Sofisticación en Rosato
Simona Rosato supervisa los detalles de su colección de joyas en un ambiente relajado
Sofisticada, pero sin ofender. Simona Rosato, nacida en Lazio hace 39 años, es una ejecutiva que desprende glamour y a la vez derrocha una gran sencillez. Ella misma es el mejor escaparate para exhibir su colección de joyas. Desde hace seis años dirige su propia compañía, implantada en Arezzo, en pleno corazón de la Toscana, aunque hace ya más de dos décadas que se dedica al sector de la joyería. Lo suyo, según explica, es vocación.
Comenzó estudiando Económicas y Comercio, pero enseguida vio una oportunidad de desarrollo empresarial dentro del negocio del oro y de las joyas. Y decidió, de la mano de varios socios, crear una compañía de producción de joyas para atender tanto al mercado italiano como al extranjero. Doce años más tarde, con la empresa facturando 25 millones de euros y con una plantilla de 22 personas, decide, junto a su marido, Ricardo, emprender la aventura en solitario.
Para empezar y coger fuerza, adquirió la empresa 7AR, dedicada a la fabricación de joyas que distribuyen a nivel internacional. El siguiente paso fue la puesta en marcha de su propia marca y línea de joyas bajo el nombre de Rosato y con símbolo de distinción, los minibolsos joya que cuelgan de todas sus creaciones. Hoy la empresa da empleo a 145 personas y cuenta con una facturación de 80 millones de euros. Pero además ha dado entrada al grupo de moda Mariela Burani, que incluye, entre otras, marcas como Coccinelle, Vivienne Westwood, Warner Bros o Miss Sixty. De hecho, el principal objetivo de esta ejecutiva es convertir la marca Rosato en un complemento más de las creaciones de moda. De ahí la elección de este nuevo compañero de viaje.
El despacho en el que trabaja Simona Rosato es elegante y ha sido decorado con ayuda de un arquitecto. El blanco impecable de paredes y mobiliario lo rompen unas sillas negras, que combinan con otras transparentes, del diseñador Philippe Starck, y su florida chaqueta. Le gusta jugar con las joyas que lleva. Sus diseños son desmontables. El collar y el anillo que lleva se puede transformar en otro, en función de si se le añaden o se le quitan piezas. 'Me gusta tener cerca la materia con la que trabajo y tocarla y ver qué posibilidades tiene', afirma Rosato, que se involucra en todas las facetas de la empresa, aunque lo que a ella realmente le fascina es el área comercial y de marketing. De la producción en las dos fabricas que tiene la firma en Arezzo se ocupa su marido. 'Hemos llegado a esa solución porque trabajar con la familia es difícil, pero si cada uno se ocupa de una faceta todo es más sencillo'. El trabajo se queda en la oficina. 'No llevamos los problemas a casa. Es una manera de desconectar y de dedicarnos a nuestros dos hijos'.
Las oficinas, ubicadas en el centro histórico de Arezzo, están a pleno rendimiento. Han finalizado la nueva colección y ultiman los detalles para la apertura de sus dos primeras tiendas, los diseños de Rosato se venden ahora en joyerías, en Florencia y en Milán, donde la inauguración del establecimiento ha sido incluido en la Semana de la Moda. Las siguientes aperturas están previstas en España y en Moscú.
Simona Rosato se encuentra orgullosa de los logros conseguidos. Pero hay algo que la satisface de manera especial. Por un lado, conseguir que toda su producción se elabore en Italia. 'Es importante crear riqueza para tu propio país y devolverle algo de lo que te ha dado. Podría fabricar mucho más barato en cualquier otro país de Asia, pero no me compensa porque nuestras creaciones son artesanales, tienen un control de calidad'. Señala que lo más enriquecedor del diseño es precisamente la creación. 'Cuando se crea se arriesga. Es mucho más fácil imitar y copiar los diseños, pero no es nada estimulante'. Por otro lado, cuenta que la compañía dispone de la certificación SA 8000 de responsabilidad social. 'Me gusta cumplir y que las cosas se hagan bien, que los empleados trabajen en buenas condiciones, respetar el medio ambiente y seguir unos principios éticos'. Lo que también le gusta es controlarlo todo. Porque si algo persigue es la perfección.
A la conquista del mundo
Flores, oro, marcos dorados, papeles, joyas, fotos y libros. Entre todo esto, Simona Rosato destaca un objeto al que le tiene especial cariño y que le regaló un cliente: una bola del mundo de cristal. 'Y es ahora cuando estamos pensando en la proyección internacional de la firma y queremos abrir tiendas en otros países cuando este objeto cobra más importancia para mí, porque el cliente me lo dio para que siempre tuviera en cuenta que podía competir en el mundo'.A pesar de que las cosas le van bien, ella procura actuar con 'humildad y con los pies en la tierra'. La mesa de reuniones es de mármol blanco y sobre ella tiene un muestrario de pequeñas joyas en miniatura. También hay un gran espejo y una fotografía del matrimonio Rosato, decorados con marcos dorados. 'Es una tonalidad que me gusta ver cuando trabajo'. Y las flores. 'Necesito tener un ambiente de calma, pero eso sólo lo consigo los sábados por la mañana, que también dedico al trabajo porque siempre queda algo que resolver'.Frente a su mesa de trabajo tiene un circuito interno de televisión, desde el que controla, además de por seguridad, todos los rincones de la oficina. Y muy cerca las espectaculares fotos de las campañas de publicidad protagonizadas por la actriz Demi Moore y el bailarín Joaquín Cortes.