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Un día sin el Banco de España

Yo tengo una cuenta en este banco y la semana pasada mi madre me hizo una transferencia por internet'. '¿Transferencia? ¿Internet? -preguntó el empleado del banco-. No hacemos transferencias desde que algunos bancos dejaron de atender sus obligaciones'. Afortunadamente para la economía no es una conversación real, es un extracto del relato ideado por siete alumnos del Instituto de Secundaria Torrellano, de Elche (Alicante), donde imaginan una pesadilla en la que la economía sufre un caos por la desaparición del Banco de España.

Este ensayo ha ganado la primera edición del concurso escolar El Banco de España y la estabilidad de la economía organizado por la entidad, con un premio consistente en ocho ordenadores portátiles. Para recibir los diplomas, el equipo, acompañado de 27 compañeros de primero y segundo de bachillerato, se desplazó a la sede del banco en Madrid. Por la mañana recorrieron el edificio histórico, que debería 'abrirse a las visitas del público como un museo', según el director del instituto, acompañante de sus pupilos. Pero no les enseñaron lo que más ilusión les hacía ver: el oro del banco. 'No nos dejaron ver las cámaras acorazadas donde se guarda', cuenta decepcionado Jerónimo Peral, uno de los estudiantes premiados.

Vestidos con sus mejores galas -para ellas muchos vestidos y tacones y para ellos una combinación de vaqueros, camisas, alguna americana y algún pendiente-, los chavales de 17 y 18 años esperaron la intervención del gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, donde resaltó que este concurso se ideó para mejorar el conocimiento que tienen del banco los estudiantes. 'No es muy normal en la agenda de un banquero central estar rodeado de jóvenes, y no debería ser así', aseguró. 'Los bachilleres de hoy serán los clientes bancarios en el futuro', les contó a los alumnos antes someterse a una ronda de preguntas de los propios escolares.

'No todos los huevos se pueden poner en la misma cesta', les recordó el gobernador a los estudiantes sobre las reservas de oro que guarda la entidad

'Nos han dicho que en las cámaras sólo se guarda el 17% del oro de las reservas, ¿dónde se encuentra el resto?', le preguntó convencida una alumna a Fernández Ordóñez. El gobernador, tal vez pensando en anécdotas del pasado sobre el llamado y desaparecido oro de Moscú (de la época de la II República), y entre risas, le explicó coloquialmente que el preciado metal, por seguridad, está diversificado en otras entidades: 'No todos los huevos se pueden poner en la misma cesta'.

Ordóñez, en esta versión escolar del televisivo Tengo una pregunta para usted, señor gobernador, se mostró seguro, ya que los estudiantes, vencedores entre 314 centros escolares, no se lo pusieron muy difícil en las otras tres preguntas.

'No creo que lo que hace el Banco de España nos sea desconocido. Lo estudiamos en Economía', opina con seguridad uno de los ganadores. Lo demostraron en su ensayo. Al estilo de José Saramago en el Ensayo sobre la ceguera, donde el protagonista se enfrenta al caos de una ceguera en expansión en el mundo, los estudiantes imaginan un desorden económico. En el relato, una joven, Lucía, se dirige a su instituto para enfrentarse a un examen de Economía. Desde que se sube al autobús se da cuenta de que nada funciona en lo monetario.

El tique cuesta cinco euros por el descontrol de la inflación, los billetes no están emitidos por el BCE, nadie acepta las tarjetas de crédito y los bancos no responden a sus obligaciones. La palabra corralito viene a la mente de Lucía y empieza a entender (o sufrir) por sus propias experiencias las funciones del banco central. ¿Pesadilla o realidad posible? El final de la historia la ofrecen los alumnos de segundo de bachillerato en su historia.

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