La compra de Manises por Ros ahorraría 26 millones a Izar
La oferta final de Ros Casares por el astillero de Izar en Manises (Valencia) le supondrá 26 millones de euros de ahorro al grupo público en concepto de coste evitado. El asesor independiente ya ha dado el visto bueno a la propuesta.
La adjudicación de la planta que Izar tiene en Manises (Valencia) ha entrado en su recta final, cinco meses después de que el Gobierno aprobara la venta del resto de factorías del grupo público de astilleros (Gijón, Sestao y Sevilla).
El pasado jueves, la comisión de liquidación de Izar se volvió a reunir para tomar decisiones e impulsar el proceso. Así, analizaron el informe elaborado por el asesor independiente del proceso, Boston Consulting, sobre la idoneidad económica de la oferta definitiva presentada por Ros Casares para hacerse con Manises. La consultora concluye que la última propuesta del grupo metalúrgico valenciano mejora 'considerablemente' el coste evitado para Izar, al situarlo en los 26 millones de euros.
Este punto es clave para la adjudicación, puesto que el criterio final para decidir la venta es la maximización del valor patrimonial de Izar. En este punto, hay que tener en cuenta la particularidad de que se trata de una empresa en liquidación y de que, como sucedió en los casos de Gijón, Sestao y Sevilla, la tasación de los activos en venta de Manises libres de carga (es decir, sin el coste de amortización de la plantilla y sin las pérdidas derivadas de la cancelación de la obra en curso o su finalización en otro lugar) arrojará, previsiblemente, un valor negativo.
La oferta económica presentada por Ros Casares incluye el precio ofertado por los activos del centro, la plantilla que tiene previsto asumir (en este caso toda, unos 130 trabajadores) y una oferta por finalizar la obra en curso (que es mínima, ya que el centro no ha podido realizar nuevos contratos desde que Izar entrara en liquidación en 2005).
Este último punto, relacionado con la obra pendiente, es el que ha provocado el retraso en la adjudicación de Manises, ya que las autoridades comunitarias han exigido hasta en dos ocasiones a Ros Casares que revise su valoración de los trabajos pendientes ante la sospecha de que pudieran existir ayudas de Estado encubiertas.
Una vez solventado este problema, y tras haber logrado el visto bueno del asesor a la oferta, los sindicatos quieren que Ros Casares aclare algunos puntos de su plan industrial para la planta. Sobre todo, exigen al grupo valenciano que presente compromisos de compra firmados con algún armador que garanticen que los motores marinos que Ros pretende fabricar en Manises tendrán salida. El grupo ha encargado a una consultora una prospección de mercado en este sentido, cuyos resultados presentará en la primera quincena de abril.
Ros Casares asegura que su plan garantiza, de entrada, una carga de trabajo valorada en 100 millones de euros (ha logrado un compromiso de compra por parte de Gamesa de 6.000 toneladas de elementos para la fabricación de componentes eólicos, por ejemplo) y la creación de 220 empleos.
Los sindicatos entran en el consejo de las plantas
Los sindicatos UGT y CC OO ya han propuesto a quienes serán sus representantes en los consejos de administración de los astilleros de Izar que fueron enajenados el año pasado, tal y como acordaron con los compradores. Así, cada una de las centrales contará con un consejero en la planta de Gijón, en manos de la viguesa Factorías Vulcano, y en la de Sevilla, propiedad ahora de un consorcio liderado por Astilleros de Huelva. En el caso de Sestao, los sindicatos pactaron con el nuevo propietario, Construcciones Navales del Norte (CNN), estar representados en un consejo de supervisión de nueva creación.La intención de UGT y CC OO es negociar un compromiso similar con Ros Casares cuando se adjudique Manises. Del mismo modo, invitarán al grupo valenciano a integrarse en una sociedad anónima que actuará como holding de los centros enajenados, para cubrir, al menos, las necesidades de las áreas de compras, comercial y técnica de los astilleros.