_
_
_
_
_
CincoSentidos

Una segunda primavera para los vinos de Madrid

Los 41 bodegueros de la región suman en total unas 8.000 hectáreas de viñedos

Quizás hayan llegado algo tarde a la revolución del vino español, pero los vinos de Madrid han experimentado un notable cambio desde que en 1990 consiguieran la DO. Esta región no es una advenediza en materia vinícola: ya se elaboraba vino en el XIII, aunque fue el Siglo de Oro la época dorada del vino capitalino, que se vendía a muchas zonas españolas y se consumía a discreción en tabernas del Foro.

En el XX la plaga de la filoxera, la Guerra Civil y el desarrollismo -con la instalación de polígonos industriales y ciudades-dormitorio- acabó con los viñedos de Pinto, Móstoles, Alcobendas o Barajas, entre otros muchos. Mermó considerablemente el cultivo y la producción, que se dedicaba exclusivamente a la elaboración de graneles. Si en los 70 había 30.000 hectáreas de viñas, las mismas que en aquel momento poseía La Rioja, hoy Madrid cuenta con unas 8.000. Son 41 las bodegas elaboradoras, repartidas en tres subzonas, todas al sur de la comunidad.

Arganda, al sureste, concentra el 50% de las cepas (blanca malvar y tinta tempranillo). Es la más grande de todas y la de mayor producción. Navalcarnero, en la parte central, se abastece sobre todo de la tinta garnacha, y concentra las bodegas más modernas. Por último, la histórica San Martín de Valdeiglesias, en el suroeste, la más pequeña de todas pero la segunda en volumen. En ella predominan la garnacha y la blanca albillo, y está mayoritariamente en manos de cooperativas, lo que ha implicado un cierto retraso en la modernización de la zona.

Los actuales vinos de Madrid, aunque han mejorado sustancialmente, tienen la rémora de que son muy poco conocidos, dentro y fuera de la región. Es más, no resulta sencillo encontrarlos en buena parte de los restaurantes de la capital, a pesar de que en poco más de 10 años se han modernizado mucho las elaboraciones, aumentando significativamente la calidad. Bodegas tradicionales como Ricardo Benito o Vinos Jeromín, han lanzado nueva marcas y estilos, acordes a los gustos actuales.

A ello se suman la llegada de elaboradores con afanes de renovación, nuevas bodegas, nuevos planteamientos y ganas de hacer las cosas bien: Gonsálbez Orti, Tagonius, o El Regajal, junto a las ya mencionadas, han apostado además por variedades foráneas con buenos resultados. Una de las últimas en llegar ha sido la de Marqués de Griñón y en el futuro se anuncian inversiones en la región que sin duda darán que hablar. Un aliciente indudable para esta joven DO que aún no ha desarrollado todo su potencial.

El Regajal, selección 2004. Viñas de El Regajal. Aranjuez (Arganda). Cabernet sauvignon, tempranillo, syrah, merlot y petit verdot (no revelan porcentajes). 14 meses en barrica. Precio: 15 euros. Atractivos aromas de fruta en sazón, lácteos, minerales y especiados de madera. Boca elegante, cálida, con estructura. Taninos finos. Sabroso.

Tagonius syrah 2005. Bodega Tagonius. Tielmes (Arganda). 100% syrah. 6 meses de barrica. Precio :14 euros. Este vino de la región presenta las siguientes características para el sumiller: nariz de fruta madura, casi compotada, y notas de buena madera. Amable y goloso en boca, de cuerpo medio, es equilibrado, frutal y ligeramente cálido.

Vino El Rincón año 2003. Pagos de Familia Marqués de Griñón. Aldea del Fresno (Navalcarnero). Syrah y garnachas (no revelan porcentajes). 10 meses de barrica. Precio: 20 euros. Grata nariz de fruta madura, cacao, ahumados y toffe. Expresivo en boca, es goloso, equilibrado, de taninos pulidos, maduro. Final muy largo.

Qubél Paciencia año 2003. Bod. y Viñedos Gonsalbez Orti. Pozuelo del Rey (Arganda). 70% tempranillo, 10% cabernet sauvignon, 10% syrah, 10% garnacha. 16 meses en barrica. Vino ecológico. Precio: 45 euros. Nariz intensa, frutal, con tonos de cuero, tabaco, especias. Boca con mucha estructura, cálida y licorosa, con taninos aún por limar en botella. Persistente.

Manu, vino de autor 2001. Vinos Jeromín. Villarejo de Salvanés (Arganda). Tempranillo, cabernet sauvignon, syrah, merlot y garnacha (no revelan porcentajes). 14 meses en barrica. Precio: 25 euros. Nariz intensa y compleja, con notas minerales, balsámicas y de crianza. Boca potente, redonda y equilibrada. Con un final largo y licoroso.

Divo, gran vino de guarda 2002. Bodega de Ricardo Benito. Localidad Navalcarnero. 100% tempranillo. 18 meses en barrica. Precio de la botella: 142 euros. Las características de este caldo son: nariz madura, cremosa y con tostados de excelente barrica. Boca amplia, sabrosa, muy fina y sedosa, con muy buena estructura y llena de frutosidad.

Newsletters

Inscríbete para recibir la información económica exclusiva y las noticias financieras más relevantes para ti
¡Apúntate!

Archivado En

_
_