Un gran banco para ir de compras
Lo ha conseguido. El presidente de BBVA, Francisco González, presentó ayer el nuevo modelo de oficina del banco. Toda una revolución. 'Queremos hacer de BBVA una gran compañía de servicios volcada en hacer la vida más fácil a las personas'. El concepto tradicional de banco se pierde. Es una tienda banco o un banco tienda.
Es como el mundo al revés. Las grandes superficies decidieron hace años entrar en el negocio financiero, y comenzaron a vender hipotecas, seguros, créditos al consumo, fondos de inversión... Ahora la banca quiere transformarse en tienda. Vender cafeteras, coches, motos, viajes, incluso contratar una operación ocular, o tomarse un café con los amigos, se ha convertido en objeto de deseo para las oficinas bancarias. Todo por ganar clientes, o evitar su fuga.
Ayer fue la innovación y la transformación. No se habló de nada más. El banquero, de hecho, no quiso contestar a las preguntas de la prensa sobre una posible compra del italiano Monte dei Paschi, algo que se lleva especulando desde hace tiempo y que ahora ha vuelto a tomar fuerza.
'No vamos a hablar de otra cosa que no sea innovación', recalcó González. No tocaba hablar de compras. Sólo insinuó en alguna respuesta que si encontraban oportunidades en el mercado latinoamericano las aprovecharían. También en Asia y EE UU.
El crecimiento de BBVA que desgranó el banquero era orgánico, pese a las grandes cifras anunciadas. Pero lo cierto es que mientras González hacía su exposición, el mercado se preguntaba si hablaría de nuevas operaciones corporativas. Lógico, si se tiene en cuenta que desde hace dos meses parece que se ha abierto la veda de las grandes fusiones transfronterizas. Su más directo rival, Santander, junto a Royal Bank of Scotland y Fortis, está inmerso una operación que creará precedente.
Tres bancos unidos para adquirir otro, el holandés ABN Amro, con una capitalización de 68.000 millones de euros. BBVA tiene un valor bursátil de 66.000 millones. El sistema financiero italiano, la gran espina clavada de BBVA, se encuentra en plena transformación. Su principal protagonista, Unicredit, viejo conocido de BBVA, se ha convertido, con la unión de Capitalia, en el segundo banco de Europa.
Unicredit tendrá, tras cerrarse la operación, una capitalización superior a los 100.000 millones. Santander y BBVA quedan así desplazados del ranking europeo. Tendrán que poner más empeño en lograr su puesto en el pódium de los grandes del mundo.
González nunca ha descartado crecer con compras, siempre que creen valor para el accionista. Pero como pasa en la vida, siempre hay una primera vez. Y en este caso ha sido Compass, el banco estadounidense cuya adquisición se cerrará en el cuarto trimestre del año, el que ha modificado la filosofía de compras de BBVA.
Esta operación es dilutiva para el accionista. Durante los tres primeros años el beneficio por acción será inferior. Después creará valor. Uno de los objetivos que González se ha marcado es llegar a los 100.000 millones de capitalización en 2010. Ejercicio en el que el banquero dejará la presidencia del grupo.
Su pretensión, ya anunciada en varias ocasiones, es 'estar entre los 8 ó 10 mayores bancos del mundo por capitalización'. Pero, si la caja de Pandora de las fusiones se mantiene abierta con la fuerza que se ha destapado, BBVA puede tener difícil cumplir su objetivo si no encuentra la pieza europea que le falta para completar el rompecabezas.
No puede descuidar el mapa bancario europeo. Más aún cuando su ambición, como la de su homólogo de Santander, Emilio Botín, es colocarse en los primeros puestos de la carrera, pisando el acelerador de un gran coche. Hay que estar entre los ganadores. Si no puedes correr el riesgo de que te arrollen. O compras o te compran. González ha puesto en marcha su proyecto innovador, pero le falta Europa.