La historia a través de los ojos de las azafatas
De las ' señoritas' del No-Do a las auxiliares de congresos. Así han cambiado las ferias en España
A través de las fotografías de las empresas que organizan eventos se pueden dibujar los grandes cambios que ha sufrido España. Es el caso de Tilesa, por ejemplo, una empresa madrileña que desde hace 40 años organiza congresos. Las imágenes de sus azafatas ilustran las progresivas etapas del cambio social y económico de la España contemporánea.
De las 'bellas señoritas', de las que hablaba el NO-DO, el informativo que emitían los cines durante el franquismo, se pasó al término azafatas, que solían vestir un traje chaqueta azul y llevaban una graciosa cofia en la cabeza. Hoy, ese termino, aún utilizado en el lenguaje popular, ha caído en desuso en las empresas por considerarlo sexista. Las azafatas, ahora, se llaman auxiliares de congreso o de vuelo, dependiendo de dónde trabajen. El eufemismo sirve también para evitar llamar a los hombres azafatos, término incorrecto según la Real Academia de la Lengua.
Carlos de Sebastián Carazo fundó Tilesa en 1967. Desde que creó el negocio ha celebrado unos 800 congresos. Recuerda que cuando empezaron era una actividad desconocida, 'en la que prácticamente no había empresas especializadas y los congresos llegaban en cuentagotas'.
Si hace treinta años se podía celebrar un congreso de cirujanos, hoy se organizan eventos dedicados a la cirugía ocular, a la dental, a la plástica y así hasta la última modalidad. Lo mismo sucede en otras profesiones. La multitud de celebraciones de ferias ilustra otras de las características de la economía de los últimos años: la especialización. Incluso, hay azafatas o auxiliares de congresos que se han convertido en expertas de un tipo determinado de ferias, como pueden ser las gastronómicas.
No hay sector económico y profesión que no celebre su feria anual. En Barcelona, cada año el público aplaude y abarrota el Festival de Cine Erótico, uno de los más importantes de Europa. Y ya va por la decimoquinta edición. La semana pasada, Valencia acogió una feria funeraria, donde aparecían las últimas tendencias de esta industria que, como cualquier otra, también desea mostrar sus nuevos diseños y lo que se llevará la próxima temporada.
Los ayuntamientos, por su parte, se disputan cualquier tipo de evento. Las ciudades que no cuentan con un recinto ferial están planeando construir uno. Y no es raro. El turista de negocios, así les llama el mercado a los asistentes a los congresos, gastan entre tres y cinco veces más que el turista tradicional de fin de semana y verano.
Además, es un visitante que permite llenar hoteles, restaurantes y tiendas en temporada baja. El año pasado, se organizaron unas 500 ferias que atrajeron a cerca de 16 millones de visitantes, según la Asociación de Ferias Españolas. Este negocio factura más de 359 millones.
A pesar del evidente crecimiento, hay cosas que no cambian. Sebastián Carazo explica que para acoger a los visitantes en los stands buscan 'chicas jóvenes, guapas y que hablen con soltura al menos un idioma, que suele ser el inglés'. Igual que hace cuarenta años, aunque ahora, además de mujeres, también se demandan chicos con buena planta, delgados y con idiomas.