Otra opción emergente
Los fondos de deuda de países en desarrollo son una buena alternativa a la Bolsa regional.
Los flujos de patrimonio a nivel Paneuropeo que Lipper contabiliza y analiza cada mes han puesto de manifiesto que en los últimos años, las suscripciones realizadas por los inversores europeos y españoles en fondos de renta variable emergente han llegado a ser muy destacados. En algunas ocasiones, extraordinarias revalorizaciones en los principales índices bursátiles emergentes, han sido seguidas por fuertes entradas netas de dinero en fondos pertenecientes a categorías como Renta Variable Emergente Global. Estas competían en importancia con las registradas en las principales categorías de fondos del mercado europeo.
Por ejemplo, en los dos primeros meses del año 2006, Lipper estimó unas suscripciones netas de 3.029 y 2.780 millones de euros respectivamente en fondos de bolsa emergente global. La segunda mitad del año 2005 presenció datos similares, sin embargo, desde la corrección del pasado mayo-julio, ya no se han vuelto a ver cifras similares. La corrección en este tipo de activo es siempre bastante más violenta que en los mercados bursátiles desarrollados y eso ha detraído parte del inusitado interés que despertó en un buen número de inversores.
Interesa destacar en este punto que el comportamiento de la inmensa mayoría de las economías emergentes no sufrió entonces ningún cambio significativo a peor y sólo temores a una ralentización en Estados Unidos fueron suficientes para desencadenar importantes ventas en estos mercados. Ello no era más que recordatorio de que este tipo de inversión lleva aparejada una elevada volatilidad, como queda de manifiesto en el hecho de que la volatilidad media anualizada de los fondos pertenecientes a esta categoría en los últimos años, supera claramente el 15%. Este es un valor significativo teniendo en cuenta que hemos vivido un periodo de volatilidades inusitadamente bajas, que ha llevado a que por ejemplo, la de la renta variable europea se sitúe confortablemente por debajo del 10%.
En cualquier caso, la fortaleza de la mayoría de economías emergentes sigue intacta, a pesar de la clara desaceleración en EE UU. La mejor prueba de ello es el reciente contraste en datos macro del que hemos sido testigos entre EE UU y China. Mientras que la economía china se disparó hasta un 11,1% de crecimiento en el primer trimestre, EE UU apenas consiguió crecer un 1,3% en términos anualizados en el mismo periodo.
Más que los datos recientes o las previsiones para 2007, lo que verdaderamente importa es que las bases sobre las que se sustentaba la economía internacional realmente están cambiando. El crecimiento en las principales economías emergentes de Asia, Europa y Latinoamérica viene siendo claramente superior al de los países desarrollados, no sólo en los últimos años sino en las dos últimas décadas. Más importante incluso es que los intercambios internacionales han experimentado un verdadero vuelco. Así, China se convirtió en el principal destino para las exportaciones de los países asiáticos hace dos años, superando a los EE UU. Esto era algo impensable tan solo en el año 2000, donde la participación estadounidense era cinco veces superior a la china.
Los datos en ese mismo sentido son numerosos pero a pesar de ello es prácticamente seguro que problemas en la primera economía mundial y en sus mercados bursátiles dejarán una importante resaca en las bolsas emergentes. Las posibilidades de que las economías emergentes continúen con su tendencia de crecimiento superior en el medio y largo son elevadas pero no todos los inversores son capaces de llevar con suficiente comodidad los fuertes vaivenes asociados a este tipo de activo.
La renta fija emergente se presenta como una buena alternativa para tener exposición a estos mercados con buenas perspectivas y al mismo tiempo disfrutar de una superior protección de capital. La volatilidad anualizada de los fondos que invierten en este tipo de activo se sitúa en el entorno del 6-7%. Las pérdidas están garantizadas durante las correcciones de los mercados pero serán claramente más contenidas que en el caso de los fondos de bolsa.
Además existen una serie de argumentos a favor de la deuda emergente con respecto a las acciones, que el gestor de Forsyth Partners, Colm McDonagh, apuntaba en una reciente visita a España y que resumimos junto al gráfico central. Finalmente, un punto a tener en cuenta es que, dada la gran variedad de instrumentos disponibles actualmente y la baja correlación y alta diversificación de los mismos, la elección de un buen fondo será determinante.
Razones a favor de los bonos
¦bull; Los inversores domésticos se han convertido en grandes compradores de deuda de sus propios países lo que ha contribuido a reducir el riesgo sistemático.
¦bull; Desarrollo de numerosos instrumentos que lleva a reducir el peso de la deuda gubernamental en monedas fuertes y aumentar el de la deuda en moneda local, bonos corporativos, derivados de crédito, etc.
¦bull; Numerosas reformas económicas, fiscales y de emisión de deuda parecen tener un carácter estructural más que cíclico.