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CincoSentidos

Los arquitectos españoles vuelven su mirada al mundo

Los arquitectos españoles vuelven su mirada al mundo
Los arquitectos españoles vuelven su mirada al mundo

El pasado 11 de mayo el mercado puso precio a la cabeza de Norman Foster: 300 millones de libras. Ese día, la firma británica de capital riesgo 3i desembarcaba con una participación minoritaria en Hester Road y un selecto grupo de socios y amigos anunciaban su compromiso financiero con Foster & Partners. El arquitecto británico se convertía oficialmente en marca, con franquicias en las principales plazas del mundo, incluida Madrid.

Los tiempos han cambiado, y mucho, desde que Mies van der Rohe pronunciara el aforismo que marcó su obra y la de sus discípulos: 'Menos es más'. Los cimentos de la arquitectura se han removido. Internacionalización, complejidad y espectáculo obligan a mirar con ojos nuevos el espacio y la creación. La franquicia y el conglomerado empresarial, invento norteamericano, pisa los talones en Europa al creador solitario. Son pocos los que pueden, o quieren, resistirse al cambio. España -46.340 profesionales y 3 millones de euros de rentas asociadas (1,5% del PIB) - no podrá por mucho tiempo mantenerse al margen.

Alberto Campo Baeza augura la muerte de la arquitectura pensada, Rafael de la Hoz, por el contrario, no le teme al futuro: 'Hace una década mi despacho valía lo que valía el inmueble donde estaba instalado el estudio, hoy somos propietarios de una idea y esa idea se cotiza en el mercado. Bienvenido sea el cambio'.

Las dos vocaciones -la del arquitecto empresario y la del creador que se resiste a serlo- conviven hoy en nuestro país. Y las dos trabajan con el deseo de pervivencia. 'Hay oportunidades para todos', anuncia Carme Pinós.

El futuro se está escribiendo ahora. Hay quien ve incluso ventajas a la fusión de nombres propios, un maridaje al que sólo son adictos los matrimonios de arquitectos. 'El diálogo con el cliente, cuando éste es una organización, resulta siempre más fácil, y permitirán la elección de grandes proyectos, porque en estos casos el estudio tiene colchón financiero suficiente para soportar la parálisis, demasiado frecuente, de proyectos', explica Rafael de la Hoz.

En medio del cambio se escucha la voz de Emilio Tuñón y Luis Mansilla, recientemente premiados con el Mier van de Rohe por su Musac: 'Nuestra presencia internacional tiene mucho que ver con los trabajos construidos en España. Apostamos por el fin de la arquitectura rabiosamente internacional'.

La Torre Cube ha convertido la ciudad mejicana de Guadalajara en un punto de encuentro para los arquitectos de renombre internacional. Allí se alza magnífica la Torre Cube, una obra de la catalana Carme Pinos que acaba de ser premiada por la IX Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo.

El proyecto nació de la voluntad de crear oficinas ventiladas e iluminadas todas ellas con luz natural y evitar el uso de aire acondicionado. A Pinos, su cliente sólo le exigió singularidad, ya que la parcela está situada en una zona de alto standing y la competencia en el alquiler de oficinas es alta. El resultado es un proyecto que causa admiración en todo el mundo.

La proyección internacional de esta arquitecta, Premio Nacional de Arquitectura por la Escuela-Hogar de Morella, no ha cambiado su concepción del oficio que practica desde hace más de dos décadas. 'Yo nunca tuve la necesidad de prepararme para trabajar en el exterior, sólo quiero ser una buena arquitecta. En este despacho no hay estrategia empresarial. Me gusta experimentar y prefiero no crecer'.

Pinos es muy crítica con la arquitectura espectáculo. 'Sólo conozco el secreto de la buena arquitectura, y éste es dar una respuesta a cada problema. Eso no es posible cuando se tienen 30 proyectos entre manos'.

Alberto Campo Baeza está construyendo un jardín secreto para los niños de Treviso (Italia). Allí, el arquitecto gaditano (en la foto, junto a su cliente, Luciano Benetton) ha levantado una caja circular abierta al cielo para que los hijos de los empleados de la firma de ropa italiana y los chicos del pueblo jueguen y crezcan. Es un proyecto muy querido y pensado, como toda la obra que dibuja Campo Baeza, el más crítico de nuestros arquitectos con el star system. 'Mi obra es tan internacional como la de esas multinacionales', dice sin temor a ser tachado de vanidoso. 'Pero yo no quiero convertirme en una empresa. Hay sitio para todos'.

Autor de una obra escueta y reconocida, Campo Baeza trabaja en estos momentos en Toledo y Nueva York. Allí se encuentra uno de sus proyectos más meditados, la Olnick Spanu House, una casa pensada para disfrutar del silencio y de la corriente del río Hudson. Pronto viajará a Argelia, donde el ministerio de Asuntos Exteriores español le ha encargado unas oficinas. Pero no habrá más por el momento. Su renuncia a crecer es una opción meditada. ' Sólo soy capaz de alumbrar media docenas de proyectos', se excusará.

Campo Baeza 'Mi obra es igual de internacional que la de esas empresas'

Alberto Campo Baeza está construyendo un jardín secreto para los niños de Treviso (Italia). Allí, el arquitecto gaditano (en la foto, junto a su cliente, Luciano Benetton) ha levantado una caja circular abierta al cielo para que los hijos de los empleados de la firma de ropa italiana y los chicos del pueblo jueguen y crezcan. Es un proyecto muy querido y pensado, como toda la obra que dibuja Campo Baeza, el más crítico de nuestros arquitectos con el star system. ¢Mi obra es tan internacional como la de esas multinacionales¢, dice sin temor a ser tachado de vanidoso. ¢Pero yo no quiero convertirme en una empresa. Hay sitio para todos¢. Autor de una obra escueta y reconocida, Campo Baeza trabaja en estos momentos en Toledo y Nueva York. Allí se encuentra uno de sus proyectos más meditados, la Olnick Spanu House, una casa pensada para disfrutar del silencio y de la corriente del río Hudson. Pronto viajará a Argelia, donde el ministerio de Asuntos Exteriores español le ha encargado unas oficinas. Pero no habrá más por el momento. Su renuncia a crecer es una opción meditada. ¢ Sólo soy capaz de alumbrar media docenas de proyectos¢, se excusará.

Carme Pinos. 'No quiero crecer, sólo experimentar'

La Torre Cube ha convertido la ciudad mejicana de Guadalajara en un punto de encuentro para los arquitectos de renombre internacional. Allí se alza magnífica la Torre Cube, una obra de la catalana Carme Pinos que acaba de ser premiada por la IX Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo.El proyecto nació de la voluntad de crear oficinas ventiladas e iluminadas todas ellas con luz natural y evitar el uso de aire acondicionado. A Pinos, su cliente sólo le exigió singularidad, ya que la parcela está situada en una zona de alto standing y la competencia en el alquiler de oficinas es alta. El resultado es un proyecto que causa admiración en todo el mundo.La proyección internacional de esta arquitecta, Premio Nacional de Arquitectura por la Escuela-Hogar de Morella, no ha cambiado su concepción del oficio que practica desde hace más de dos décadas. ¢Yo nunca tuve la necesidad de prepararme para trabajar en el exterior, sólo quiero ser una buena arquitecta. En este despacho no hay estrategia empresarial. Me gusta experimentar y prefiero no crecer¢. Pinos es muy crítica con la arquitectura espectáculo. ¢Sólo conozco el secreto de la buena arquitectura, y éste es dar una respuesta a cada problema. Eso no es posible cuando se tienen 30 proyectos entre manos¢.

Nieto y Sobejano. 'Mayor tamaño no implica mayor calidad'

La formación juvenil de este equipo, alemana e inglesa, y su paso por la Universidad de Columbia tras licenciarse en España ha condicionado su temprana vocación internacional. Hoy, el estudio de Fuensanta Nieto y Enrique Sobejano acoge a profesionales de todo el mundo -alemanes, portugueses, norteamericanos, holandeses y austriacos, además de españoles- y se dispone a iniciar una nueva aventura en Berlín, donde acaban de abrir delegación, 'para tener un mayor control de los proyectos que llevan nuestro nombre, pues mayor tamaño no implica en absoluto mayor calidad', dicen. Interesados, sobre todo, en aquellos encargos que suponen 'un reto por su relación con el lugar', Nieto y Sobejano trabajan actualmente en la ciudad holandesa de Groningen, donde proyectan una torre de usos mixtos, en la ciudad alemana de Halle, con el mandato de ampliar el Museo de Arte Expresionista de Moritzburg (en la foto), y en Graz (Austria), en cuyo centro histórico, protegido por la Unesco, tienen previsto ampliar unos grandes almacenes y rehabilitar el museo Joanneum.

Beth Galí. 'La limitación es una fuente de inspiración'

De familia de artistas -padre diseñador y abuelo pintor-, Beth Galí (1952), casada con el arquitecto Oriol Bohigas y madre de dos hijos, se inició como arquitecta municipal en Barcelona. Ahora, sigue pensando la ciudad, pero fuera de España. Sus actuaciones para rehabilitar los cascos históricos de Cork, en Irlanda, cuyo resultado puede contemplarse en la foto pequeña, y de Hertogebosch (Holanda) han sido reconocidas con varios premios internacionales. Hoy, de los 12 proyectos que la firma Galí tiene en marcha, el 80% son encargos internacionales.Galí lleva más de 20 años trabajando fuera de España. Sin embargo, la autora de la zona de baños del Fórum de Barcelona se resiste a transformar su estudio (20 colaboradores) en una empresa. 'Para mí cada edificio es único. La arquitectura del star system no sólo es aburrida y repetitiva, es un mal ejemplo para los jóvenes que empiezan. La limitación es una fuente importante de inspiración', nos dirá. Galí no descarta los encuentros con otros arquitectos, pero sólo puntuales. 'Somos todos demasiado vanidosos'. Y recuerda su alianza con Gae Aulenti para rehabilitar el Museo de la Lengua de Málaga.

Rafael de la Hoz. 'No cuestiono el tamaño de los estudios, sólo sus obras'

Tiene 52 años, un centenar de profesionales a su cargo y 'una salud de hierro'. Ironiza sobre ello cuando se le pregunta por las habilidades de los arquitectos del star system. 'Cuentan de Jean Nouvel que ha llegado a supervisar unos planos en la sala de espera del aeropuerto en un tránsito a China y que se reúne con sus colaboradores a las cuatro de la mañana en un bar de París porque ya no le quedan horas. æpermil;sa no es vida', dice.Sin embargo, Rafael de la Hoz se resiste a no ser internacional. Hace unos años fue a China de la mano de Sol Madridejos y Juan Carlos Sancho y se volvió porque 'no le merecía la pena el esfuerzo'. Ahora ha vuelto a intentarlo con Carlos Lamela como socio. Juntos han abierto delegación en los Emiratos Árabes. Cree en el arquitecto empresario, en la seguridad que da tener detrás de la firma un inversor. Y mientras esta realidad se impone en España sigue dibujando dentro y fuera de nuestro país: en el gueto de Varsovia, donde construirá un complejo hotelero y residencial, en Portugal y en Alemania, donde hoy tiene paralizado uno de sus proyectos más queridos, el centro de control aeroespacial Galileo, en Múnich. 'Lo importante no es el número de profesionales de una firma, sino la calidad de los proyectos que éstos ponen en pie', apostilla.

Carlos Lamela. 'Abrir delegaciones es obligatorio para proyectarse en el exterior'

Carlos Lamela ha heredado la vocación internacional de su padre, que en los años 70 abrió brecha construyendo en Colombia, Ecuador y Panamá.El año 2002 supone un punto de inflexión para la firma y Lamela se apunta un tanto en su carrera en el exterior, al ganar, en alianza con Ferrovial, el concurso que promueve la construcción del aeropuerto de Vasovia: un proyecto pensado para facilitar el tránsito de 12,5 millones de viajeros al año. Fue entonces cuando el autor de la T4 de Barajas se da cuenta de la importancia de abrir delegaciones en el extranjero para competir con los profesionales franceses, italianos y británicos. Polonia es el primer país elegido.Carlos Lamela es un firme defensor del arquitecto empresario -lidera un equipo multidisciplinar con más de un centenar de profesionales, entre los que hay arquitectos, ingenieros, informáticos y biólogos- y da la bienvenida a los procesos de fusión 'que están por llegar'.En el año 2005 otro concurso le da pie para instalarse en México. Se trataba de la creación de un call center (en la foto) para el grupo Santander en la ciudad de Queretaro, hoy en construcción. La oficina de México DF cuenta con el asesoramiento de varios arquitectos locales. Su última apuesta internacional le obliga a viajar con frecuencia a Abu Dhabi. Allí acaba de abrir junto a Rafael de la Hoz otro despacho. Los dos amigos se preparan para aprovechar la explosión constructiva que vive este país del Golfo Pérsico, donde la falta de arquitectos está obligando a a la importación de profesionales.

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