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Astilleros

Navantia desvela las características de los buques anfibios para Australia

Navantia y su socio australiano Tenix han desvelado las características técnicas definitivas de los dos buques anfibios que ofertan a la Armada australiana para hacerse con un contrato de más de 1.200 millones.

El grupo público de construcción naval Navantia y su socio Tenix, principal contratista militar australiano, están jugando sus bazas finales para hacerse con el programa puesto en marcha por la Armada de Australia para adquirir dos buques anfibios. Un jugoso contrato valorado en 2.000 millones de dólares australianos (1.227 millones de euros) que, en principio, será adjudicado el próximo mes de julio.

Esta misma semana, las dos compañías han hecho públicas las características técnicas de su propuesta, basada en una adaptación del Buque de Proyección Estratégica (BPE) que Navantia está construyendo en sus astilleros de la ría de Ferrol.

Así, los buques de la oferta hispano-australiana tienen 230,8 metros de eslora, 32 de manga, 7,18 metros de calado y son capaces de navegar a 20,5 nudos de velocidad máxima. Su alcance estándar es de 6.100 millas náuticas, con una autonomía de 50 días. Con una dotación de 243 marinos, las naves pueden transportar 978 hombres embarcados, un grupo naval de playa de 36 personas y una unidad aérea con 146 efectivos.

La capacidad máxima de desplazamiento de estos barcos es de 27.831 toneladas, lo que le sitúa con ventaja frente a las cerca de 22.000 toneladas de la propuesta que presentan sus rivales, el consorcio francés Armaris (una alianza de DCN y Thales) que, junto al grupo de defensa australiano ADI, defiende una versión del Mistral de la Armada francesa.

En todo caso, la decisión final del Ministerio de Defensa australiano no sólo tendrá en cuenta las características técnicas de las ofertas sino que valorará, también, la adecuación de los modelos a las necesidades de la Armada del país, el coste de cada propuesta y la capacidad de los proyectos para generar empleo en la industria naval australiana.

En el primer caso, Navantia y Tenix destacan una quincena de puntos fuertes de su modelo, como el que permita el embarque de helicópteros de medio y gran tamaño, el uso de aeronaves de despegue vertical (como los futuros F-35 australianos) y de aviones no tripulados, dispone de extensas instalaciones médicas (quirófanos, áreas de cuidados intensivos, laboratorio, farmacia o rayos X), reduce el número de ocupantes por camarote y permite la instalación del sistema de combate que elija, finalmente, la Armada australiana.

Además, el tándem hispano-australiano ya tiene identificadas las posibles áreas en las que podría colaborar la industria naval de las antípodas, sobre todo en los referente a suministros y tareas de mantenimiento a largo plazo, y ha analizado las potencialidades concretas de cada uno de los estados del país y de Nueva Zelanda en este sentido, algo que tienen muy en cuenta las autoridades australianas.

El reparto de tareas, no obstante, está pendiente de definir, aunque en principio el corte de chapa y la construcción de los módulos principales previsiblemente se harán en España.

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