El Gobierno valenciano ofrece a los Quiles nueve millones por dejar Kelme
La continuidad de Kelme pasa por reducir la deuda e inyectar capital. Y por la salida de la familia fundadora. La Generalitat Valenciana, que tiene los derechos políticos de la empresa, ha diseñado una operación que sanearía la sociedad y dejaría unos nueve millones para pagar la salida de los fundadores.
La Generalitat Valenciana, que desde hace cinco años tutela Kelme a través del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), ha diseñado una compleja operación para salvar la empresa de material deportivo que incluye como condición indispensable la salida de la familia fundadora del capital. Según fuentes conocedoras del proceso, el Gobierno valenciano ha ofrecido alrededor de nueve millones de euros a Diego y José Quiles para que dejen la empresa. Paralelamente, el fondo Tirant, en el que participan el IVF y distintas entidades financieras tanto valencianas como del resto de España, inyectaría entre seis y siete millones de euros para reflotar la compañía. De esta manera se haría con el 100% del capital. No se descarta tampoco la entrada en el accionariado de forma minoritaria de un fondo alemán.
Esta solución lleva implícita una operación urbanística. Se trata de una amplia parcela, calificada como suelo protegido, situada entre los términos municipales de Alicante y Elche que los Quiles aportaron a la sociedad a petición del IVF cuando el órgano público tomó la gestión. La Generalitat ha negociado con el ayuntamiento de Alicante una permuta por suelo edificable. El plan elaborado por el IVF pasa por vender este terreno, del que espera obtener unos 60 millones de euros, destinar 30 millones a reducir la asfixiante deuda de la compañía, que asciende a 47 millones, y 15 al pago de los impuestos de la operación. Los 15 restantes se usarían para pagar a los Quiles.
Sin embargo, de esa cantidad habría que deducir unos seis millones de euros para levantar una opción de compra que tiene el terreno y que la familia Quiles firmó con el empresario Francisco Borja poco antes de aportar la parcela a Kelme. Este paso, esencial para desarrollar el plan, no está exento de problemas, ya que Borja, amigo de los Quiles, exige que los dos hermanos, a título individual, firmen el acuerdo, algo que, de momento no parece que vaya a ocurrir.
Y es que la familia fundadora considera escasa la oferta. Las dos partes han celebrado ya varias reuniones, sin éxito. Los Quiles reclaman, por ejemplo, que el coste fiscal de la operación la asuma Kelme y que se destine menos cantidad a rebajar la deuda, con lo que aumentaría notablemente su parte
De no llegarse a un acuerdo en estos términos, el futuro de Kelme se complicaría. El IVF, que tiene avales con la empresa por nueve millones y un préstamo directo de 4,3 millones, no quiere que se repita el fracaso de Ferrys -que cerró pese a las inyecciones públicas- y estudia opciones alternativas. Una ampliación de capital cubierta por un fondo dejaría a los Quiles en minoría, pero no resolvería la deuda, por lo que habría que ir a un proceso concursal.
El Instituto de Finanzas espera que haya acuerdo
La relación entre el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) y los Quiles atraviesa su peor momento. La tensión entre las dos partes ha llevado al IVF a apartar a Diego Quiles de la presidencia y del consejo. Según el director del IVF, Enrique Pérez Boada, Quiles se negó repetidamente a convocar el consejo que debía aprobar las cuentas y mantenía una posición de resistencia ante la labor del consejero delegado nombrado por la institución, Benjamín Clarí. 'Pese a todo, queremos un acuerdo amistoso con la familia', insistió Pérez Boada.Por su parte, Diego Quiles aseguró a este diario que quiere 'seguir en la empresa', si bien reconoció que si hay un proyecto que garantice la continuidad de la compañía estaría dispuesto a irse, aunque recordó que, pese a la deuda, los activos de la empresa son muy importantes, 'entre ellos la marca, que vale 12 millones'.