Entre el arte intemporal y el estilo cosmopolita-chic
La decoración vanguardista opta por las más arriesgadas fusiones de estilos y épocas
Ha muerto el minimalismo? La respuesta es que no, aunque parece que esté en plena hibernación. Pero eso no significa que haya sido sustituido por una decoración barroca, recargada o en exceso colorista. La palabra vuelve a ser fusión, aunque la tendencia actual añade un nuevo significado a ese concepto.
No se trata sólo de mezclar maderas, cuero, telas, acero o cristal. O de cruzar estilos, más o menos próximos en estética o en etapas históricas. Las preferencias vanguardistas, como se refleja en la exposición Casa Decor que se celebra en Madrid hasta el 10 de junio, se centran ahora en reunir en una habitación objetos separados en el tiempo o por la geografía.
En esa exposición una de las propuestas que se ajustan a esas características es la que presenta Javier Castilla, de la Tienda de Reforma, de Madrid. Consiste en un apartamento 'de estilo ecléctico al límite, en donde todo lo que gusta es válido', según sus palabras. Pero con tintes clásicos, como se muestra por su apuesta por las chimeneas, por la madera o las pieles. Y ante todo, la fusión. En el salón junta butacas de los años sesenta del siglo XX con cómodas del siglo XVIII. Los colores básicos son el negro y el piedra, con toques de oro y azules.
Más centrado en la utilización de los espacios diáfanos y las dimensiones introducidas por los lofts se encuentra el apartamento de Diego Rodríguez, de DR Interiores. En unos 80 metros cuadrados, en los que la única separación real es la que corresponde al cuarto de baño, el salón acapara la mayor parte de la superficie disponible. En él también se encuentra la cocina, ubicada en paralelo al sofá, y una mesa con butaca que hace las veces de pequeño despacho.
Respecto a colores, el blanco y el negro, con menos peso, son los reyes, mientras que en los materiales es donde se perciben, según Diego Rodríguez, algún pequeño guiño a la recuperación de elementos del pasado, como los mármoles. æpermil;l destaca la importancia de sus propuesta de luces, que se basa en estructuras colgadas del techo, en las que se combinan halógenos con un sistema de pinzas que permite jugar con la iluminación.
Piezas singulares
Para el decorador Luis Puerta, su obra podría calificarse de cosmopolita-chic y de intemporal. Utiliza en el salón que exhibe tanto la madera como la piedra, el acero y el pan de oro. Como otros creadores, une muebles contemporáneos, con otros de épocas anteriores. En su caso, con una butaca italiana del siglo XVIII. Y en las paredes una tabla renacentista y un antiguo mural oriental. La elección de piezas singulares es, a su juicio, es lo que mejor puede imprimir personalidad al espacio.
La importancia de los tejidos no ha decaído en la decoración más vanguardista. Se intentan fórmulas nuevas, como la combinación con maderas especiales, para dar más realce a la gama cromática que aportan las telas. En esa línea está el espacio, con dos ambientes, creado por Raúl Martins. Utiliza diseños de Gancedo con muebles lacados, unido a mesas con cordones de plata y puertas rematadas con pergaminos.
Un principio que defiende Isabel Peletier señala que la decoración debe respetar la arquitectura, adaptarse al espacio existente. Su habitación tiene además mucho de esa citada tendencia de mezcla: cama que recoge la influencia japonesa, chimenea de acero, apliques del siglo XIX, antiguo mueble francés usado como bar y pintura de Canogar.
Baños con estatuas romanas
Los baños, como ocurre en casi todas las ferias internacionales de decoración, son una de las habitaciones en donde más se explayan los diseñadores. Algunos ejemplos de esta tendencia se ven en Casa Decor este año. Elementos sacados de los spa, como son las bañeras o las duchas con hidromasaje, con aplicaciones para la aromaterapia y cromoterapia, parecen ya casi imprescindibles para un proyecto completo que apueste por el confort.Pero otras de las propuestas tienen un carácter más estético. Incluyen, por ejemplo, bustos y estatuas grecorromanas, como elemento decorativo y, al tiempo, evocador de las termas. En uno de los casos, esas estatuas adornan un inmenso baño, en el que no faltan aportaciones modernas, ya sean las bicicletas estáticas u otros elementos de los gimnasios. De otra creación de esa exposición es autor Ramón Soler, que la ha denominado Baño de Espejos. Y es que los espejos son los elementos que sirven para jugar con la luz. En ella predomina el acero y el cristal, mientras que las griferias cuentan con reflejos Swarosvki. El agua es conducida a la bañera desde una larga columna que arranca del techo.