Cosecha de premios para los inventores españoles
Un tapón para evitar que las hormigas invadan tu bote de Coca-Cola cuando estás de excursión. Un extraño tablero de ajedrez para que los adictos puedan disputar partidas a tres y cuatro bandas. Un distanciador para evitar que los aficionados al ciclismo sean arrollados cuando circulan en bicicleta por una carretera o autopista. Una cama especial para duchar y mudar a los enfermos inmovilizados, evitando la elección entre el sufrimiento y la falta de higiene. Una farola cuyo anclaje es rígido en condiciones normales, pero que cede de manera programada cuando un coche choca contra ella, evitando daños mortales para el accidentado y los viandantes.
A un lector no avisado, esta lista podría parecerle una versión de los inventos del TBO. En realidad se trata de ingeniosas aportaciones de inventores españoles que, tras lograr las patentes oportunas, han sido distinguidos con una copiosa cosecha de galardones en la 34 edición del Salón de Inventos de Ginebra, el encuentro de sus características más prestigioso entre los que se celebran en el mundo.
Pedro García Cabrerizo, presidente de la fundación que lleva su apellido, o más bien el de su padre, que fue quien la promovió hace ahora tres décadas, asegura que en esta edición del Salón de Inventos de Ginebra la aportación española ha sufrido un punto de inflexión. En anteriores ocasiones el grueso de los creadores nacionales que concurrían al evento estaban radicados en Madrid y Barcelona. Ahora las cosas han cambiado. Así, de los 18 inventores españoles galardonados, sólo seis son de estas dos grandes ciudades. El resto se reparten por comunidades periféricas como Asturias, Galicia, Murcia, con especial incidencia en las Islas Canarias con tres representantes y Andalucía con cinco.
Esta evolución descentralizadora ha llevado a García Cabrerizo a afirmar que 'el Estado de las autonomías llega también al mundo de la invención, como consecuencia de la implicación de los gobiernos regionales en la subvención de este tipo de actividad'.
El apellido García Cabrerizo es sinónimo de promoción de la innovación. El patronato que lleva su nombre ha entregado durante los últimos treinta años un Premio al fomento de la Invención con el que ha sido reconocido el esfuerzo de toda aquella persona o institución que ha aportado algo a este mundo de ingenio creativo. Desde empresas como Azcoyen o la Farmacéutica Cantabria, hasta investigadores como Mariano Barbacid o Margarita Salas, pasando por arquitectos como Antonio Lamela o Santiago Calatrava.
Otra de las actividades principales de la Fundación es ostentar la representación oficial para España del Salón de Invenciones de Ginebra, lo que le otorga competencias para seleccionar y alentar la participación de creativos españoles y organizar el espacio de exposición para los inventos españoles en dicho evento, donde se presentan y gestionan sus intereses de propiedad intelectual y comerciales. Pedro García Cabrerizo estima que durante la última edición del Salón se firmaron unos 30 millones en contratos para 1.000 inventores de todo el mundo.