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Jan Hein Bax

'Hay que ser blando por fuera, duro por dentro'

Dejó de ejercer como abogado porque creía que nunca iba a ser brillante en esta disciplina. Sabía que iba a ser más creativo en un puesto relacionado con marketing. Dice que lo importante es ser sincero con uno mismo para encontrar el camino laboral.

El día anterior a que se celebrara la entrevista había corrido la maratón de Madrid. Y lo mejor de todo, la había concluido. Jan Hein Bax, nacido en Hoorn (Holanda) hace 41 años, tiene mérito: llegó hace apenas ocho meses a España, país que no conocía, sin hablar ni una palabra de español, para ocuparse de la empresa de trabajo y de servicios de recursos humanos Randstad. Hoy habla y se entiende perfectamente en castellano. Tras ejercer como abogado en Londres, se incorporó a LeasePlan donde adquirió experiencia internacional. Su trayectoria profesional con responsabilidades a su cargo pasa por Austria, Suiza y Alemania. Ahora tiene a su cargo 165 oficinas y 1.060 empleados a su cargo.

¿Cuáles son sus principales objetivos al frente de la compañía?

Uno de mis principales objetivos es ser activos en la limpieza de este negocio. La imagen de las empresas de trabajo temporal era muy fea, digamos que había prácticas poco sanas. Y nuestro objetivo es contribuir a que las cosas se hagan bien, con los trabajadores y cumpliendo la ley. Se trata de utilizar las posibilidades que ofrece el mercado para hacer las cosas de la manera más limpia. Es necesario que tengamos la idea en mente de mejorar día a día. Por otro lado, otro objetivo es saber motivar a las personas, pero hay que saber hacerlo porque muchas veces cuando corres cien metros no es necesario ganar por 20 metros, puedes ganar por un paso. Por eso es necesario saber hacer las cosas bien.

Las empresas de trabajo temporal en los últimos tiempos han cambiado su denominación y lo han ampliado a algo más genérico como servicios laborales y de recursos humanos.

Si, comenzamos como trabajo temporal, pero dentro de nuestra actividad nos hemos dado cuenta de que los clientes tienen una serie de demandas diferentes relacionadas con el trabajo. Cuando tienen una relación de confianza con nosotros, y ven que hacemos formación para nuestros empleados, nos demandan este tipo de servicios. Por ejemplo, nosotros tenemos respuestas a cualquier duda, por ejemplo, sobre Seguridad Social. A través de nuestra Fundación trabajamos con personas con discapacidades y podemos ayudar a las empresas a tratar este tipo de temas. Estamos haciendo un gran esfuerzo por profesionalizar la industria y obtener la confianza de nuestros clientes.

¿Cómo se lleva la competitividad en vuestro sector?

Es fuerte, pero nuestra competitividad no es por precio, sino que ahora mismo está situada en la búsqueda de nuevos servicios. También tenemos una competencia negativa de las empresas del sector que no quieren aplicar las leyes. Está claro que ninguna empresa quiere perder, pero es necesario crecer en el mercado con nuevos servicios. Tener competidores es bueno a largo plazo, pero también frustrante a corto porque yo soy de las personas a las que no le gusta perder.

¿Qué profesionales demanda el mercado?

Las empresas demandan a personas con algún extra, con algo especial, ya sea en conocimiento o en actitudes. El trabajo de base en España, por el tema de la deslocalización, va a desaparecer en unos años. Nuestro reto es saber cómo y dónde hay que buscar los perfiles que demandan nuestros clientes. No creo que existan perfiles de profesionales perfectos, creo que existen candidatos correctos, con áreas de mejora.

¿Usted como directivo no se considera perfecto?

No, nadie es perfecto al cien por cien. Puedes ser una persona ideal pero dentro de un equipo, creo que hay que ser aceptable y exigente. Yo me considero una persona blanda por fuera, esto significa ser una persona afable en el trato y en las relaciones con los demás, pero luego soy duro por dentro. Esto quiere decir que en temas como los valores, la forma de trabajar y los resultados soy muy exigente. A mí me gusta ayudar a las personas a hacer las cosas bien. Llevo poco tiempo en el cargo, pero ya hemos conseguido cosas.

Trayectoria: 'Acepto un puesto en función de mi familia'

Ha trabajado en Gran Bretaña, en Holanda, en Alemania, ahora en España, los cambios forman parte de su currículo?Y no me asustan, forman parte de la vida. Yo he trabajado en diferentes países, tengo experiencia internacional, y creo que eso es algo que Randstad valoró a la hora de ofrecerme este puesto. Creo que además otro de mis puntos fuertes es que tengo capacidad para estructurar compañías, pero además no tengo miedo a trabajar con personas y formar equipos. Además yo tuve que tener mucha confianza en la compañía, sin conocerla demasiado.

¿Por qué razón tuvo que confiar plenamente en ellos?Porque yo hice varias entrevistas de trabajo para el puesto de director general, pero en ningún momento me dijeron cual iba a ser mi destino. Me dijeron que confiara en ellos, y lo hice. Les di el sí en diciembre de 2005 y los tres meses siguientes los pasé formándome en Holanda, Alemania e Italia, dentro de un plan de acogida en distintas compañías del grupo. Fue durante la última semana de este plan de formación cuando conocí mi verdadero destino. Y supuso un gran cambio, por el idioma, yo no hablaba ni una palabra de español, no había estado anteriormente en España y no conocía su cultura. Ahora me encanta, pero suponía un gran reto porque tenía que acarrear con toda la familia, mi mujer y mis cuatro hijos.

Es difícil para un ejecutivo, convencer a la familia para que le sigan a su destino?En mi caso, no, pero para mí lo más importante es mi familia. El trabajo es muy importante, pero vivo para mi familia. Lo principal es que ellos estén a gusto. Yo acepto un cargo en función de mi familia.

Y a usted le ha costado adaptarse a la forma de trabajar de los españoles?No, pero me ha sorprendido la enorme creatividad que hay en las empresas, en combinación con otro elemento como es la organización. En Alemania hay mucha organización, pero cuando quieres cambiar algo es imposible. En España, la gente no es reacia a los cambios.

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