Las farmacéuticas se enfrentan a pleitos por más de 40.000 millones
La seguridad de los fármacos es un asunto polémico, sensible socialmente y, en muchas ocasiones, trágico. Las compañías ven lastradas sus cuentas de resultados y la confianza de sus pacientes por escándalos sobre efectos secundarios de sus productos de muy distintas dimensiones y consecuencias.
A principios de junio, el gobierno de Nigeria demandó a Pfizer por realizar pruebas ilegales con el fármaco Trovan en el estado de Kano durante la epidemia de meningitis de 1996. Estas pruebas pudieron causar la muerte de 11 niños y graves malformaciones y secuelas a otros 200.
En la demanda, las autoridades nigerianas piden 5.206 millones para indemnizar a las víctimas, compensar al Gobierno por los costosos tratamientos de cura y por las campañas necesarias para que la población recupere la confianza en el sistema sanitario.
Merck ha pagado ya 6.300 millones en indemnizaciones por su fármaco Vioxx
El proceso no es nuevo. En 2001, treinta familias nigerianas denunciaron a Pfizer en Manhattan. Pedían 2.000 millones. Hace dos años, las autoridades de Kano presentaron su propia demanda. Han pasado más de 11 años desde los hechos.
Sin embargo, el caso de mayor magnitud ha sido, sin duda, el de Vioxx, de Merck (MSD en España). Era un fármaco contra la artritis que había sido consumido, hasta su retirada en septiembre de 2004, por 20 millones de personas sólo en EE UU y cuyo uso podía incrementar, según reconoció el laboratorio, el riesgo de infarto.
La empresa se enfrenta a 27.250 demandas, según datos de la empresa a 31 de marzo de 2007, que agrupan a 45.700 demandantes. Pretende resolver cada caso por separado. Ha ganado 10 de los 15 juicios terminados y ha pagado ya 6.300 millones en indemnizaciones. La retirada del fármaco y los gastos judiciales han supuesto que la empresa cierre cinco plantas de producción y centros de investigación en todo el mundo.
Más cercano y modesto es el conflicto de Sanofi en España por su medicamento para la menopausia Agreal. Unas 2.000 mujeres sufrieron presuntamente daños neurológicos por consumir el medicamento. La farmacéutica enfrenta al menos cinco procesos con más de 300 afectadas, que pedían en total 18 millones de euros. El pasado 15 de junio, un juez de Barcelona desestimó una demanda de 135 mujeres por 7,8 millones. En los anteriores dos procesos sólo ha resultado condenada parcialmente.
El caso de Lipobay, de Bayer, aún se prolonga en el tiempo, pese a que el medicamento contra el colesterol se retiró en 2001, después de que se relacionase su consumo con la muerte de 100 personas. En la información para inversores de 2006 de la compañía, Bayer afirma que tiene aún pendientes 1.870 casos del Lipobay. Ha resuelto 3.152 demandas y ha pagado 861 millones en indemnizaciones. El año pasado, gastó 26 millones en costas de la defensa en los juicios.
Eli Lilly pagó 565 millones en 2005 para zanjar el 75% de las 18.000 demandas abiertas por los efectos secundarios de su fármaco antipsicótico Zyprexa.
El Bio Bac hace el camino contrario en los tribunales
Una historia de tribunales sin afectados. El Bio Bac era un medicamento inventado por un farmacéutico cordobés. Se vendía como eficaz contra el cáncer, el sida, la hepatitis y la artritis. Fue retirado del mercado en 2002. Las autoridades sanitarias lo consideraron fraudulento. Encarcelaron a 23 personas por recetarlo.Pero, lejos de recibir demandas, consiguió cientos de apoyos de pacientes, manifestaciones y encierros por su legalización. No lo consiguió. Hoy, vuelve a venderse como complemento alimenticio.