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Menaje

Esmaltaciones San Ignacio solicita concurso voluntario de acreedores

La presión de los productos de China, con precios más bajos, ha llevado a Esmaltaciones San Ignacio a buscar la protección de los juzgados de Vitoria para hacer frente a sus acreedores y ha solicitado concurso voluntario.

Las importantes inversiones realizadas por Esmaltaciones San Ignacio, compañía alavesa fabricante de menaje de cocina, con el objetivo de hacer frente a la creciente competencia de los productos procedentes de China, no le ha evitado generar 'tensiones de tesorería' que le han motivado solicitar la declaración de concurso voluntario ante un juzgado de Vitoria. La compañía, cabecera de un grupo que engloba unas ocho compañías y varias plantas industriales, hizo público ayer un escueto comunicado en el que justificaba la solicitud de protección ante los acreedores por la 'excesiva fortaleza del euro frente al dólar y demás divisas' y el fuerte incremento de las importaciones 'de los países emergentes, especialmente de China, de productos de baja calidad con precios aún más bajos'.

La estrategia de Esmaltaciones San Ignacio pasa ahora por una reordenación de su actividad. Esta política, según aseguran fuentes sindicales supondrá el cierre de varias plantas, dedicadas a la producción de sartenes y cacerolas, ubicadas en Guernica (Vizcaya) y Agoncillo (Logroño) para concentrar el grueso de su actividad en la fábrica de Vitoria.

En Vitoria invirtió hace más de dos años cerca de 23 millones de euros con el objetivo de aumentar considerablemente la producción con menores costes e intentar hacer frente así a la creciente competencia asiática. Su alcalde, Alfonso Alonso, aseguró ayer que los gestores le habían asegurado que a futuro la referencia de Esmaltaciones San Ignacio será la planta alavesa.

A través de diferentes filiales sus negocios abarcan también la fabricación de cisternas de gas para su transporte en contenedores, la reparación de bombonas de butano, una actividad que realiza en exclusiva para el grupo Repsol, la producción de materiales de baquelita que luego se montan en sus productos y la elaboración de calzado de goma y plástico. Sus fábricas se reparten por cuatro comunidades autónomas.

La imagen de Arguiñano

El núcleo principal de su negocio, no obstante, es la fabricación de sartenes y cacerolas. Esmaltaciones San Ignacio tenía previsto este año convertir a Karlos Arguiñano en el eje central de su plan de comunicación con el objetivo de incrementar sus ventas. De hecho, sus cacerolas y sartenes son utilizadas por el televisivo cocinero vasco para elaborar sus sugerentes recetas.

Otros restauradores con proyección mediática también se sirven de sus productos para dar lustre a sus platos. Fuentes cercanas a los ámbitos judiciales afirman que Bainet, sociedad participada por Arguiñano y que se encarga de sus asuntos mercantiles, podría encontrarse entre las empresas acreedoras de Esmaltaciones San Ignacio.

Las claves para salir de la crisis de la compañía alavesa se conocerán, en principio, el próximo martes. La dirección de la compañía tiene previsto dar a conocer a los sindicatos el plan de viabilidad y la reorganización industrial. Para entonces ya deberá conocerse su pasivo y su activo y la lista de acreedores. Posteriormente se abrirá el periodo para preparar y negociar un convenio.

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