Vinos perfectos para el calor
En el verano la gastronomía tiene sus propias pautas. El calor induce a tomar platos más ligeros y refrescantes y los vinos se deben adaptar también a los rigores de las altas temperaturas, acompañando las comidas y cenas de esta época del año. Apetecen y son más adecuados los tintos jóvenes y ligeros, con poco cuerpo y graduación, de poca crianza o sin ella, frutales y frescos. Y desde luego resultan perfectos los blancos, con esa acidez característica que les hace tan refrescantes. Vinos sencillos y sin complicaciones que alcanzan más enjundia si pasan por barrica (los fermentados o criados en madera), aptos para acompañar pescados e incluso alguna carne poco elaborada, sin grasas. Además, todos estos vinos resultan mucho más asequibles. Por ejemplo el txacolí 2006 de Itsasmendi, que se produce con una variedad blanca autóctona del País Vasco, la hondarrabi zuri. Por un precio de 6 euros se disfruta con un vino muy fresco y frutal, fácil y rico, con una acidez equilibrada muy agradable.
Más complejo se presenta otro blanco que lleva la firma de uno de los enólogos más reconocidos del panorama nacional, Miguel Ángel de Gregorio: el Finca Allende 2004 (DO Rioja). Procedente de viñas viejas de las variedades viura y malvasía, ha permanecido 14 meses en roble francés. Muy atractivo en nariz, se muestra expresivo, envolvente y fresco en boca, con una madera bien integrada, y un final largo y personal que le hacen muy recomendable. Su precio aproximado es de 16 euros.
En el capítulo de tintos, dos propuestas versátiles y que gustan. Una de ellas el Monte Haro Tepranillo 2006, una novedad de las riojanas Bodegas Paternina, que se ha alzado recientemente con el prestigioso Baccus de Oro en su categoría. De aromas delicados, con mucha fruta y tonos lácteos, tiene un paso de boca muy agradable, es redondo, equilibrado, con un final elegante marcado por la fruta. Y de estupendo precio (3 euros).
Como vino de la Tierra de Castilla y León (Sardón de Duero, Valladolid) aparece el Abadía Retuerta Primicia 2006 (alrededor de 6-7 euros), producido mayoritariamente con tempranillo, además de cabernet sauvignon y merlot. Es un tinto joven en el que destacan las frutas rojas, la ligereza, el equilibrio, lo fácil que resulta de beber. Los cuatro, estupendos para tomar ya.