Los aeropuertos suspenden en conexiones urbanas
Una vez se llega al aeropuerto, todo va razonablemente bien; el problema es llegar. Un estudio de la revista Consumer Eroski en los 23 principales aeródromos españoles revela que las comunicaciones de las terminales son insuficientes, y caras en comparación con el 'abaratamiento' y 'popularización' de los vuelos.
'La conexión por carretera y el transporte público con las capitales más cercanas son muy mejorables, cuando no realmente deficientes', dice el informe. Por ejemplo, apunta que 'en más de la mitad de los aeropuertos el horario de los autobuses impide coger el primer y el último avión'. El autobús es el único transporte público que llega a los aeropuertos, con la excepción de Madrid-Barajas, Barcelona- El Prat y Málaga, que cuentan con metro o tren. Además, el precio medio de un taxi desde el centro de la ciudad de referencia es de 22,5 euros.
Otros aspectos negativos son 'la ausencia de una oferta de ocio gratuita, zonas de juego infantil, salas de televisión, ordenadores o lectura'. Sólo uno de cada seis tiene un servicio de consigna, y casi la mitad carece de un mapa de las instalaciones.
Con todo, ningún aeropuerto baja de la calificación de 'bien', aunque destaca la Terminal 4 de Barajas con un 'muy bien-excelente'. El informe destaca que ninguno plantea barreras para el movimiento de las personas en sillas de ruedas, y que tampoco se observa gente fumando en zonas donde no está permitido, pese a que sólo uno de cada ocho cuenta con áreas para fumar. La limpieza y las medidas de seguridad son 'muy buenas', aunque 'la vigilancia en el exterior de las instalaciones es poca'. El estudio también reclama 'mejores indicaciones para situaciones de emergencia'.