El Gobierno impone condiciones a Abertis para entrar en Hispasat
Moncloa ha planteado condiciones severas a la pretensión de Abertis de entrar en Hispasat. El responsable de la Oficina Económica de Presidencia advirtió al consejero delegado de la catalana que exigirá que se mantenga la operación de las telecos militares y la independencia de Hispasat frente a Eutelsat.
Abertis se encuentra más cerca de convertirse en una de las piedras angulares de Hispasat. Sin embargo, en su pretensión de comprar las participaciones que BBVA (10,79%) y Auna (17,64%) tienen en la empresa española de satélites, tendrá que comprometerse a cumplir unas estrictas condiciones, si quiere obtener la imprescindible aprobación del Gobierno central a tal operación.
Fuentes gubernamentales informan que el consejero delegado de Abertis, Salvador Alemany, se ha reunido en varias ocasiones recientes con el responsable de la Oficina Económica de Presidencia, David Taguas, para explicarle los planes de la empresa catalana respecto a Hispasat.
Taguas expresó severos inconvenientes a la operación, derivados de la preocupación del Gobierno, que teme que este sector estratégico quede en manos francesas. Se trata, según las mismas fuentes, de 'salvaguardar el interés de la compañía considerada estratégica'.
El asesor del presidente del Gobierno recordó a su interlocutor que Hispasat es una pieza clave de los intereses españoles en Latinoamérica, al asegurar las comunicaciones espaciales entre ambos continentes. Señaló, del mismo modo que la sociedad de satélites es la responsable de las comunicaciones militares y gubernamentales españolas. El Gobierno se niega a que Hisdesat, la sociedad de Hispasat que gestiona dos satélites militares, sea segregada.
Igualmente hizo hincapié en que la construcción de los satélites de Hispasat ha reportado a la industria espacial nacional carga de trabajo por 620 millones.
Como consecuencia de los contactos entre ambas partes se ha decidido que en los próximos días se reúna una comisión interministerial integrada por los departamentos de Defensa, Industria y la propia SEPI que ya ha venido analizando con anterioridad la situación de la empresa.
El objetivo del encuentro programado es estudiar las dos alternativas de cambio en el capital que ahora están en juego. La primera es la salida Bolsa a través de una OPV. Desde La Moncloa se precisa que en caso de adoptar esta opción, la OPV sería 'especial', para impedir que ningún accionista individual pudiera conseguir el control de la compañía.
La segunda opción que analizará la comisión interministerial es la adquisición directa por parte del grupo Abertis de las participaciones en poder del BBVA y del grupo Auna, accionistas que han expresado en distintas ocasiones su interés por desinvertir.
Abertis, en estas conversaciones, ha planteado la posibilidad de que su participación futura en Hispasat establezca vinculaciones con las de los accionistas públicos que controlan el 30% del capital y, eventualmente, también con Telefónica, si esta empresa decide finalmente continuar en la sociedad. De esta manera se conseguiría un claro control accionarial español.
Las mismas fuentes señalaron que el Gobierno es favorable a que se configure una estructura de propiedad que no aísle a Eutelsat porque ello significaría la pérdida de interesantes sinergias internacionales. Abertis, por su parte, pretende que el Ejecutivo adopte una decisión cuanto antes.
Fuentes empresariales han asegurado que los contactos entre el Gobierno y Abertis se han multiplicado en la última semana y señalan que el ministro de Defensa, José Antonio Alonso y el presidente de Abertis, Isidro Fainé han cenado juntos recientemente para abordar el tema.
Tres años de fuerte crecimiento y ocupación total
Varias de las empresas españolas más significativas han vivido durante los últimos años trayectorias paralelas. Fueron creadas bajo la tutela del sector público y, en algún momento de la pasada década fueron dotadas de un núcleo duro de accionistas nacionales que debían de dirigir su futuro. Buena parte de estos accionistas eran también empresas privatizadas que fueron forzadas a cumplir una misión de la que nunca estuvieron convencidos. Durante años, estos dueños obligados caminaron arrastrando los pies y dejaron en manos de los gestores de las compañías la responsabilidad de situarlas en un mercado cada vez más internacional y más competitivo.Ahora, de forma también bastante sincronizada, los componentes de aquellos núcleos duros han expresado su deseo de abandonar las posiciones que nunca desearon y han abierto una segunda transición en la estructura de la propiedad de sus respectivas sociedades.La historia de Hispasat tiene significativas peculiaridades, pero sin duda esta inscrita en esta trayectoria. Comparte con el resto la circunstancia de que han sido sus gestores los que se han visto en la obligación de abordar con decisión los retos empresariales, sin contar en muchas ocasiones con la complicidad de sus accionistas, siempre más atentos a sus propios intereses que a las necesidades de sus participadas.Petra Mateos, la presidenta de Hispasat, tomó la responsabilidad hace tres años de una empresa sin beneficios y con su último satélite en órbita con dificultades. Hispasat es hoy una sociedad con números negros, ocupación total y planes en marcha para lanzar tres nuevos satélites.