Empresas que premian errores para estimular la innovación
La formación de los directivos incide en la importancia de los cambios, pero en la práctica pocos asumen el riesgo
Si preguntásemos a los directivos presentes cuantas innovaciones han realizado en el último año, la respuesta sería sorprendentemente baja'. La propuesta es de Francesc Beltrán, vicepresidente de Henkel Ibérica, y el hecho de que la realice en la terraza del edificio IESE de Barcelona momentos antes de una foto en la que aparecen los principales directivos de las empresas patrono de la escuela de negocios le da todavía más relevancia. 'Los directivos salen de las escuelas con el compromiso intelectual de innovar, pero ¿qué pasa cuando llegan a un puesto de alta dirección?'. æpermil;l mismo tiene la respuesta: 'Que aparece el miedo a perder lo que tienen asumiendo el riesgo que implica innovar'.
En la práctica, los alumnos de los cursos MBA de las escuelas de negocios están preparados para hacer de la innovación uno de los ejes de su gestión. La escuela IESE, por ejemplo, ofrece desde hace cinco años un MBA 'muy innovador', en palabras de Jordi Canals, director del IESE, que incluye el concepto de movilidad de campus. 'Trasladamos a los profesores y a los alumnos a zonas muy interesantes del mundo, a Silicon Valley o a Shanghai', explica. Pero cuando esos directivos formados in situ en las zonas candentes llegan a las esferas más altas de las empresas tienen que encontrar una cultura empresarial adecuada para atreverse a hacer realidad todo el bagaje teórico acumulado. 'Cuando aciertas con una innovación, eso se traduce inmediatamente en la cuenta de resultados', explica Beltrán, 'pero tienes que estar en una empresa que te respalde'. El directivo de Henkel pone como ejemplo una nueva tendencia en las empresas norteamericanas que consiste en premiar los errores como si fueran aciertos, 'siempre que no sean fruto de negligencias y den pie a ideas innovadoras', matiza. De esta manera, un manager podría recibir una bonificación por cada uno de los errores anteriores a una innovación que ha funcionado. Las empresas que asumen este modelo no son empresas culpabilizadoras (que buscan y castigan al culpable de algún error), son empresas que premian a los que se atreven a arriesgarse.
Rosa Marsal, responsable de selección y formación de Basf, es otra de las asistentes a la XX Reunión Anual de Empresas Patrono, Cátedras y Centros de Investigación del IESE en Barcelona. La jornada debate la gestión de la innovación y las tendencias en la formación de empresarios y directivos. Marsal considera las empresas están empezando a entender que tienen que abrir la puerta a la innovación, proceda de donde proceda. Cuenta que su compañía tiene un sistema que recoge las nuevas ideas y las sugerencias que sirvan para mejorar procedimientos o encontrar la solución a algún problema. El sistema establece recompensas económicas de hasta 30.000 euros. Para Marsal los alumnos que salen de las escuelas de negocios están preparados para gestionar la innovación, pero tienen su asignatura pendiente en el manejo de los recursos humanos: 'Hay pocos que cumplan sus objetivos empresariales y a la vez sean capaces de crear un equipo humano que les acompañe en su carrera profesional'.