'España pone trabas a los profesionales japoneses'
Considera a España su tercera patria chica, después de Fukuoka, donde nació, y Kobe, donde se crió. Hace 25 años vino a estudiar a Salamanca, y desde hace uno trabaja por fortalecer las relaciones entre ambos países
Está preocupado. Hace un año que regresó a España como ministro de la Embajada de Japón, pero a Akira Yamada, de 49 años, le gustaría que fueran muchos más los japoneses que pudieran venir a trabajar como él. Se queja de la elevada burocracia que existe en España para que sus compatriotas puedan hacer negocios aquí. Le gusta España, su gente y su cultura. Su anterior destino fue Bagdad (Irak), un país con el que sigue colaborando en temas de educación. Sabe bien lo que duelen los conflictos, 'en Japón perdimos mucho con la Segunda Guerra Mundial'.
¿En qué punto se encuentran las relaciones entre España y Japón?
Las relaciones entre los dos países son bastante buenas, pero no han alcanzado el nivel que nos merecemos. España es la octava potencia mundial y Japón, la número dos, y deberíamos tener una relación económica y comercial mucho más fluida. No sé muy bien a que se debe este hecho, pero España es una gran desconocida en Japón, al margen de los tópicos típicos, como los toros, el flamenco, la siesta y el Real Madrid. En mi país no se sabe que España, a la que se identifica como destino turístico, es una potencia mundial, ni se la identifica como un lugar donde poder hacer negocios. Y viceversa, la imagen que se tiene de Japón en España es más bien escasa. Desde la embajada creo que es necesario fortalecer las relaciones.
¿Cuál sería el primer paso para fortalecer los lazos empresariales?
Sirva este dato como ejemplo, en Japón hay 80.000 japoneses que bailan flamenco. Y creo que en mi país interesa mucho la cultura española. Pero yo pregunto a los españoles sobre qué les gustaría vender en Japón y las respuestas que recibo son tópicos relacionados con el sol y la playa. En 2006, más de 260.000 turistas japoneses visitaron Toledo, Andalucía, Gaudí en Barcelona, el Museo del Prado, compraron en Loewe y en Lladró. Sería importante que España estableciera su propia marca como país para que no pensemos que productos españoles son, por ejemplo, italianos. La relación calidad precio del vino español es muy buena si se compara con la de otros países, y todas las denominaciones de origen deberían estar aglutinadas bajo la marca de España. La imagen de España es buena, pero antigua.
¿Por qué cree esto?
Porque es el país que más ha cambiado entre los países occidentales, pero sólo se conocen los estereotipos. Es necesario ir cambiándolo poco a poco, y nosotros podemos incrementar las inversiones en él.
España está viviendo, al igual que otros países, el problema de la deslocalización, ¿cómo puede seguir atrayendo inversión?
A pesar de que los salarios se han igualado con los de otros países, España puede ser un destino en cuanto a producción, pero lo que no se sabe es que es un destino atractivo sobre todo por su relación con América Latina. Además, a nosotros nos gustaría que hubiera trabajando en España más japoneses.
¿Y cuál es el problema?
Las trabas burocráticas que existen en España para conseguir los visados de entrada son tremendas. Se tarda una año para conseguir la agrupación familiar. Japón está muy lejos y no se pueden hacer viajes constantemente como a otro país de Europa. Por ello es necesario que se agilicen todos los trámites burocráticos. Se trata de un problema humanitario. Además, los profesionales japoneses que vienen a trabajar aquí están perfectamente preparados.
Hay estudios que indican que harán falta cerca de un millón de profesionales extranjeros cualificados para atender la oferta de empleo.
Pues sería una solución que vinieran más japoneses. Después del atentado del 11-M, la autoridades españolas decidieron hacer un control más serio de las entradas de otros ciudadanos, de manera que el máximo flujo de inmigrantes ilegales hace que los organismos estatales tengan más trabajo y se demoren otras peticiones. Si España recibe inversiones de tecnología avanzada, necesitará profesionales cualificados, pero para ello tendrá que agilizar los trámites para conseguir un visado. Lo importante es que haya intención y un sistema eficaz.
¿Por qué necesita la economía española a los profesionales japoneses?
Entre otras razones, porque están bien cualificados, saben crear riqueza, no crean problemas. Y tenemos mucha disciplina de trabajo. España no debería poner tantas trabas a los profesionales ni a los empresarios japoneses.
Se habla mucho de la necesidad de hacer negocios con India o China, pero muy pocos hablan de Japón. ¿Cuál es el atractivo de Japón para el empresariado español.
No niego la importancia de estos países, pero son mucho más pequeños económicamente que todo Japón. El principal atractivo de mi país es que tiene una seguridad jurídica, económica, política. Somos un país mucho más avanzado. En Japón, los empresarios españoles tienen éxito, que se lo digan al dueño de Zara, que tiene allí las tiendas más rentables. Hacer negocios en Japón siempre es a largo plazo. Las relaciones que se establecen son siempre a consolidadas, no se trata de hacer un negocio y adiós. Lo primero que se debe establecer es confianza en la relación. El único inconveniente que puede haber es el idioma, pero la cultura japonesa no es difícil de aprender.
'Lo importante es el espíritu conciliador'
En España hay registradas unas 270 empresas gestionadas por japoneses (aquí se incluyen los restaurantes), el 60% de ellas en Cataluña. La colonia nipona en España es de unas 7.000 personas (directivos, estudiantes y cónyuges), de las cuales 500 son directivos.Akira Yamada hace hincapié en las diferencias que existen entre España y Japón en cuanto a la gestión de los visados de trabajo y permisos de residencia. 'Mientras que un japonés tarda más de un año en realizar todos los trámites para poder venir con sus familias, los profesionales españoles tardan entre uno o dos meses para entrar en Japón'. Con estos plazos, señala, 'España pierde el talento que pueden proporcionar los japoneses'.Yamada lleva toda su vida dedicado a la diplomacia. Ha trabajado en Argentina, Estados Unidos e Irak. Cree que para dedicarse a esta profesión hay que tener curiosidad intelectual y ser capaz, a pesar de las adversidades, de encontrar siempre algún factor positivo. Es lo que le ocurrió en Bagdad, conviviendo con los desastres de la guerra. 'Encontré cosas positivas en ese lugar, como por ejemplo ese sentimiento de esperanza que tienen, a pesar de la difícil situación que vive este país'.Cree que 'conocer es amar y encontrar algo bueno siempre es tener espíritu conciliador'. Y sobre todo que hay que respetar las diferentes culturas. 'Lo importante es no perder los valores, porque el dinero no lo es todo en la vida'.