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Electrónica

La presidenta de la japonesa Sanyo dimite en plena crisis

Llegó a la presidencia de Sanyo de forma estruendosa y se va haciendo el mismo ruido. La ejecutiva Tomoyo Nonaka ha presentado su dimisión del cargo en medio de un escándalo provocado por una supuesta alteración de los resultados financieros de la tecnológica.

Sanyo asegura que Tomoyo Nonaka, de 52 años de edad, abandona la compañía 'por motivos personales'. Las agencias Nikkei y Kyodo, además de otros medios de comunicación nipones, sin embargo, no han creído la versión apuntada por la compañía tecnológica en un comunicado de prensa y apuntan otra posible causa.

Sanyo 'colabora desde hace tiempo con una investigación acerca de un posible caso de alteración de resultados contables'. Al parecer, la compañía dijo en 2003 que sus filiales habían perdido 50.000 millones de yenes (320.000 euros), cuando la cifra real ascendía a 190.000 millones de yenes (1,2 millones de euros). El mes pasado, Sanyo informó de que estudia corregir sus informes de beneficios correspondientes a los cuatro años antes de 2004, con el fin de mejorar su deteriorada imagen.

Al parecer, según los medios japoneses, la ya ex presidente habría propuesto a su consejo de administración llevar a cabo una investigación en profundidad en la compañía. Nonaka, sin embargo, se encontró con un no por parte de sus consejeros, lo que habría llevado a su renuncia.

La portavoz de Sanyo, informa Bloomberg, aseguró que Sanyo ya había llegado a un acuerdo para llevar a cabo una investigación interna y para reforzar sus medidas de buen gobierno.

Lo cierto es que la dimisión de Nonaka llega en una situación peliaguda para la empresa. Los analistas dan por sentado que Sanyo cerrará el próximo 31 de marzo su tercer ejercicio consecutivo en pérdidas, debido a las decrecientes ventas de cámaras digitales y los fuertes costes de reestructuración. Estos gastos extraordinarios ya obligaron a la compañía a llevar a cabo una emisión de bonos valorada en 2.100 millones de euros.

Nonaka accedió al cargo a mediados de 2005. Su rostro ya era conocido por los nipones: era una popular presentadora de televisión. Este hecho, unido a que su nombramiento la convertía en la primera mujer en dirigir una de las grandes compañías tecnológicas de Japón, la convirtieron en una verdadera celebridad en el acto. No es de extrañar, dado que ver a una mujer en un consejo de una multinacional nipona es algo realmente infrecuente. La revista Fortune la ubicó en la quinta posición de su ranking de damas más influyentes en el mundo de los negocios en el año 2005. En 2006 se mantendría en entre las 50 principales.

Escándalo. Una compañía sometida a investigación

Sanyo, uno de los iconos del poderío tecnológico japonés, ha incurrido en pérdidas en los dos últimos ejercicios.La compañía no incluyó 190.000 millones de yenes (1.330 millones de euros) en pérdidas no consolidadas en títulos de sus filiales entre 2003 y 2004.Tomoyo Nonaka, según Nikkei, propuso al consejo realizar una investigación en profundidad, medida que se rechazó.

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