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Secretos de despacho
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Arte exquisito en FMR

El despacho del consejero delegado de FMR en España, Davide Bolognesi, está ubicado en un lugar privilegiado, en pleno barrio madrileño de Chamberí, en la conocida milla del arte. A su alrededor hay galerías de arte, algo que le da mucho más empaque a la oficina de representación en España de esta editorial internacional de arte de origen italiano (Franco María Ricci), considerada como una de las más prestigiosas del mundo. Se dedica a la edición de libros de arte en versiones de lujo y de obras de arte, además de la exclusiva revista FMR, denominada por los expertos como la más bella del mundo y que este año cumple 25 años, que se distribuye en 116 países y tiene una tirada de más de 200.000 ejemplares. Conviene aclarar, antes de presentar a su principal directivo en España, que FMR cotiza en la Bolsa de Milán, opera en Italia, Francia y España y espera dar el salto a Estados Unidos a finales de año.

Davide Bolognesi, nacido hace 47 años en Vicenza (Italia), ha elegido para decorar el espacio en el que trabaja obras de arte italianas así como algunas de las obras editadas por la compañía durante los últimos años. Le gusta estar arropado por el producto que ha de vender. Esta es su segunda experiencia en España. Hace siete años, FMR decidió dar el saltó internacional y trasladó a Madrid a Bolognesi, que se instaló, en esta primera aventura, en plena plaza del Callao. 'Tenía la ventana frente a los luminosos de esta plaza y me encantaba por su bullicio'. Transcurrido un año, decidió regresar a Italia y confiar la dirección de la compañía a un ejecutivo local. 'Pero no fue buena idea, porque esta empresa tiene un alma y una historia que es muy difícil de transmitir y de entender', afirma. Así que, en septiembre de 2006, hizo de nuevo las maletas y regresó. Se encontró algunas novedades, entre ellas que las instalaciones de FMR habían cambiado de ubicación.

'Ahora todo es diferente, no hay ruido, todo es tranquilidad. Trabajo con la ventana abierta, y estamos en una de las zonas más tranquilas de Madrid, rodeados de embajadas y edificios de institucionales'. Reconoce que tanto la ubicación como las oficinas son importantes, y por ello todos los detalles estéticos están cuidados. 'Vivimos de la imagen y tenemos que prestarle mucha atención, sobre todo ahora que en España tenemos unas relaciones culturales e institucionales que empiezan a parecerse a las que poseemos en Italia'.

Fruto de esas relaciones, en concreto con Patrimonio Nacional, han editado recientemente un volumen que recoge toda la joya arquitectónica, histórica y artística del Real Monasterio de El Escorial. En FMR, asegura Bolognesi, nada queda sujeto a la improvisación, en busca de esa calidad y exclusividad, sello de la casa madre italiana. 'La calidad del papel, por ejemplo, tiene que ser la mejor, y eso es lo que van buscando los artistas. Por ello, tenemos que esforzamos para mantener siempre ese nivel'.

De transmitir esa filosofía de empresa, que él denomina 'alma', se ha ocupado en los últimos meses. Algo que no le debe resultar especialmente difícil porque, según cuenta, si hay algo que detesta es la soledad del despacho. 'Lo que me encanta es trabajar con el equipo de colaboradores. Soy una persona que tomo todas las decisiones consensuadas'. Porque asegura que con lo que más disfruta es creando equipos de trabajo. 'Me gusta que todo el mundo trabaje tomando decisiones por sí mismos. Presto mucha atención a la formación de las personas que trabajan aquí'. Entre otras razones, asegura, porque lo que persigue FMR no es conseguir clientes, sino socios. 'Cuando vendemos un libro, lo hacemos por un proyecto cultural, porque compartimos con nuestros compradores la pasión por el arte'.

A Bolognesi la curiosidad por esta disciplina le llegó por casualidad. Comenzó como comercial de enciclopedias en una editorial y, desde entonces, no se ha desligado de este sector, en el que cumple ya más de dos décadas.

La fuerza del viento para soñar

En su mesa de trabajo tiene una escultura de bronce que le ha acompañado a lo largo de su trayectoria profesional, titulada La fuerza de soñar, obra de Mario Ceroli. 'Refleja algo que me encanta, el viento, las ideas. Siempre he sido muy soñador y me ha gustado emprender nuevos proyectos'.A Davide Bolognesi le gustan los retos difíciles, que no imposibles, porque cree que con dedicación todo se consigue. Ahora, en esta nueva etapa en Madrid, dedica al trabajo muchas horas, ya que su familia reside, de momento, en Italia, aunque su idea es que todos le acompañen en esta nueva aventura profesional. 'Ahora sé que estoy sacrificando mi vida personal en favor de la profesional, pero creo que merece la pena', asegura.Bolognesi se siente cómodo en su lugar de trabajo, sobre todo porque se encuentra acompañado de elementos que no le son ajenos. Por ejemplo, la obra que para la editorial ha preparado Antonio de Felipe en homenaje a Don Quijote, o un cuadro del pintor Matías Quetglas en homenaje a 'algo tan importante' como la familia.

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