Inversores de siete países hacen negocios en guayabera
El magnate Donald Trump y Ricardo Hazoury, presidente del grupo dominicano Abrisa, destilaban entusiasmo al anunciar, ante medio centenar de representantes de la prensa internacional, que su colaboración empresarial no podía haber comenzado mejor: en tan sólo unas horas se cerraron operaciones por más de 350 millones de dólares, unos 260 millones de euros, en el proyecto inmobiliario conjunto denominado Farallón Trump at Cap Cana.
El Farallón es una especie de balcón rocoso situado a más de 60 metros de altura sobre el mar. En cuatro horas se vendieron 62 de los 68 solares de entre 6.000 y 24.000 metros cuadrados que forman el primer proyecto lanzado entre el grupo dominicano Abrisa, artífice de Cap Cana, y The Trump Organization.
Donald Trump desarrolló sus habilidades mediáticas en una cena de gala contestando a las preguntas de un pool de periodistas en un escenario emplazado sobre la piscina del Club El Caletón de Cap Cana y ante una selecta audiencia, los millonarios que han hecho reserva de compra de los solares del farallón, que salen a la venta con precios que oscilan entre 7 y 12 millones de dólares.
Quince inversores españoles cerraron operaciones durante el pasado fin de semana, aunque no se conocen las identidades de los compradores
No hay nombres. Sólo trasciende la nacionalidad de los compradores. El grueso de la clientela es americana, puertorriqueña y dominicana. Los inversores españoles cerraron 15 operaciones. La privacidad es una de las reglas de la casa. Así como la exclusividad del entorno, la calidad y el nivel de exigencia del proyecto son las marcas de identidad con que Cap Cana se va haciendo realidad y algunas de las claves de este éxito comercial sin precedentes en República Dominicana y en el Caribe.
Durante la mañana, unos 500 inversores estadounidenses, dominicanos, puertorriqueños, venezolanos, colombianos y españoles visitaron sus emplazamientos reservados y sellaron los acuerdos. Por la noche asistieron a una gran fiesta preparada por los anfitriones en la hermosa playa del Caletón. Ni una chaqueta, ni una corbata. El estilo Cap Cana impone la guayabera para hacer negocios. Impecable lino y firmadas por Oscar de la Renta, eso sí. Donald Trump señaló que Cap Cana no es para la clase media y avanzó que está estudiando nuevos proyectos de la mano de Hazoury.
Cap Cana, el desarrollo turístico inmobiliario que el grupo Abrisa puso en marcha en 2002 en Punta Cana, en la zona más oriental de República Dominicana, es el más importante del Caribe y en él se han invertido más de 200 millones de dólares en infraestructura básicas. El proyecto atrajo a Donald J. Trump, que firmó un acuerdo con Cap Cana para desarrollar y vender productos inmobiliarios de lujo. Trump incluirá un campo de golf, un condohotel, club de playa, villas y solares de golf, residencias y apartamentos con vistas al mar. El valor estimado de esos productos podría sobrepasar los 2.000 millones de dólares.
Cap Cana se extiende a lo largo 120 millones de metros cuadrados de superficie y cuenta con kilómetros y kilómetros de costa. El desarrollo prevé cinco campos de golf; el primero de ellos, Punta Espada, que lleva el sello de Jack Nicklaus, está destinado a ser uno de los campos de referencia para el golf internacional.