La zona única de pagos costará a la banca española 1.080 millones

La adaptación de los bancos y cajas españoles a la zona única de pagos de la Unión Europea conlleva unos costes anuales de 1.080 millones de euros. El beneficio del sector de medios podría reducirse en un 98%.

El sector bancario ha empezado a hacer números sobre los costes que deberá asumir con la adopción de los estándares SEPA (zona única de pagos en Europa, en sus siglas en inglés), y las cuentas no le salen.

Nadie discute la nobleza del objetivo fijado por Bruselas: conseguir que los pagos transfronterizos (con domiciliaciones bancarias, tarjetas o transferencias) sean tan sencillos y baratos como los nacionales. Pero sí que se alzan voces contra el peaje que deberá abonar el sector.

El responsable de medios de pago de BBVA, Ignacio Aldonza cifró el pasado viernes, durante unas jornadas sobre la SEPA, en 1.080 millones de euros los costes de incorporar las nuevas exigencias comunitarias.

Bancos y cajas estarán adaptados a los estándares de la UE antes de 2008

El principal impacto proviene de la conversión del parque de cajeros y tarjetas al estándar SEPA (600 millones). Del mismo calibre es el coste que asumirán la banca por la reducción de las comisiones que cobra a los comercios por aceptar pagos con tarjetas, otro requisito de la Comisión Europea.

Además, los bancos y cajas deberán adaptar sus sistemas informáticos a los nuevos modelos europeos de transferencias y domiciliaciones.

Para dar una referencia de lo que suponen esos 1.080 millones, Aldonza mencionó un estudio de la consultora Mckenzie, que estima los beneficios anuales de las divisiones de medios pagos españolas en 1.100 millones de euros (teniendo en cuenta los 2.900 millones de costes de tramitación de efectivo). Por lo tanto, el beneficio operativo de la industria podría reducirse en un 98% por la adopción de la SEPA.

'El sector ganará tan sólo 20 millones de euros, lo que nos obliga a buscar nuevas fuentes de ingresos', explicó Aldonza ante cerca de 200 directivos de medios de pagos.

Entre las soluciones que se barajan para encarar el escenario post-SEPA están: el fomento del uso de las tarjetas (para reducir el alto coste de la gestión del dinero en metálico) y el incremento de la financiación de particulares a través de esta forma de pagos.

El directivo de BBVA se mostró convencido de que la industria española, a diferencia de la de otro países comunitarios, estará plenamente adaptada a los estándares SEPA para enero de 2008. La directiva que prepara Bruselas será aprobada antes de junio.