_
_
_
_
CincoSentidos

Transilvania, bajo la sombra de Drácula

La legendaria novela Drácula, de Bram Stoker, ha condenado a Transilvania a la asociación con un territorio tenebroso, infestado de esbirros del siniestro conde. Nada que ver con la realidad. Enclavada entre los macizos meridional y oriental de los Cárpatos y regada por numerosos afluentes del Danubio, esta región del interior de Rumanía ofrece una estampa espectacular de inmensos bosques de coníferas, apacibles praderas y uno de los conjuntos arquitectónicos medievales más imponentes de Europa. Son visita obligada Brasov, Sighisoara, Sibiu y el Castillo de Bran, inmortalizado literariamente como la morada de Drácula.

Aunque el interés turístico de la zona es evidente, la región no está muy desarrollada en alojamientos. Una solución para asegurarse transporte y cama son las caravanas. Así, la Fira de Barcelona ha organizado este año un viaje promocional para presentar el Salón Internacional del Caravaning (29 de septiembre a 7 de octubre). Estos vehículos son una alternativa ideal en vacaciones con desplazamientos de largo recorrido, con un importe medio de 12.000 euros para una caravana de remolque y de 40.000 para una autocaravana.

El punto de referencia es el Castillo de Bran (siglo XIII), que domina el paso entre Valaquia y Transilvania. Antigua residencia de la familia real rumana, alberga una gran colección de muebles y objetos de arte. Es conocido como el Castillo de Drácula, ya que Stoker lo utilizó para describir la morada del terrible vampiro. Pero ¿qué hay de cierto en la leyenda? En realidad, Stoker había bautizado a su personaje con el desafortunado nombre de conde Vampyr, cuando halló por casualidad una referencia sobre un príncipe voivodova del siglo XIV, conocido como Vlad El Empalador. Era temido por condenar a la pena capital por empalamiento a sus enemigos. El sobrenombre de Drácula le venía por descender de la orden romana de Dracul. Stoker no lo dudó.

Las ciudades medievales de Brasov, Sighisoara y Sibiu constituyen una visita indispensable

A pocos kilómetros al norte se encuentra Brasov. Rodeada de frondosos montes, la ciudad es una huella viva de la historia. Fundada por los dacios, fue colonizada por los romanos y luego ha ido acumulando la herencia de invasiones eslavas, magiares y sajonas. Son notables las iglesias fortificadas de Prejmer y Codlea. Siguiendo una ruta de intrincadas carreteras, alcanzamos Sighisoara, ciudad Patrimonio de la Humanidad, dominada por la Torre del Reloj (siglo XVII), que ofrece una vista panorámica formidable. Junto a ella se alza un caserón que fue morada del temido Vlad Tepes y hoy es un restaurante donde se puede disfrutar de un menú Drácula. Rumanía abomina de la mala fama del vampiro, pero no duda en aprovecharla.

Bajando hacia el sur, se levanta la ciudad de Sibiu, bulliciosa y de una hermosa decadencia. Sibiu es capital europea de la cultura en 2007 y tiene una agenda cargada de eventos que se puede consultar en www.sibiu2007.ro. El corazón de Sibiu es la plaza Mare, rodeada de edificios señoriales y en la que desembocan las calles más animadas del casco antiguo, con locales singulares, perfectos para disfrutar de una cerveza (Ursus es la marca nacional por excelencia).

Transilvania es un primer paso para conocer Rumanía, un país a medio hacer. Los cables del tendido eléctrico amarrados a postes son seña de identidad; el campo destila pobreza; abundan niños mendigos y perros abandonados ... Un viaje para los que buscan una aventura auténtica y no un preparado turístico.

Datos esenciales

Cómo ir. Las principales compañías aéreas nacionales (Iberia, Air Europa, Spanair) y aerolíneas de bajo coste, como Ryanair, Vueling o Easyjet ofrecen vuelos diarios a Bucarest. Moneda. Aunque en algunos lugares aceptan euros, la moneda oficial es el leu, cuyo cambio aproximado es de tres unidades por euro. Sólo se puede adquirir dentro del país. Las tarjetas de crédito son aceptadas como medio de pago, Visa es la más popular. Diferencia horaria. Rumanía tiene una hora de adelanto sobre España. Corriente eléctrica. La misma que en España: 220 voltios.

Archivado En

_
_