Digna Biotech busca en Asia socios para sus patentes
La compañía biotecnológica española Digna Biotech se lanza a la búsqueda de nuevos socios en China e India para desarrollar sus patentes farmacéuticas. La empresa empezó hace dos años desarrollando dos patentes y ya tiene una cartera de más de 32.
Es una compañía que nació en 2004 arropada por varias de las grandes fortunas de España. La Clínica Universitaria de Navarra logró convencer a un grupo de 15 socios financieros, entre los que se encuentran El Corte Inglés, El Pozo, Caja Navarra, Caja Rural de Navarra, el propio Gobierno de Navarra o las fortunas personales de Amancio Ortega y José María Castellanos, para que se comprometieran a financiar programas de investigación médica básica durante 10 años. Lograron un presupuesto de 150 millones para ese periodo y crearon el CIMA (Centro de Investigación Médica Aplicada). De este origen privilegiado surge Digna Biotech con la misión de desarrollar a nivel clínico y comercial las patentes generadas por el CIMA.
Pese al lujoso origen, Digna es una empresa modesta, consciente de sus limitaciones. No quieren llegar hasta el final. 'La vocación de Digna no es llevar un medicamento al mercado sino desarrollar la patente al máximo, añadirle valor y licenciarlo', explica Pablo Ortiz, director general de Digna. En concreto, 'con la estructura universitaria detrás, podemos alcanzar hasta la fase 2 y durante el proceso, buscamos a un socio que lo lleve al mercado', asegura el responsable de Digna. Son necesarias tres fases de pruebas para que un fármaco llegue al mercado.
La biotecnológica cede la última fase del proceso al laboratorio en cuestión a cambio del cobro de unos royalties cuando el producto esté en el mercado. 'Así, nuestra inversión en el producto es menor y podemos obtener retornos económicos a más corto plazo y con menor riesgo financiero para nuestros inversores', detalla Ortiz. El directivo explica que 'los niveles de inversión en las últimas fases son muy importantes, no son asequibles para nosotros. Financiar una fase 3 puede suponer entre 300 y 800 millones a riesgo. Nos conformaremos con un royaltie modesto al final porque se lo debe llevar quien más invierta', valora Ortiz.
Los acuerdos con Ferrer e Isdin le supondrán ingresos de más de 10 millones
Supera las previsiones
Digna tenía un plan de inversión inicial de ocho millones hasta 2009 pero los acuerdos de licencia a los que ya han llegado les permitirá llegar a invertir hasta 15 millones en 2010. Empezaron con dos patentes hace dos años y ya tienen entre 32 y 35 investigaciones de patentes en curso. Tienen 37 empleados.
La previsión de facturación para este ejercicio era de 3,5 millones, cifra que ya han superado en junio. 'Llegaremos a una facturación de siete millones a finales de año', afirma Ortiz. En 2006, facturaron 1.100.000 euros.
La fórmula no les está yendo nada mal. Durante el año pasado, lograron dos acuerdos con laboratorios españoles: uno para un proceso diagnóstico con Ferrer, que podría salir este año y que les aportará unos 900.000 euros al año durante cinco años, y otro para una crema para la esclerodermia, una enfermedad rara que causa fibrosis en la piel, con Isdin. Esta licencia podría suponer entre ocho y diez millones de euros al año para Digna. Lanzarían el producto en 2010. 'Ahora mismo, podemos aportar mucha innovación al sector farmacéutico, que está muy escasa de productos', asegura convencido.
Además, acaban de firmar otro acuerdo con la holandesa AMT para un compuesto para la porfiria, una enfermedad de la sangre. 'Nos hemos posicionado junto a una empresa pequeña como AMT pero que será líder en terapia génica y llevará nuestras licencias', afirma el consejero. Están explorando nuevos acuerdos con Ferrer para nuevos productos diagnósticos.
No les basta. La empresa se ha lanzado en busca de nuevos socios para que desarrolle otra patente estrella de Digna, un compuesto para el tratamiento de la hepatitis C, una enfermedad que sufre el 3% de la población mundial y que tiene un mercado valorado en 8.000 millones de euros, dominado en su mayoría por Roche y Bayer Schering. 'Se necesitan unas inversiones grandes y un socio potente. Nos hemos lanzado a la búsqueda activa hacia Asia, a países como China o India. También buscamos en Europa y en EE UU, pero cuesta más que te escuchen. En China, están buscando como locos innovación y yo vivo de acuerdos', afirma.
La innovación vuelve a la sociedad
'La innovación es la asignatura pendiente de España'. El director general de Digna Biotech valora que 'la calidad y la cantidad de la investigación científica que se ha llevado a cabo en España ha crecido exponencialmente en los últimos 25 años' pero que el problema es la propiedad industrial. 'No patentamos. Las cifras de patentes en España dan vergüenza, sobre todo comparadas con las de países como Irlanda', afirma.Ortiz asegura que 'no hemos devuelto a la sociedad la inversión que el Estado ha hecho con productos en el mercado'.La biotecnología puede ser, según Ortiz, la forma de 'devolver con justicia los descubrimientos que se han hecho en España a la sociedad española en forma de productos innovadores'. El directivo asume que el punto de partida 'es malo en términos de propiedad industrial'. 'El sector está naciendo. Zeltia se ha pasado 14 años muy sola en el sector biotecnológico pero ahora en España ya hay 150 empresas biotecnológicas', afirma Ortiz que, por otro lado, reconoce que a corto plazo, no tendrá un impacto en el PIB. 'Lo tendrá cuando haya 50 empresas facturando 100 millones. Pero, no hay ninguna razón para que España no se lleve buena parte de la tajada biotecnológica mundial con el sector naciente', dice.