Los médicos cuestionan la vía de entrada a la profesión
El debate recorre desde hace meses los hospitales españoles, pero ha sido la Organización Médico Colegial (OMC) la encargada de dar la voz de alarma. El órgano rector de la profesión médica ha pedido pública y urgentemente a Elena Salgado que legisle para que sólo los licenciados en Medicina que superen el examen MIR con una nota mínima cualificada accedan a la formación posgrado de los hospitales. Los representantes colegiales consideran esta medida inevitable si se quiere preservar la profesionalidad del colectivo. 'La medicina es un oficio que requiere un grado de excelencia que no está al alcance de cualquier ciudadano y si no se cuida la acreditación el Sistema Nacional de Salud corre peligro', advierte el doctor Francisco Toquero, vicesecretario general de la OMC.
La petición coincide en el tiempo con la negociación de un Real Decreto que pondrá las bases de un nuevo modelo formativo. 'El sistema MIR fue un invento tan colosal que por un momento creímos que sus logros y bondades serían eternos. Nada más lejos de la realidad. Es hora de revisarlo, aunque no sé si la reforma será tan ambiciosa como necesitamos', opina el doctor Javier Cobo, tutor de residentes del hospital Ramón y Cajal.
¿Qué está pasando en la sanidad española para que los propios facultativos cuestionen el sistema de acceso al mercado laboral? Lo explica la doctora María José Cerqueira, responsable de docencia de Vall d'Hebrón. 'Hace 20 años el examen MIR era un examen selectivo. Hoy no lo es. El ministerio oferta cada año el mismo número de plazas -más de 6.000 en las tres últimas convocatorias- que licenciados salen de las facultades y todos aquellos que se presenta al test lo aprueban, asunto diferente es que no puedan escoger la especialidad deseada y vuelvan a intentarlo en sucesivas convocatorias', explica. 'Y es cierto, no todos los estudiantes que llegan a los hospitales se incorporan con el bagaje necesario. No suspendemos a nadie, pero si fuéramos rigurosos tal vez deberíamos hacerlo. Si no se adoptan medidas, en los próximos años vamos a encontrarnos ante un colectivo muy desigual', opina esta ginecóloga.
'No tiene sentido que la nota final sea apto o no apto. No todos los residentes tienen las mismas aptitudes y habilidades cuando salen del hospital', dicen los docentes
No todos los facultativos son tan pesimistas como Cerqueira. A juicio de Miguel de Górgolas, tutor de Medicina Interna de la Fundación Jiménez Díaz, más que falta de formación lo que se detecta es una preparación muy dispar entre los recién licenciados. 'Estamos notando diferencias importantes entre quienes vienen de facultades tan prestigiosas como la Autónoma de Madrid, la Universidad de Navarra, la Autónoma de Barcelona o la Facultad de Oviedo y quienes han estudiado en otras escuelas. Pero al cabo de un año esas diferencias desaparecen. Y en cualquier caso no son tan graves como para cuestionar el futuro ejercicio de la medicina. A nosotros no nos importa que no vengan los mejores, lo que nos interesa es que los que salgan sí lo sean', dice este internista, consciente del parón docente que sufrió el centro tras su crisis financiera. De Górgolas opina que Sanidad debería modificar el sistema de evaluación de los residentes. Y con él los demás médicos docentes. 'En pleno siglo XXI no tiene sentido que las dos únicas notas de acreditación sean apto y no apto. Obviamente no todos los facultativos adquieren las mismas habilidades al terminar el MIR. Debería instituirse algún tipo de reválida', afirman al unísono los consultados.
Esta reflexión también la comparten los estudiantes. Una encuesta realizada recientemente en Ramón y Cajal lo corrobora. Los mires exigen que se evalúe su trabajo y que esa nota tenga trascendencia curricular. 'En EE UU no hay examen. El médico se incorpora al hospital elegido después de pasar una entrevista, y cada año es evaluado. Es una prueba muy dura y prestigiosa, pero al final del periodo educativo la plaza está asegurada ¿Podemos ofrecer las mismas garantías? Si apostamos por un sistema similar tal vez nos quedemos sin médicos', advierte el doctor Javier Aristu, radiólogo de la Clínica Universitaria de Navarra. 'En España nunca se ha contratado un médico por sus notas. La suerte, la plaza libre, influye. Como también influye los conocidos que tengas', reconoce Cerqueiro. 'En cualquier caso no siempre el licenciado con las mejores notas es el mejor médico', apostilla Aristu. Y todos le dan la razón.
'Cada servicio, un mundo'
Teresa Martínez tiene 31 años, tres niños pequeños y un título de cirujano maxilofacial en formación. Teresa Martínez es R-5 en Ramón y Cajal, el hospital madrileño al que llegó hace siete años para prepararse y del que aún no ha salido por las enormes dificultades para compaginar vida laboral y personal. 'Tuve que optar, me obligaban a hacer guardias de 24 horas durante el embarazo de mi segundo hijo y me negué. Las trabas fueron constantes y la incomprensión vino de los propios compañeros, si todas lo han hecho ¿por qué tú no?, me decían. Pedí la excedencia, entonces me volví a quedar embarazada'.Hoy, Martínez intenta sacudirse la fama de conflictiva. Para esta cirujano el problema no es otro que la falta de uniformidad del sistema. 'Si tienes suerte y te toca un buen servicio, enhorabuena, pero si los docentes pasan, estás perdida', dice. Ella se considera afortunada. Mucho más crítico es Jorge Cabo, R-5 en La Princesa. 'La formación es prácticamente inexistente, no por ganas, el sistema nos engulle', dice.
Ante la crisis de vocación
'No todos los médicos están preparados para tratar con los pacientes, trabajar en equipo y aguantar el estrés', dicen los docentes a propósito de las habilidades -la más importante, el diagnóstico- que debe adquirir un buen médico cuando concluye su educación. Por eso algunos sufren una crisis de vocación y optan por cambiar de especialidad, e incluso de profesión. Son los menos. 'La mayoría son generosos y trabajadores. Con un conocimiento del mundo y la tecnología que nosotros no teníamos. Pero es verdad que son más reivindicativos y tienen menos capacidad de sacrificio, como la sociedad', opina el doctor José María Muñoz, docente de La Paz.