Aragón se pone en manos de Norman Foster
El Gobierno adjudica al arquitecto inglés la futura Ciudad del Motor, un proyecto que contempla una inversión de 174 millones
Lord Norman Foster vino, vio y triunfó en tierras aragonesas. El Gobierno autonómico confió finalmente en el proyecto y la imagen pública del arquitecto británico y anunció ayer su decisión de adjudicarle el desarrollo y la construcción de la unidad de ocio de la Ciudad del Motor que prevé construir en la localidad turolense de Alcañiz, en pleno desierto aragonés.
El Gobierno autonómico ha impulsado la creación de un parque temático de 350 hectáreas dedicadas por completo al automóvil. La iniciativa incluirá un circuito internacional de velocidad, otro de igual categoría para karting y varios circuitos de tierra. También reservará un espacio para un centro tecnológico que albergará a empresas relacionadas con la industria del motor, según la documentación facilitada en un acto desarrollado en la sede de la Diputación General de Aragón, en Zaragoza.
Este proyecto prevé, además, una 'unidad de ocio' para toda la familia, que constará de un complejo multifuncional, un hotel, una residencia, un centro de tecnificación deportiva, una zona comercial y un centro de negocios. æpermil;sta unidad será, precisamente, la que lleve a cabo Foster. Su proyecto, según el arquitecto miembro del jurado Luis Fernández Galiano, era la 'idea mejor y más adecuada a las bases', y la que mayores garantías técnicas funcionales' aportaba. El británico derrotó así a otros nombres ilustres como los franceses Jean Nouvel o Dominique Perrault, además del estudio alemán UNStudio y los holandeses MVRDV, que trabajaron conjuntamente con el español Guillermo Reynés. La obra deberá estar concluida en el año 2010.
La elección de Norman Foster, evidentemente, aportará además una mayor notoriedad pública al proyecto, al igual que sucedió con el edificio del Museo Guggenheim que construyese Frank Gehry en Bilbao o la Ciudad de las Artes y las Ciencias de Santiago Calatrava en Valencia. El inglés aprovechó la cita para confirmar para mayo la inauguración de la delegación de Fosters Partners en Madrid, formada por unos 20 arquitectos españoles.
El arquitecto vencedor, que construye actualmente la nueva sede del edificio Repsol y la Ciudad de la Justicia en Madrid, aseguró que decidió participar en el proyecto tras comprobar la forma en la que las autoridades locales 'habían actuado localmente pensando globalmente'. En un encuentro con periodistas, explicó que pretende aprovechar 'este emplazamiento tan especial, con una calidad increíble de luz'. Foster ha preferido concentrar los distintos edificios que compondrán la unidad de ocio, dejando para su comunicación calles internas y plazas. 'Hay tanto espacio disponible que podríamos haber levantado muchos edificios. Y eso es precisamente lo que no hemos hecho, sino que preferimos concentrarlo todo en un núcleo'. Los módulos estarán unidos por una cubierta con forma de ola.
Los recientes éxitos de Fernando Alonso en la Fórmula 1, o de Daniel Pedrosa, Jorge Lorenzo y Álvaro Bautista en motociclismo ha impulsado el interés de la población española por las competiciones de motor. Y las autoridades locales han visto en los vehículos a motor una vía para rescatar zonas deprimidas. En el último lustro, el Ayuntamiento de la localidad madrileña de Pinto ha tratado de impulsar una iniciativa de idénticas características al de Alcañiz. La iniciativa, sin embargo, no ha encontrado el apoyo suficiente en las restantes administraciones madrileñas. Un objetivo parecido persigue la Ciudad del Automóvil. Teruel, la provincia que acoge a Alcañiz, ha lanzado una campaña en los últimos años para protestar por el abandono y aislamiento que sufre.
Para este proyecto hay prevista una inversión total de 180 millones de euros, de los cuales 120 millones corresponden a inversión pública. De esta cantidad, 26 millones ya se han realizado y 47 millones están previstos para 2007.
La urbanización del proyecto comenzó en 2006, al igual que la construcción del circuito de karting y el de tierra. Según las previsiones, este año comenzarán las obras del circuito de velocidad, y del parque tecnológico. Además, comenzarán las negociaciones con Foster para cerrar el proyecto y comenzar su ejecución.
Cuatro proyectos en concurso
La obra invisible. El francés Jean Nouvel, autor de la ampliación del Museo Reina Sofía, se mostró ayer entusiasmado con el proyecto. 'Soy un gran aficionado a las carreras y poseo un Porsche', confesó. Sin embargo, su 'exaltación del contraste' entre una ciudad del motor y un emplazamiento arqueológico como Alcañiz no fue suficiente para derrotar a Norman Foster. Nouvel propugnó una construcción 'invisible', que se difuminase para dar protagonismo al usuario y que se desarrollarse en una única calle.Propuesta nómada. Dominique Perrault, famoso por la Biblioteca Nacional de Francia (más conocida como la gran biblioteca), basó su propuesta en los asentamientos provisionales de los pueblos nómadas, tomando como inspiraciones fundamentales el árido entre el desierto aragonés y el nomadismo del circo de la Fórmula 1. Perrault definió la idea de levantar distintos edificios con un tejido metálico oxidado 'en armonía con el entorno' como ' económico y pragmático (...) 'un oasis en medio del desierto'.Lección de Las Vegas. Los holandeses Winy Maas, Jacob van Rijs y Natalie de Vries, conjuntamente con el español Guillermo Reynés son los artífices del revolucionario Edificio Mirador en Madrid. Los arquitectos pretendían 'aprender de la lección de Las Vegas', otra ciudad levantada de la nada en pleno desierto de la que quiere diferenciarse con 'más ecología, menos juego, menos tecnología y más ocio basado en los poderes del paisaje'. Ayer fueron los únicos que mostraron a la prensa imágenes de sus maquetas.Oferta ecológica. Todos los candidatos hicieron especial énfasis en la sostenibilidad de sus proyectos, pero ninguno con tanta vehemencia y profusión como el estudio de arquitectura alemán UNStudio, autor también del Museo Mercedes Benz en Stuttgart. Su propuesta habría logrado un 60% de reducciones de emisiones de CO2 con respecto a la media general, y las instalaciones habrían funcionado con paneles fotovoltaicos desplegados en el tejado de los edificios de 'escasa altura', compuestos de acero y cristal.