El IPC de marzo se sitúa en el 2,4%, una décima menos que en febrero
El índice de precios al consumo se situó en el 2,4%, según el dato adelantado que hizo público ayer el INE. Los precios bajaron una décima respecto a febrero, gracias al buen comportamiento del petróleo.
El dato preliminar de la inflación armonizada se situó en el 2,4%, lo que representa un descenso de una décima respecto a febrero, según los datos ofrecidos ayer por el Instituto Nacional de Estadística. El secretario de Estado de Economía, David Vegara, lo calificó de positivo y apuntó que el IPC cerrará marzo en los 'mismos niveles' que en febrero, cuando la tasa de inflación se situó en el 2,4%, gracias a la buena evolución del petróleo. No obstante, las perspectivas para el segundo semestre no son tan buenas, 'ya que el comportamiento del crudo en las últimas semanas podría romper la tendencia que veíamos', indicó.
No obstante, algunos análisis de mercado continúan apuntando a que en la primera mitad de este año la tasa de inflación nacional podría bajar en España hasta los aledaños del 2,0% desde el 2,4% de febrero para experimentar un repunte en el segundo semestre. 'Lo que podría ser un poco preocupante es lo que pasará a partir de agosto y septiembre cuando el efecto base sea menos favorable', apuntó Frederic Pretet, economista de Société Générale. En la misma línea se expresó el pasado miércoles el ministro de Economía y Hacienda, Pedro Solbes, quién señaló que la inflación media terminaría este año claramente por debajo del 3%.
A la espera de conocer la evolución de precios en la zona euro en marzo, el diferencial de inflación se situó el pasado mes en 0,7 puntos, muy por debajo de los dos puntos que se registraron en 2006. Sin embargo, esa diferencia sigue siendo una rémora para comparar la competitividad y el precio de los productos españoles.
Sin embargo, estas previsiones pueden convertirse en papel mojado si continúa la escalada alcista del crudo iniciada desde principios de año. En ese tiempo, el precio del barril de Brent, de referencia en Europa, se ha encarecido 16 dólares y se cerca peligrosamente a la barrera de los 70 dólares.
Esta subida es especialmente peligrosa para España, un país con un balance energético claramente descompensado, al ser un importador neto de petróleo. Esta singularidad hace que la formación de precios en el ámbito nacional sea muy sensible a las oscilaciones del precio del crudo.
Sin embargo, los analistas creen que el dato más interesante es la inflación subyacente (que no computa los precios de los componentes más volátiles: la energía y los alimentos frescos) que se hará oficial el 13 de abril. La cifra es especialmente relevante cuando el IPC alcanzó el 2,4% en febrero, su nivel más bajo desde marzo de 2004, mientras que la inflación subyacente creció una décima, para situarse en el 2,8%. Así, la inflación general se quedó cuatro décimas por debajo de la subyacente, que es considerada un mejor medidor de la evolución estructural de los precios.