia en los hombres que no habían tenido una relación tan estrecha con sus progenitores varones, 'que no habían sentido, pero que se manifiesta cuando se les pregunta por ella', matiza.Un segundo tipo es el 'consciente o responsable', que simplemente asume que sus obligaciones son similares a las de la madre. 'Eso es más fácil ahora que los hijos son más planeados y deseados que nunca', apuntó la socióloga. Como reconoce uno de los hombres encuestados, 'no merece la pena tener un hijo si lo va a cuidar una tercera persona'.El tercero es el 'padre complementario o adaptativo', que siente que su vida de pareja se resiente, y se limita a apoyar desde el exterior, a aceptar las exigencias de su mujer porque cree que no puede evadirse de su rol de padre.

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