La bajada de impuestos brilla de nuevo en la carrera electoral
Sin un modelo de financiación pactado, los candidatos regionales prometen rebajas tributarias a empresas e individuos.
Si algo está demostrado que es atractivo en toda campaña es una rebaja de impuestos que ofrecer a los electores como gancho para asegurar el voto, sobre todo a los indecisos. Los candidatos a las elecciones autonómicas del 27 de mayo afrontan la carrera electoral sin un nuevo modelo de financiación regional negociado con el Gobierno central, tantas veces prometido desde Madrid en los últimos años y que no se ha abordado, según fuentes oficiales, por cuestiones de agenda.
Sin embargo eso no parece que esté haciendo mella en los candidatos regionales para realizar promesas tributarias de toda índole, aunque bien es verdad que se están cuidando mucho de que no tengan calado recaudatorio como para descuadrar las cuentas públicas autonómicas, cada vez más boyantes, por otra parte.
Y es que en las trece comunidades en donde se decidirá el 27-M quién gestionará el gasto público en los próximos cuatro años, se acumula ya un presupuesto anual superior a los 80.000 millones de euros (según las cuentas autonómicas aprobadas para 2007), gran parte del cual está financiado con impuestos estatales cedidos o compartidos con los Ejecutivos autonómicos. De hecho, sólo Baleares y Madrid tienen suficiente autonomía como para financiarse con recursos propios o tributos cobrados en su territorio. El resto depende de una u otra forma del fondo de suficiencia previsto en el modelo de financiación actual (25.000 millones en 2004) para redistribuir parte del erario público entre las comunidades menos boyantes.
El IRPF es el impuesto del que más jugo sacan. Cedido en un 33%, las comunidades obtuvieron 17.000 millones en el último año liquidado (2004), equivalente al 19% de los recursos totales. Le sigue en importancia el IVA (16.000 millones) y los impuestos especiales. Con todo, los ingresos obtenidos por las comunidades están creciendo a un ritmo tres veces superior a los del Estado.
El PP lleva en su programa-marco una rebaja generalizada en el impuesto de sucesiones y donaciones (ya iniciada en la última legislatura para los familiares más próximos) y recortes puntuales en el tramo autonómico del IRPF y en el impuesto del patrimonio. El PSOE, menos beligerante, ofrece recortes en el IRPF si es para vivienda protegida; y en el impuesto de sucesiones, ligado a un máximo por contribuyente. En cuanto al impuesto del patrimonio, está pendiente una reforma profunda dirigida desde el Ministerio de Economía, que no verá la luz hasta la próxima legislatura, según el vicepresidente económico, Pedro Solbes. IU sólo ofrece congelación de impuestos en aquellos en los que la recaudación vaya bien, y subida en el impuesto del patrimonio.
Hucha y vivienda
El boom inmobiliario está siendo aprovechado también por las comunidades autónomas, con competencia tributaria en materia de vivienda, para sacar partido recaudatorio. Cada vez que se construye una casa se ponen en marcha hasta diez tipos de impuestos y tasas, desde el inicio de la promoción hasta que el consumidor final compra el inmueble. Las comunidades cobran en buena parte de ellos.AJD y transmisiones. En los últimos años casi todas las comunidades han elevado hasta el 7% (máximo permitido) el tipo de gravamen del impuesto sobre transmisiones patrimoniales (se aplica a viviendas de segunda mano) para elevar sus ingresos. El tipo para actos jurídicos documentados (AJD) también se ha elevado. Por ambos conceptos ingresan más de 12.000 millones de euros al año. Toda una hucha.IVA. A través del impuesto sobre el valor añadido, las comunidades sacan partido del consumo en sus territorios. Buena parte de él se debe a la compra de vivienda nueva, al que se le aplica un gravamen del 16%. El 35% de la recaudación se queda en el territorio autonómico donde se ubica la vivienda.Hidrocarburos. Los impuestos especiales (alcohol, tabaco, hidrocarburos, cerveza y productos intermedios) se han revelado como impuestos fáciles de gestionar y con un gran potencial recaudatorio. Destaca el de hidrocarburos. Las comunidades se quedan con el 40%. El nuevo modelo de financiación podría elevar este porcentaje más allá del 50%.