La patronal siderúrgica advierte de la irrupción de China en el mercado español
La industria siderúrgica en España ve a China como una de las posibles amenazas futuras a la buena marcha del sector. 'La irrupción de China en el mercado español es preocupante', advirtió ayer Andrés Barceló, responsable de mercados de la patronal siderúrgica Unesid, durante la presentación de la memoria anual del sector.
El aviso es serio. China ha pasado en tres años de ser un importador neto de productos siderúrgicos a convertirse en exportador. Así, en 2006 el país se convirtió en el quinto suministrador absoluto del mercado español, con una cuota del 9,3%, y 1,3 millones de toneladas, muy cerca de vendedores tradicionales de España como Italia (con el 10,2%) y Portugal (9,8%). Los principales productos que China ha colocado a España son planos y alambrón de baja calidad.
A nivel mundial, los chinos ya son los primeros productores de acero, con más de 400 millones de toneladas y un tercio del mercado mundial, superando a la UE, EE UU y Japón juntos. El país ha pasado de importar 35 millones de toneladas de acero en 2003 a exportar 34 millones de toneladas el año pasado.
En este escenario, Barceló destacó las desigualdades a las que tienen que hacer frente las empresas siderúrgicas españolas para competir con las chinas. Diferencias que tienen que ver, sobre todo, con la ausencia de exigencias medioambientales que sí limitan las actividades en Europa; la existencia de materias primas muy baratas; y unas condiciones financieras más ventajosas, como créditos públicos a fondo perdido o muy bajo interés o la no necesidad de retribuir a sus accionistas.
Ante esta situación, el director general de Unesid, Juan Ignacio Bartolomé, aseguró que poco se puede hacer salvo 'llamar la atención' sobre las consecuencias que puede tener un mayor peso de China en el sector a medio plazo. En este sentido, apuntó que lo único que podrían intentar las empresas ante la UE sería impulsar la puesta en marcha de algún procedimiento antidumping. Una iniciativa difícil de sostener, ya que las siderúrgicas europeas tendrían que estar en pérdidas.