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Transporte

Aníbal, en pie de guerra por la Estación Sur de Autobuses

El grupo pacense de transporte de pasajeros recurre a Competencia por la adjudicación de las taquillas.

Aníbal Canela lleva años de lucha por conseguir lo que cree que le corresponde: una taquilla bien situada en la Estación Sur de Autobuses de Madrid y no la que después de muchas batallas le han asignado. El fundador de la empresa que lleva su mismo nombre ha apelado a la protección de la ley española de competencia y ha logrado hasta el momento que el Tribunal de Defensa de la Competencia admita a trámite la queja de Aníbal y su denuncia contra las prácticas anticompetitivas interpuesta contra la Estación Sur de Autobuses.

El Tribunal es el encargado de resolver acerca de la existencia o no de conductas prohibidas después de recibir el expediente del Servicio de Defensa de la Competencia que, en caso de encontrar indicios de prácticas contrarias a la competencia remite el expediente al Tribunal. æpermil;ste es el encargado de determinar, en su caso, las sanciones que corresponda imponer. Pero Aníbal asegura que no quiere dinero. Sólo el espacio físico que considera que debería ser suyo y que le permitiría realizar su negocio con normalidad en la madrileña Estación Sur de Autobuses.

Aníbal, que lleva el mismo nombre que el estratega cartaginés, obtuvo una licencia administrativa para su línea de transporte de pasajeros por carretera entre Lisboa y París. Una línea que en la actualidad sólo se mantiene entre la capital lusa y Madrid y que, según explica el fundador de la empresa pacense, Aníbal Canela, coincidía con la que tiene abierta Auto Res, empresa que a través de Avanza participa de forma mayoritaria en la gestión de la Estación Sur de Autobuses de Madrid. 'Me boicotearon y me dijeron que no había taquillas libres cuando eso no era cierto', explica Canela que no tuvo más remedio que tratar de aliarse con dos empresas de transporte con taquillas en la estación para vender sus billetes a través de éstas. No da resultado. 'En un año me vendieron 40 ó 50 billetes. Nada más'.

Aníbal une diariamente Madrid y Lisboa, viaja a Rumanía y, a partir del 2 de junio, también a Marruecos

Y mientras Aníbal Canela luchaba por acceder a la concesión de una taquilla a través de la que vender los billetes de su línea regular que une diariamente Lisboa y Madrid y los de la que vendría poco después -entre Madrid y Bucarest-, uno de los locales comerciales de la Estación Sur se traspasaba. Se trataba de la Administración de Lotería. Ni corto ni perezoso, Canela decidió pagar el traspaso del local en el que en estos momentos ha situado una agencia de viajes que opera bajo el nombre de Aníbal Tours y a través de la que vende los billetes a los viajeros que desean viajar a Portugal o a Rumanía. Y dentro de apenas unos días (el 2 de junio) también a Casablanca y Marraquech.

Pero el dueño de la empresa es consciente de que se trata de una solución provisional, ya que el cambio de actividad de administración de lotería a agencia de viajes se encuentra denunciado judicialmente y está tan sólo a la espera del trámite de casación en el Supremo. Aníbal ha perdido hasta el momento todas las batallas judiciales. Y las del día a día las supera con dificultad, ya que ha sido incapaz de dar de alta una línea telefónica para el negocio. 'Eso depende de la Estación Sur y cada vez que han venido los técnicos de la compañía a instalar el teléfono les han dicho que no se podía acceder al cajetín. Así que tenemos que trabajar con líneas de móvil', explica Aníbal Canela.

Durante el tiempo en que el fundador libraba su batalla particular contra la decisión de los gestores de la Estación Sur, otras empresas que se lo solicitaron después que él sí lograron una taquilla. La queja de Canela ante esta situación se tradujo en esta ocasión en una concesión: 'la taquilla número 2, en una zona donde no hay ningún tipo de tránsito, porque los gestores tienen cerrada una puerta de acceso y porque además han decidido quitar de esa zona todos los bancos para que no se sienten los pasajeros. Allí no vendo nada. Yo lo que quiero es la taquilla que me correspondía cuando yo la pedí y que después se la han dado a otra empresa que lo pidió mucho después', se queja Canela.

Una serie de dificultades que han llevado a Aníbal Canela, que ya ha superado la edad de jubilación y puesto la empresa en manos de la siguiente generación, a plantear su caso ante las autoridades de competencia. Será el Tribunal el que decida ahora si lo sufrido por Canela se trata únicamente de gajes del negocio o de algún tipo de comisión de prácticas anticompetitivas.

La resolución del caso, en Competencia

El artículo 1.º de la aún vigente Ley de Defensa de la Competencia prohíbe los acuerdos, decisiones o recomendación colectiva, o práctica concertada, que tenga como efecto impedir o restringir la competencia en los mercados.Esa es precisamente la queja de Aníbal Canela, que considera que las decisiones de la empresa que gestiona la Estación Sur de Autobuses de Madrid han restringido su actividad de competencia. Todas las personas, empresas o asociaciones afectadas por estas prácticas tienen derecho a que el Tribunal de Defensa de la Competencia analice y resuelva su caso. El Tribunal, que ha admitido a trámite el caso, deberá adoptar próximamente una decisión.

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