_
_
_
_
CincoSentidos

Recorrer el mundo en míticos trenes de lujo

Del mítico Orient Express al encanto del africano Rovos Rail. Propuestas a medida para vivir la aventura en vagones de lujo

Recorrer el mundo en míticos trenes de lujo
Recorrer el mundo en míticos trenes de lujoCinco Días

Quizá porque su época de esplendor, desde mediados del XIX hasta las primeras décadas del siglo pasado, coincide con años de amor al lujo sin matices, el tren comparte con los barcos el brillo que da la fusión de la riqueza con el deleite por la diversión. El mito de algunas de las rutas ha sobrevivido con tal vitalidad que han sido rescatadas del pasado. Otras más modernas imitan ese pasado. Pero la leyenda no siempre proviene del lujo, a veces el mayor atractivo reside en la aventura que rodea el trayecto, como al recorrer la estepa rusa y la inmensidad de Asia para terminar en Vladivostok, al norte del Océano Pacífico.

Tal vez por su dimensión novelesca y cinematográfica, el Orient Express es uno de los trenes míticos de Europa. Inaugurado en 1883, la convulsa y atractiva historia de Europa le ha dado un valor añadido como escenario de conspiraciones y espías. Pero esta línea internacional fue víctima de esa historia y quedó interrumpida por los conflictos bélicos y la guerra fría, hasta que en 1977 sus vagones fueron reunidos de nuevo por un entusiasta de los trenes, que los restauró para dar de nuevo servicio.

En 1982 se completó el renacimiento del tren Venice Simplon con su primera línea, que unía Londres con Venecia. Ahora sigue viva y cuenta con varias rutas que, con diversas frecuencias, unen Londres, París, Viena, Budapest o Praga. Además, alguna vez cada año se organizan rutas más especiales, como la clásica, que va desde París a Estambul, atravesando Francia, Suiza, Austria, Hungría, Rumanía, para terminar en Turquía.

Para estas ocasiones se resucitan los trenes azules y oro, con todo el esplendor que conoció en sus mejores años. El viaje, que dura seis días y cinco noches, tiene un precio superior a los 6.300 euros, sólo ida. La vida a bordo del tren Venice Simplon traslada al viajero al estilo de vida elegante y lujoso de tiempos pasados. En los compartimentos privados, los pasajeros son atendidos por asistentes durante todo el viaje.

Los clientes pueden elegir entre cabinas dobles y suites. Las primeras consisten en una sala de estar con sofá y una mesa con taburete durante el día, que se convierten en una cama superior y otra inferior por la noche. Las suites combinan dos cabinas interconectadas: en una se recrea una sala de estar como la de los compartimientos dobles y en la otra, un dormitorio con las camas superior e inferior. Todas cuentan con su lavabo original con agua caliente y fría.

La comida es otro de los atractivos. El tren dispone de tres restaurantes: Lalique, Etolie du Nord y Chinoise, cuyos platos están preparados por chefs franceses. Además, los pasajeros pueden tomarse un cóctel en el bar.

Aunque el desarrollo del ferrocarril va unido a la historia y consolidación de Estados Unidos como país, no cuenta en la actualidad con trenes de lujo o legendarios como otras partes del mundo. Sin embargo, Amtrak, la compañía ferroviaria estadounidense, propone algunas rutas con las que disfrutar de la espléndida naturaleza de esa nación. Una de ellas es la que va desde Chicago a Seattle, pasando por el Misisipi, las llanuras de Dakota y Montana. Otra es la que va desde Los Ángeles a San Antonio (Texas) para subir luego hacia el este, a la ciudad de Chicago.

En esa misma zona del mundo, un poco más al norte, en Canadá, es posible ir casi de un océano a otro, desde Toronto a Vancouver, pasando por las cataratas de Niágara, Ontario y varios parques nacionales. Es un viaje que dura once días y que incluye noches en hoteles y a bordo de The Canadian.

Además de la clásica Venice Simplon, la compañía Orient Express gestiona otras líneas férreas en el mundo a las que ha intentado imprimir su sello. Es el caso de Eastern & Oriental Express que conecta las ciudades de Chiang-Mai, Bangkok y Singapur, aunque se pueden escoger otras rutas que pasan por Kuala Lumpur y Vientiane. Uno de los atractivos de estos viajes, además de la belleza del entorno de esa península asiática, desde los ríos a los templos, es la estética de los vagones, que hace verdad la asumida idea de que el lujo es un invento oriental. Un placer no menos importante son los restaurantes a bordo, especializados en cocina europea y en la exquisita comida oriental.

En India es posible viajar como un marajá. GW Travel propone un tour que parte de Bombay con destino en Calcuta, atravesando Jaipur, Agra, Delhi, Varanasi y Darjeeling. Los paisajes soñados de la India a bordo de coches equipados con aire acondicionado, cabinas con cuatro camas con ducha y reproductor de CD. El tren cuenta también con teléfonos y televisión con pantalla de plasma en el vagón salón. Los clientes también pueden disfrutar de un masaje ayurvédico en el coche spa. El tren cuenta con dos vagones restaurantes, en los que disfrutar de los sabores típicos de las zonas que atraviesa o, si se prefiere, de la cocina internacional.

Con una historia más corta, cumple con todos los requisitos para convertirse en un mito para los amantes de la vida placentera sobre caminos de hierro. Se trata de Rovos Rail, que recorre África con diversas rutas. Pero la que se acerca o incluso supera los deseos del más ferviente admirador de las leyendas que esconde ese continente es la que va desde Ciudad del Cabo (Sudáfrica) hasta El Cairo (Egipto), pasando por Zimbabwe, Zambia, Zanzíbar, Tanzania, Uganda y Sudán.

Para este recorrido, recomendado por L4 Viajes, así como para otros más enfocados a los amantes de los safaris o de los parques naturales, Rovos Rail ha rescatado trenes clásicos, que pueden acomodar en sus espaciosas 36 suites a 72 pasajeros. Los muebles y el diseño tradicional recrean una atmósfera de elegancia y lujo en el comedor, salón o en los coches de observación.

El diseño de las diferentes suites -Royal, Deluxe y Pullman- evocan el pasado, sin renunciar a las comodidades del presente; cuentan con aire acondicionado, ducha de agua fría y caliente, secador de pelo y enchufes. Las más exclusivas son las Royal Suites, que ocupan la mitad de un vagón, 16 metros cuadrados, en las que destaca una bañera de estilo victoriano. Cada tren cuenta con dos vagones restaurante, otros dos destinados a salones de descanso y un vagón observatorio al final, cuyo atractivo son las terrazas exteriores para poder disfrutar del paisaje. El precio para el trayecto entre Ciudad del Cabo y Cataratas Victoria en Zimbabwe en Royal Suite es de unos 3.500 euros.

Hiram Bingham, el explorador que descubrió en 1911 el asentamiento inca de Machu Picchu, da nombre al ferrocarril de lujo de PeruRail, que desde 2003 une la ciudad de Cuzco con Machu Picchu. El viaje comienza a 3.550 metros sobre el nivel del mar para, a continuación, iniciar el descenso hacia el Valle Sagrado, pasando por coloridos pueblos y exuberantes campos al pie de los Andes. Al llegar al poblado de Aguas Calientes, los pasajeros son trasladados en autobús al Machu Picchu Sanctuary Lodge, desde donde empieza una excursión privada a las legendarias ruinas. El tren cuenta con dos coches comedor, un coche bar y un coche cocina con una capacidad para 84 pasajeros. El viaje de ida y vuelta cuesta 547 dólares e incluye comidas, guías turísticos, traslados y entrada al santuario de Machu Picchu.

En Europa, el Royal Scotsman serpentea a través de campos y costas de las Highlands (Tierras Altas) escocesas. El viaje incluye cinco itinerarios, con una duración entre dos y siete noches (desde 2.470 a 7.300 euros por persona). Una de las rutas más populares es la que sube hasta Keith, continúa a la pintoresca Plockton, sigue hasta Inverness y, finalmente, avanza hasta Perth. Los parajes imponentes enmarcan distintas actividades, entre ellas, tiro al pichón (de arcilla), visitas a residencias privadas (Mount Stuart House o Ballindalloch), una fiesta tradicional ceilidh, una visita a la destilería Strathisla. Distintas propuestas para recorrer el mundo en los trenes que hicieron época.

Una ruta intrépida en el Transiberiano

El Transiberiano es, con 9.340 kilómetros, la línea ferroviaria en activo más larga del mundo. La aventura clásica empieza en Moscú y acaba en Vladivostok. En Temps d'Oci, agencia especializada en viajes a medida, proponen un circuito de una semana de duración, que arranca en Moscú y continúa a Irkutsk, y de allí al Lago Baikal, famoso por la calidad de sus aguas, donde los viajeros pasan tres días en contacto con la naturaleza. El precio ronda los 2.500 euros, más tasas aéreas.Los que prefieran llegar hasta Pekín pueden hacerlo en el Transiberiano Orient Express, que comercializa ICU Viajes.El tren recorre Moscú, Kazan, Ekaterimburgo, Novosibirsk, Krasnoyarsk, Irkutsk, el Lago Baikal, Ulan Ude, Ulaanbaatar, Erlian, Datong y Pekín, en los lujosos vagones de Orient Express (restaurante, coche bar y salón de conferencias). Los precios oscilan entre 4.450 euros y 8.530 euros e incluyen pensión completa, el vuelo hasta Moscú o Pekín, los posibles transfers, hoteles, y excursiones.

La España verde en un viaje singular

En 1983, un equipo de profesionales de Feve puso en marcha la atrevida idea de reproducir en otro paisaje y en otro ancho de vía el evocador ambiente de confort y exotismo de trenes como el Orient Express o el Transiberiano. Así nació el Transcantábrico, el primer -y actualmente único- tren turístico de España.El viaje, que dura ocho días y siete noches (entre abril y octubre), permite conocer el patrimonio cultural y gastronómico de Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco y Castilla y León y acercar al viajero a espectaculares paisajes.El tren admite 50 viajeros (el precio de la suite doble es de 2.300 euros por persona y de 3.300 la suite individual) atendidos en cada viaje por una tripulación de profesionales.Además de los coches dormitorio, dispone de cuatro coches salones, uno de ellos, discoteca.

Archivado En

_
_