Alemania intenta salvar el reglamento que abarataría la llamada de móvil en la UE
Alemania, país que preside este semestre la UE, intentará hoy desatascar la polémica regulación de las tarifas del roaming internacional en la telefonía móvil. España lidera la oposición al proyecto.
Los representantes de los 27 países que negocian el Reglamento sobre itinerancia (roaming) esperan que la presidencia alemana presente hoy nuevas propuestas para superar los puntos más conflictivos del proyecto. Las discrepancias han surgido tanto sobre la tarifa máxima por la utilización del móvil en el extranjero como respecto a los clientes a los que se aplicarían los nuevos precios.
Fuentes diplomáticas esperan que Berlín intente resolver a partir de hoy ese segundo punto, proponiendo una vía intermedia entre la aplicación universal de la nueva tarifa que desea el Parlamento europeo y la voluntaria que defienden algunas delegaciones nacionales.
España, Reino Unido y Francia, que lideran la oposición al proyecto, se muestran favorables a aceptar una aplicación selectiva, de manera que los clientes que ya se benefician de ofertas especiales de roaming puedan continuar con ellas.
Mucho más complicada, sin embargo, resultará la negociación sobre las futuras tarifas. El Parlamento europeo exige que se limite a 45 céntimos como máximo el precio por minuto de la llamadas realizadas con un móvil desde el extranjero y a 20 céntimos por recibirla. Berlín, como presidencia de la Unión, plantea una oferta de 55 y 30 céntimos respectivamente.
Las dos partes, Consejo y Parlamento, intentarán el próximo día 15 acercar posiciones, después de que la semana pasada no lograran alcanzar un acuerdo. Esa reunión será la penúltima prueba de fuego para la iniciativa más emblemática de la Unión Europea en los últimos meses.
El estancamiento de las negociaciones la semana que viene no supondría el final del proyecto. Pero impediría a Bruselas cumplir su simbólico objetivo de que el Reglamento entre en vigor el próximo verano, a tiempo para que millones de turistas se beneficien de la rebaja. De momento, el Parlamento ya ha tenido que retrasar hasta finales mayo la votación sobre el proyecto prevista para la semana que viene.
Aún así, el departamento de la comisaria europea de Sociedad de la Información, Viviane Reding, impulsora del proyecto, se muestra confiado. Y apuesta por una solución de compromiso que sitúe la tarifa de llamada entre 40 y 52 céntimos.
Esa horquilla resulta especialmente incómoda para España. Fuentes de la negociación aseguran que las operadoras españolas se verán obligadas a ofrecer a pérdidas el servicio de itinerancia si la tarifa pactada se sitúa por debajo de los 52 céntimos. Y temen que las compañías compensen la pérdida de beneficios con un incremento en los precios de otros servicios, perjudicando a los millones de usuarios que nunca utilizan el móvil en extranjero.
La Asociación de operadores de móvil, que representa a 700 compañías, calcula que las tarifas del Parlamento no cubrirían el coste del servicio en un 25% de las llamadas realizadas en el extranjero y en un 20% de las recibidas. Bruselas asegura que el Reglamento no dañará a las operadoras. Tan sol recortará sus extraordinarias ganancias con el roaming.
147 millones de clientes afectados
La Comisión Europea se ha aferrado a la regulación del roaming como una oportunidad para ganarse el favor de la opinión pública, alejada, cuando no disgustada, con los oscuros designios comunitarios. Bruselas calcula que 147 millones de ciudadanos, un tercio de la población europea, soporta unas tarifas por la utilización del móvil en el extranjero que para los más benevolentes son poco transparentes y para los más exigentes un descarado abuso.Los enemigos del proyecto, sin embargo, lo tachan de 'demagógica'. Esas voces críticas recuerdan que la gran mayoría de los clientes afectados (110 millones) utilizan los servicios de roaming durante viajes de negocios y, por tanto, acogidos normalmente a tarifas mucho más baratas que las habituales.